Anarquistas de Bialystok - Nodo 50

Estados y de cada Religión. Le convencieron que debe de existir el
amo y el obrero, las leyes y los juzgados, los sacerdotes y los palacios
-y él creía en esto-. Unos le aseguraban que hay un Dios que tienen en
común en el cielo, y otros le aseguraban que hay intereses comunes
aquí en la tierra: el progreso y la libertad política.
Los primeros llamaban y llaman a unirse para siempre
con los dueños. Los segundos llaman a la unión eterna en nombre
de la libertad política, que servirá a los trabajadores como medio
para obtener su liberación final. Y el obrero creía y cree en estas
mentiras. Pero se interrumpió la oscuridad que reinaba entre la
masa obrera... El rayo de la propia consciencia de clase agujereó
la corteza de la subyugación. Cada vez más el proletariado escucha
que los actos violentos de masa o individuales son los únicos medios
con los que uno puede liberarse a sí mismo. Cuando la burguesía
reza por la Autoridad (arhia) -la autoridad del Capital, del Estado
y de la Religión-, el obrero debe aspirar a Sin Autoridad (anarhia).
La clase oprimida empezó a entender que cuando el corazón del
propietario quiere tanto la posesión privada de los medios de
producción y de los objetos de consumo, el trabajador debe aspirar
a poner toda la riqueza de la tierra para una utilización general de
todos, para satisfacer sus necesidades... Y cuando el obrero entiende
que la violencia en el nombre de la Anarquía y del Comunismo le
salvará, se pone en pie bajo la bandera del anarquismo comunista
revolucionario -la misma bandera bajo la que estaba el luchador por
la liberación obrera que realizó el atentado en Bialystok-.
¿Quién no recuerda los llantos de una mujer en paro,
quien no recuerda la larga cola de caras agotadas y hambrientas,
cuando a su alrededor viven plácidamente los burgueses saciados?
En este tiempo los obreros hambrientos y descontentos declararon
la huelga y al mismo tiempo el capitalista Kagan organizó a todos
los capitalistas para la lucha contra los trabajadores. Él organizó la
clase contra la clase. Y él no pensó en ningún tipo de peligro, seguro
de que el proletariado solamente iba a luchar con medios pacíficos,
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