Descarga aquí el PDF ÉPALE 27/01/13 - Ciudad CCS
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08<br />
VACÍLAtE tu tRámitE<br />
Cuando internet<br />
no deja que jures<br />
una deCLaraCiÓn<br />
POR ROCÍO CAZAL<br />
ILUSTRACIóN L. "RAZOR" BALZA<br />
SI SE ANIMA ECHE SU CUENTO A<br />
epale.ciudadccs@gmail.com<br />
Edición Número Quince. Año <strong>01</strong>. <strong>ÉPALE</strong> <strong>CCS</strong> Caracas, <strong>27</strong> de enero de 2<strong>01</strong>3.<br />
Cuando renuncié aqu<strong>el</strong>la vez a esa institución pública me tocó esperar<br />
entre 15 días y un mes para recibir la liquidación.<br />
El día más esperado llegó. Sí, <strong>el</strong> cheque estaba listo, pero cuando<br />
lo fui a buscar me pidieron en Recursos Humanos la Declaración<br />
Jurada de Patrimonio. Todo me sonó a un trámite engorroso con<br />
pap<strong>el</strong>eos y demás, que d<strong>el</strong> tiro fruncí <strong>el</strong> ceño. Sí, debo confesarlo:<br />
no me gustan las colas y <strong>el</strong> pap<strong>el</strong>eo.<br />
“No, chica, no te angusties, eso es muy fácil. Mira, te vas a meter<br />
en la página web de la Contraloría General de la República y ahí<br />
verás <strong>el</strong> link, te dará todos los pasos, los sigues, respondes bien,<br />
imprimes la planilla, lo traes y listo, te damos <strong>el</strong> cheque”, me dijo<br />
en ese entonces la gerente d<strong>el</strong> RRHH de donde trabajé. Si la cosa<br />
realmente era así de simple, pues mejor imposible.<br />
Me metí en internet. Debía registrarme, poner una clave y luego<br />
abrir para seguir los demás procedimientos. Me comió.<br />
Un aviso en la página me dice que debo meterme en otro navegador.<br />
Yo lo había hecho desde uno más rápido pero, bueno, busqué<br />
descargar <strong>el</strong> que me pedía. En sí, lo tenía, pero debía actualizarlo.<br />
Traté de hacerlo. No pude. Otra vez me comió la tecnología.<br />
Voy a casa de la vecina, le pido ayuda, nos metimos pero también<br />
tenía <strong>el</strong> navegador “desfasado”. Así, me pasé de computadora en<br />
computadora de panas, familiares y vecinos. Al parecer ese navegador<br />
no resulta ser <strong>el</strong> más popular. No era tan fácil <strong>el</strong> trámite al fin<br />
y al cabo, como me dijeron.<br />
El desespero ya se apoderaba de mí, pues llevaba días perdidos p<strong>el</strong>eando<br />
con internet por algo que supuestamente era muy sencillo.<br />
¿Qué hacía? Nadie podía ayudarme y tenía un cheque represado<br />
por no contar con ese documento. Una amiga entonces me dio la<br />
solución: “Chama, ve a la Contraloría. Eso queda en la avenida Andrés<br />
B<strong>el</strong>lo, ahí dices que harás la declaración jurada y te guiarán.<br />
Es superrápido”.<br />
Así fue. Estacioné <strong>el</strong> carro en <strong>el</strong> mercado Guaicaipuro, crucé y al<br />
frente estaba <strong>el</strong> ente en cuestión. Di mi cédula de identidad, me<br />
dieron un pase y subí en <strong>el</strong> ascensor. Llegué al sitio. Había varias<br />
computadoras, tres personas llenando planillas virtuales y un chico<br />
que te guiaba en los pasos. En cinco minutos estaba lista. Le di<br />
a imprimir y fuera rollo. Esa mañana ya tenía mi cheque de liquidación<br />
en mano.<br />
La Declaración Jurada de Patrimonio es una obligación que debe<br />
cumplir todo funcionario o empleado público, así como miembros<br />
de una organización sindical, gremial o consejo comunal, ya que<br />
está previsto en la Ley Contra la Corrupción y la Ley Orgánica de<br />
la Contraloría General de la República y d<strong>el</strong> Sistema Nacional de<br />
Control Fiscal. En dicho formato <strong>el</strong>ectrónico <strong>el</strong> funcionario debe<br />
presentar su situación patrimonial: bienes muebles e inmuebles,<br />
vehículos, cuentas por cobrar, inversiones y demás. La idea es conocer<br />
de dónde provienen y, así, luchar contra la corrupción.