Anarquistas de Bialystok - Nodo 50

una manzana, pues hacía tiempo que no comía nada. Dijeron que sí
e intenté escapar, solo para caer de bruces en los brazos de la Policía
Militar. De vuelta a la cárcel de Minsk, me sentenciaron a cuatro años
de katorga. Pasé los ocho primeros meses encadenado, de día y de
noche. Nuestro garante era un anarquista llamado Kirill Pavlovich
Grodetski, que había sido compañero de estudios en la universidad
del Procurador del Distrito, quien le reconoció cuando visitaba a
sus compañeros en la cárcel. Leivick, el poeta, bundista, compartía
celda conmigo. Durante los tres años que estuvimos juntos, escribió
numerosos poemas y obras de teatro mientras los demás hablaban o
jugaban al ajedrez.
En 1910, yo, Savitski y otros pocos compañeros, fuimos
trasferidos a Moscú, donde estuve dos años más en trabajos forzados.
De allí, en 1912, me llevaron en mi siguiente etapa a Minsk, Slonim
y Bialystok, donde me habían acusado falsamente de disparar a un
Policía. Me hicieron participar en una rueda de reconocimiento, pero
mi acusador eligió a otro hombre. No obstante, me sentenciaron a
destierro perpetuo en Siberia. Aunque primero me llevaron a Moscú,
a mi antigua celda, a esperar el transporte. Finalmente, en 1913, me
deportaron al pueblo de Mujtin, distrito de Kerensk, provincia de
Irkutsk, cerca de la ciudad de Yakutsk, con el río Lena a un lado y la
taiga -donde me perdí de noche y me encontró un cazador que me
ayudó a salir- al otro. En ese pueblo eramos ocho presos políticos,
vivíamos comunalmente, tres anarquistas y cinco maximalistas,
todos muy buena gente. Estuve allí un año, hasta el estallido de la
Primera Guerra Mundial. Durante ese período construimos una
escuela como parte de nuestra sentencia.
Tres semanas después de que estallara la guerra recibí cien
dólares de la Cruz Roja Anarquista. No cabía en mi de contento.
Lleno de entusiasmo, pensé que podía aprovechar la oportunidad.
Salí del pueblo a pie y caminé durante sesenta y tres horas hasta una
pequeña ciudad, desde donde conseguí llegar hasta Irkutsk. Allí se
estaban alistando los hombres para entrar en el ejército, de modo
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