Anarquistas de Bialystok - Nodo 50

cuando la burguesía se dé cuenta, cuando vea que vuestras reuniones
y la violencia tienen algo que ver una con la otra... ¡Ah! No os dejarán
gozar más esas libertades aunque vuestros derechos estarían
asegurados por la ley. Entonces para juntarse, para hablar y para
escribir no tenéis que depender de ninguna garantía democrática,
pero sí confiar en la violencia. Ella parará cualquier intento que os
podría impedir juntaros o hablar de manera anárquica. Claro, las
libertades democráticas son un engaño y no valen nada para la lucha
de clases revolucionaria.
También tenéis que tener en cuenta que, como una clase,
tenéis que expresaros con los hechos. El obrero que normalmente
vota al dueño, por ser un atontado de los capitalistas, cuando tome
parte en la huelga se pondrá en contra del dueño y estará en contra
también en el futuro, porque entenderá la enemistad existente entre
dos clases o simplemente porque le dispararán por su intento de
salvar un trozo de pan para sus hijos. Luego, la voluntad de clase se
expresa en las acciones que desorganizan y desestabilizan. Cuando
un obrero vota, cuando es evidente que no está chocando contra los
enemigos, ya sea porque no tiene en sus venas el instinto de clase o
por el veneno del engaño del concepto de la nación, el directamente
genuino de las clases propietarias. La voluntad de clase reside
en la desorganización de la nación. La voluntad de la nación es
desorganizar a vosotros como clase.
La mentira y el engaño son los himnos de la libertad burguesa.
Es mentira creer que tras la Democracia llegaréis al Socialismo. Se
tiene que decidir si actuar o no como una clase que se atreve a entrar
en conflicto contra la mayoría burguesa; decidir si quedarse en el
terreno de la ley o, como una clase, violar la ley permanentemente.
Evidentemente: si os convertís en los demócratas vais a hablar sobre
lo que os dé la gana -sobre el futuro feliz, sobre el Socialismo o lo que
sea-, pero al mismo tiempo vais a hacer lo que quiere la burguesía,
no traspasando sus leyes que protegen la propiedad. Y si vais a
entrar en una lucha de clases, vais a hablar y hacer cosas hostiles
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