Anarquistas de Bialystok - Nodo 50

ejecución, debilitaron sus fuerzas morales y físicas. En los últimos
días de su vida Mitia decayó bastante, volvió a las viejas costumbres:
bebía, escupía sangre, bebía de nuevo... Los compañeros le decían:
”¡¿Mitia, pero qué haces?! ¡Te estás matando!”, mirando sus ojos
negros y aterciopelados de esa cara adelgazada, y él respondía con
algo siniestro: “¡Qué importa! No me queda mucha vida por delante.
No importa sí pereceré como un perro...”.
En Yekaterinoslav empezó una represión terrible, los
compañeros le aconsejaban irse de allí pero él respondia: “¡No
puedo huir! De la cuerda uno no se puede escapar...”. Sin embargo
se equivocó: no fue la horca lo que puso el fin a su vida, fueron las
balas de los soldados.
Moishe Shpindler (‘Grodner’)
Casi al inicio de la actividad de nuestro grupo en Minsk,
llegó desde Bialystok el compañero Moishe Shpindler (Grodner).
Quemado seriamente de Bialystok, no se pudo quedar allí más. Desde
el primer día de su llegada Moishe se dedicó activamente al trabajo.
Terriblemente fiel a la causa y resuelto, hizo todo lo que pudo, lo que
hizo para que floreciera nuestro grupo fue mucho. Su obra se destacó
por su asombrosa diversidad. Conseguía el dinero -participó en la
expropiación de la oficina bancaria de M. G. Rappaport-, distribuía
octavillas en las fábricas, calles y mercados, ayudaba en la imprenta,
viajaba a por las armas, trajo la tipografía para la imprenta desde
otra ciudad...
También se señaló como terrorista. Viajó con G. Zilber y B.
Friedman para asesinar al alcaide de la cárcel de Grodno. Junto con
Zilber liberó a un compañero arrestado durante esa acción, matando
e hiriendo a varios guardias que lo conducían. Viajó repetidamente a
Bialystok y cada vez mataba a un chivato o a un espía. Cuando volvía,
148