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Nicolás Maduro:
EL ExobRERo quE IRRItA
A LoS PEquEñobuRguESES PuLIdoS
El vicEprEsidEntE EjEcutivo dE la rEpública, ExcancillEr y
Ex prEsidEntE dE la asamblEa nacional viEnE dE las filas
obrEras, y Eso Es más dE lo quE los opositorEs ilustrados
puEdEn soportar. dE él sE dicE quE nunca piErdE El buEn
humor, una ExcElEntE cualidad En los tiEmpos quE corrEn
POR CLodovALdo HERnándEz
ILUSTRACIóN ALFREdo RAJoY
Comencemos por lo que más irrita a los opositores
ilustrados: Nicolás Maduro fue chofer
de autobús. “¡Ay, no, qué pena con la comunidad
internacional!”, exclaman los embajadores
sin embajada cuando cuchichean en
los cocteles diplomáticos y los vernissages.
El vicepresidente ejecutivo de la República,
excanciller, ex presidente de la Asamblea Nacional
y exconstituyente era, técnicamente,
un obrero antes de que lo absorbiera el ojo
del huracán del 4 de febrero de 1992. Eso
es más de lo que puede resistir un buen pequeñoburgués
medianamente pulido por la
academia.
Entre esos cargos, el que más ha amargado a
los adversarios de la Revolución ha sido el de
ministro de Relaciones Exteriores, pues la diplomacia
había sido tradicionalmente uno de
los reductos de la godarria en los gobiernos de
la IV República. Y lo más lacerante para los
nostálgicos de aquel statu quo de paltó levita
y sombrero de copa, es que Maduro haya
ejercido esas funciones por seis años y, para
colmo, que se haya ganado el respeto de importantes
actores del escenario mundial, cosa
que no lograron -ni por asomo- algunos de
los excelentísimos plenipotenciarios que lo
precedieron en el cargo.
Más allá de las caricaturizaciones que hacen
de él, este caraqueño de 50 años no tuvo tan
prodigioso ascenso por casualidad. No fue
que el teniente coronel Chávez subió un día
al metrobús conducido por el joven Maduro
y le dijo: “¡Epa, tú, grandote!, cuando sea Presidente
te nombraré ministro”. No, su vinculación
a las luchas populares viene desde los
años 70, cuando fue dirigente estudiantil del
liceo José Ávalos, como militante de la aguerrida
y perseguida Liga Socialista.
Como tantos jóvenes de las zonas pobres debió
incorporarse tempranamente al trabajo,
y fue así como recaló en el Metro de Caracas.
Las inquietudes sociales no cesaron y en esa
empresa estatal fue delegado laboral y directivo
del sindicato, uno de los que en los años
80 despuntó como alternativa al adocenado
movimiento obrero controlado por las mafias
de la Confederación de Trabajadores de
Venezuela.
En 1992 Maduro tomó una decisión crucial
en su vida y pasó a formar parte del selecto
grupo de los civiles que se resteó con los insurrectos
a la hora de la chiquita, cuando todavía
estaban tras las rejas. Así, el joven que apenas
se acercaba a los 30 años integró el círculo
Caracas, 27 de enero de 2013.
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de confianza del comandante Chávez en los
tiempos de Yare. Por eso, su nombre aparece
entre los dirigentes del mítico Movimiento
Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200) y,
años más tarde, entre los fundadores del Movimiento
Quinta República (MVR). Y por eso
mismo -aseguran los “chavólogos”- tiene
hoy sobre sus hombros la mayor responsabilidad
política que Chávez haya delegado alguna
vez en 21 años de vertiginosa carrera política.
Por su estatura y corpulencia tiene la estampa
de un primera base bateador de jonrones,
aunque -ayudado por el bigote- también es
fácil imaginarlo como ejecutante del guitarrón
en un mariachi. Lenguas malvadas del
Parlamento le endilgaron hace años el mote
de “profesor Jirafales” y -por extensión- a
su esposa, Cilia Flores, le cayó el de “doña
Florinda”. No se sabe cómo se lo habrá tomado,
pero seguramente lo hizo a risa pues,
según el ministro de Comunicación e Información,
Ernesto Villegas, “Nicolás nunca
pierde el buen humor”.
Ya sea que usted maneje un autobús o que
conduzca el Consejo de Ministros, esa es
una gran cualidad en los tiempos que corren,
¿quién puede dudarlo?
Edición Número Quince. Año 01. ÉPALE CCS