Anarquistas de Bialystok - Nodo 50

madre fallecida le causaron un dolor terrible y le provocaron odio
hacia lo que era culpable de su muerte. ¿Quién era de esto culpable?
Aron todavía no lo sabía.
El niño creció y empezó a esforzarse para ser autosuficiente
y liberarse de la dependencia de su padre. Entendió bien que para
esto tenía que aprender algún trabajo, lo que fuese. El muchacho
pequeñito sin ayuda ninguna encontró un puesto de aprendiz en
los talleres cerrajeros. Después se traslado a una fábrica de cuero
y trabajó como curtidor. Tenia 13 años entonces. Empezó una
vida nueva. Ahora finalmente sin su padre y su mujer, el jovencito
entabló amistad con los compañeros de trabajo. De ellos escuchó
por primera vez sobre los amos, sobre la explotación. El culpable
de su orfandad, de su miserable infancia por fin fue encontrado. El
odio hacia todo lo que oprime y desprecia la vida y el amor hacia los
ofendidos, una vez más, y más fuertemente, crecieron en un pecho
joven.
Gelinker se convirtió en un socialista-revolucionario. Con
el ánimo y entusiasmo hizo todo lo que podía, se dedicó con toda
su alma a la agitación, organizó círculos, distribuyó literatura. Y así
prosiguió durante años.
Apretado por la disciplina del partido no pudo expresar
libremente su fervor y su energía revolucionaria, así que junto a otros
amigos abandonó la organización de los esery. Después de haber
leído cierta cantidad de literatura anarquista, haber escuchado todo
una serie de debates y haber aguantado un montón de discusiones y,
lo que es más importante, después de haber observado de cerca las
actividades, todos ellos se sumaron a nuestro grupo anarquista.
Entonces empezó para Aron un periodo infatigable e
ininterrumpible de lucha. Tan fuerte era su amor hacia los que
sufrían y los oprimidos como su odio hacia la horda vil de los
verdugos. Y para él esto era una cuestión personal que rebasaba los
131