Anarquistas de Bialystok - Nodo 50

ni sobre la consciencia a los popes-fariseos; nuestra fe se llama La
Lucha contra todos los señores. Y vamos a creer solo en la lucha y en
nuestras propias fuerzas, vamos más y más a menudo a ponernos en
contra de nuestros enemigos: ¡Contra los amos y la autoridad!
Se extiende más nuestra lucha, y más se acerca a la lucha de
los trabajadores urbanos, tan sometidos, robados y humillados como
nuestro hermano muzhik, igual da a qué nacionalidad pertenecen...
Pondremos sobre nuestra bandera la lema: LA LUCHA. LA
LUCHA POR EL PAN, LA LUCHA POR LA VOLUNTAD. Qué toda
la tierra, mojada con nuestro sudor y nuestra sangre pertenezca al
pueblo trabajador, al pueblo que creará sobre ella su vida sin amos
ni autoridad alguna. Con la espada y el fuego echaremos a nuestros
chupasangres de sus asientos, saquearemos todos los bienes que
robaron. Crearemos sobre la Tierra LAS COMUNAS ANARQUISTAS,
en las cuales cada uno trabajará según sus fuerzas y tomará solo lo
que necesita.
¡Hermanos campesinos! Prestad bien la atención a vuestros
oídos, porque con los pretextos amistosos se acercan a vuestra lucha
los politiqueros de pinta varia. Ellos os intentan convencer para
luchar por las libertades políticas, por el parlamento, por la libertad
de asamblea, de expresión y de publicación, las cuales gozan los
pueblos de otros países. No creáis a esos charlatanes politiqueros,
porque no hay ni un rincón en este globo terrestre donde no exista
la misma esclavitud, la misma miseria que en Rusia. ¿Pueden
mostraros dónde se encuentra ese país feliz, en el cual la gente
puede hacer todo que le da la gana, dónde las clases subyugadas
pueden luchar sin obstáculos? ¡No hay tal país! En cada parte donde
la masa hambrienta se subleva para destruir a la propiedad privada
y al Estado... ¡Se dispara sobre ellos con los cañones, se les fusila en
las calles, se les tortura y atormenta en las cárceles y en la katorga!
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