Anarquistas de Bialystok - Nodo 50

Una vez más ambas acciones reforzaron la simpatías de los
trabajadores hacia el anarquismo. Creció rápidamente la demanda
de literatura anarquista, no solamente en Bialystok sino también
en Grodno, Bielsko, Krynki, Zabluduv y otras ciudades de provincia
en las que los miembros de La Lucha hacían sistemáticamente
propaganda. Se editaron varios folletos hectografiados: Cisma con
los socialistas-estatistas de Cherkezov, Sobre el apoyo mutuo y la
solidaridad en la lucha de la clase obrera de Nettlau y otras obras
de autores anónimos de carácter popular tales como El cadáver,
Simon Adler, El robo 7 ...
Otros folletos distribuidos en este periodo fueron El
anarquismo comunista de Kropotkin, La peste de la religión de
Johannes Most, El anarquismo y la lucha política del georgiano
ese mismo año, el 30 de Octubre...
7 Publicaciones como estas 3 últimas fueron relatos de la vida
obrera y, por supuesto, defendían lo que todxs los otrxs revolucionarixs
consideraban como los crímenes. Así despertaron el interés de los
ladrones profesionales dándole un toque rebelde y una dimensión casi
revolucionaria a las actividades que estos ejercían como oficio propio.
Ser un urke (ladrón profesional) significó ser también una persona
respetada dentro de su contexto y clase social, que funcionaba dentro de
ciertos códigos específicos como cualquier otra rama artesana. No llegaba
a ser parte de esta casta cualquier pequeño ladronzuelo, principalmente
si le faltaba el valor o la coherencia. En fin, algunos de estos raterillos
fácilmente pasaban a ser chivatos de la Policía. Esto no significa que
lxs anarquistas tuvieran algún prejuicio contra el ladrón más miserable,
que va... La mayoría pensaba, y promulgaba en su propaganda, que
cada robo era socialmente progresivo. Cuando estaban encarceladxs,
lxs anarquistas seguían con este discurso y por tanto sus lazos con los
profesionales crecían. Aunque generalmente, los verdaderos urki (o
urkagany) sólo sentían respeto hacia lxs revolucionarixs debido a que
los consideraban como miembros de otra banda criminal más, a veces
se convirtieron en anarquistas o empezaron a colaborar con ellxs, como
sucedió en Bialystok o en Odessa. Los más famosos fueron Moishe
Shpindler o Misha Yaponchik -este segundo de Odessa-.
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