Anarquistas de Bialystok - Nodo 50
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muerto como un héroe cuando yo ni siquiera había estado en Rusia<br />
ilegalmente.<br />
Dos días <strong>de</strong>spués vi ‘Weckruf’, que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mi huida <strong>de</strong><br />
Zurich fue publicado en el espíritu <strong>de</strong>l anarcoindividualismo vago.<br />
Casi el número entero, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la editorial hasta la última página,<br />
fue <strong>de</strong>dicado a la vida y la muerte <strong>de</strong> Senna Hoy. La editorial, que<br />
sirvió como la necrológica, fue escrito en el tono extremamente<br />
inspirado <strong>de</strong> una elogia heroica. Ha pasado sobre medio siglo <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
entonces y aún me recuerdo <strong>de</strong> la última frase : ‘Senna Hoy está<br />
muerto. No lloréis. Sí él hubiera estado entre nosotros, diría: ¡Qué<br />
os arméis con las hachas y <strong>de</strong>struyáis todo en vuestro camino!’.<br />
La última columna contenía un rayo <strong>de</strong> esperanza con la siguiente<br />
frase: ‘Justo hemos recibido el telegrama, que afirma que Senna<br />
Hoy no está muerto, pero sí herido <strong>de</strong> gravedad’.<br />
La misma noche dio la casualidad que estaba en un<br />
restaurante en uno <strong>de</strong> los barrios periféricos <strong>de</strong> Zurich, don<strong>de</strong><br />
estaba seguro <strong>de</strong> ser completamente <strong>de</strong>sconocido. Pensaba sobre<br />
Senna, sobre su <strong>de</strong>stino trágico y también sobre mi propio futuro<br />
oscuro, cuando <strong>de</strong> repente vi un hombre con barba negra y gafas<br />
negras entrando en el salón y tomando asiento en la mesa en<br />
el rincón enfrente. ¡Al instante mis pensamientos tenebrosos<br />
<strong>de</strong>saparecieron! El muerto había resucitado, el herido se curó y ahí,<br />
en un restaurante <strong>de</strong> Zurich, el héroe recién lamentado se presentó.<br />
Me di cuenta inmediatamente quien fue el autor <strong>de</strong> aquella bella<br />
necrológica: Senna. Ninguno <strong>de</strong> los anarquistas alemanes tenía<br />
el estilo tan bombástico. Estaba claro también quien había sido<br />
responsable <strong>de</strong> la noticia <strong>de</strong> su muerte.<br />
Luego, los admiradores <strong>de</strong> Senna intentaban justificar esta<br />
farsa vergonzosa, explicando que él planteaba organizar un gran<br />
atraco en Zurich y así la noticia <strong>de</strong> su muerte tenía que <strong>de</strong>spistar<br />
las sospechas policiales. De hecho él intentó hacer un atraco en el<br />
territorio suizo, en la oficina <strong>de</strong> una gran empresa industrial cerca<br />
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