Anarquistas de Bialystok - Nodo 50

guardar mi carta si podéis, hasta que os escriba de nuevo diciendo
que hacer con mi declaración.
Que tengáis todos buena salud y humor, y que esperen mi
visita. ¡Espero que sea pronto!
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Vuestro fiel compañero”
“Cárcel central de Gobernia, Vilno, 17 de Enero 1908
¡Querido padre!
Uso esta oportunidad para decirte un par de palabras para
despedirme. No hay mucho tiempo para hablar entre nosotros.
Entendimos, como entre amigos, que todas las palabras ya fueron
dichas, todas por completo. ¡Y que bien sienta esto!
Solo quería decirte que estoy de buen humor y siento que el
mejor día de mi vida hasta ahora (ves, digo ‘hasta ahora’, aunque
el mejor día de toda mi vida será mi último día) será el día de
mi ejecución. Y pienso que esto confirma que no cambiaré hasta
el último minuto y que miraré a la muerte tan firme como me he
preparado para ella.
Cuando nos hemos visto en el hospital de la cárcel en Minsk
te decía: ‘También en la muerte se halla la vida’. Esto sonaba
demasiado débil. Porque en la muerte a menudo se encuentra
la verdadera vida misma. Este es el motivo por el cual tan
fácilmente me despido de la vida y miro a la muerte. Otro razón
es la consciencia de para qué entrego mi vida. Y por esto que la
doy podría dar no solo una vida, también treinta vidas mías, si las
tuviese. Por esto miro feliz a la muerte y pienso que ni una parte de
mi alma temblará.
Todavía no se cuando se realizará mi ejecución, porque aún