Anarquistas de Bialystok - Nodo 50

infectado los pensamientos. El odio es para nosotros como la planta
venenosa, que se debe de arrancar con sus raíces, porque parece ser
un argumento contra el anarquismo mismo, un argumento de grado
cada vez más alto que los argumentos de los socialdemócratas. Así
no hay razón para no alegrarse con la declaración de los anarquistassindicalistas
que su Unión no es un partido, y estoy profundamente
convencido que la Unión en todos modos intentará no convertirse en
un partido. Cada partido o unión política tarde o temprano asimila
una alma pequeña de comerciante: pícara y astuta, preocupada
por cada kopek que puede ganar. Esto la obliga a ver en su unión
el mismo centro del mundo y en todos los otros a los competidores
a quienes se trata, inevitablemente, con hostilidad o, en el mejor de
los casos, con el ostracismo...
Únicamente tras la liquidación de esa atmósfera fraccionada,
nuestra autoorganización puede dar frutos útiles, frutos sobre
los cuales la redacción de Chernoye Znamia ya nombré en su
editorial A los compañeros anarquistas: “...que cada grupo que
está considerando sus propias diferencias como esenciales, por su
propia cuenta separará sus tareas combativas e ideológicas. De ese
modo el grupo no solo no morirá, sino que también quedará más
claro todo lo general que es lo nuestro, que toca a todos nosotros
como anarquistas-comunistas. Solo así se crearán los elementos
que pueden llevar no exactamente a la máxima, pero justo a la más
orgánica confluencia de los diversos arroyos.” Estoy hasta ahora
muy convencido de que esa confluencia orgánica puede realizarse,
pero que antes debe de preceder la separación interna del grupo.
Un saludo a vuestro comienzo, compañeros. Un saludo de
todo corazón a la creación de un órgano teórico: es una necesidad,
que no puede sufrir ningún retraso.
Con el saludo compañerista, Roshchin.
Noviembre de 1908
Editado en forma de octavilla por la publicación Buntar
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