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MITOS
El EscapE
dEl cóndor
POR ROCÍO CAZAL
ILUSTRACIóN NATHALY BONILLA
¿Operación Cóndor? ¿Qué es eso? ¿Cuándo
fue? ¿Dónde? Basta con abrir algún libro
que toque el tema, hacer clic en un buscador
del ciberespacio o hablar con alguna persona
que haya vivido una de las dictaduras del
Cono Sur durante las décadas de los 70 y 80.
Sí, esas que formaron parte de ese plan financiado
por Estados Unidos.
Para muchos jóvenes resulta un mito lejano.
Pero resulta que de Chile, Argentina, Paraguay
y Uruguay, básicamente, emigraron a
Venezuela muchos luchadores en condición
de exiliados políticos ante las terribles persecuciones,
torturas, desapariciones forzosas y
asesinatos que se suscitaron durante esas dictaduras.
Grandes historias han surgido, así como escapes
insólitos, como el que hizo un paraguayo
en 1975, a quien apodaban “el Paragua”,
desde Uruguay.
Desde los 18 años, incluso antes, luchó por las
causas nobles, contra los atropellos imperiales.
Siempre dio su vida en contra de las desigualdades
y en pro de los procesos revolucionarios.
Por la persecución de la dictadura de Alfredo
Stroessner salió de Paraguay a los 29 años y
se radicó en Uruguay, donde fue encarcelado
y vilmente torturado. De ahí fue llevado
al Hospital Militar de Montevideo, donde fue
operado para que se recuperara y luego volver
a ser torturado con el fin de que “cantara”
lo que no “cantó” (ni iba a “cantar”): quiénes
eran los que estaban en contra de la Junta Militar
de ese país.
GUERRERO COMO SAN JORGE
Una de las cosas que le dejó dicho el Paragua
a su esposa es que si llegaba a escaparse inmediatamente
se fuera con sus tres hijos a la embajada
de Venezuela.
Una noche, su hijo mayor se despertó de un
sueño: “Mamá, mamá, mi papá está libre”, le
gritó con furor, a lo que ella respondió: “No,
hijo, tu padre está preso”. Aquél siguió: “No
mamá, soñé a mi papá montado con San Jor-
Edición Número Quince. Año 01. ÉPALE CCS Caracas, 27 de enero de 2012.
ge en su caballo. Él está libre”. Sí, soñó con ese
santo guerrero.
Minutos después llegó la policía. Los “milicos”
no contaban con que iba a escaparse en sus
narices cuando el Paragua, en un baño, vio la
bata de un médico, salió por la ventana, se deslizó
por un pasillo del hospital, salió por otra
habitación y la libertad estaba a la vuelta de la
esquina
En Venezuela tuvo otra hija y el combate no
cesó, esta vez a través de las letras: editó Koeyú
(“amanecer” en guaraní) Latinoamericano,
una revista político-cultural en pro de los movimientos
revolucionarios. Dos libros se editaron
en Uruguay tomando en cuenta el testimonio
de la fuga de este insigne paraguayo.
Sí, se trata de Joel Atilio Cazal, quien el 27 de
enero de hace tres años no pudo escapar, esta
vez por un cáncer que le hizo una mala jugada.
Sus cenizas fueron esparcidas en el Waraira
Repano, esa montaña de guerreros, justo sobre
unas sansevieras o “espadas de San Jorge”.