Boletín Nº 17 - Ministerio de Educación

Oficina de Coordinación Universitaria
Ministerio de Educación
Contenido
Editorial...........................1
Radicalismo
economicista...................2
¿Se ordenarán las
filiales universitarias?.....4
Conocimiento
para un mundo justo,
equitativo y
sostenible........................6
Declaración de Madrid
emitida por la
Presidencia del
Encuentro Mundial
de Ministros de
cultura a favor de
la diversidad cultural .....9
II Foro Macrorregional..10
Pronunciamiento...........10
La selectividad en
nuestras universidades.11
Equipo O.C.U.
Carmen Peredo Cavassa
Martha Reyes García
Heydi Ferreyra Tijero
Carlos Mora Zavala
Fernando Neciosup La Rosa
Omar Altamirano León
Zenón Depaz Toledo
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Lima - Perú
Año 2, 20 may - 17 jun de 2005
Boletín
Oficina de Coordinación Universitaria
EDITORIAL
ulminando la edición de este boletín, nos alcanzó una lamentable noti-
Ccia: Juan Abugattás no está ya entre nosotros. Su muerte nos alcanza
de súbito, confrontándonos con una posibilidad que nos habíamos negado a
admitir, seguramente por esa aspiración a la permanencia que lleva consigo
el cariño. Nuestro aprecio por Juan, compartido por todos los que tuvimos
la suerte de conocerlo, se fundaba en primerísimo lugar en su condición de
hombre bueno, íntegro, entrañablemente comprometido con la vida: Por
eso nuestra extrañeza, de allí el pasmo que nos asalta al saber que ella lo
ha abandonado.
Hombre cabal, Juanito vivió con intensidad el Perú y desde aquí nuestro
mundo, atento siempre, con una inusual lucidez, a nuestro destino como
colectividad. Con una brillante carrera académica, sustentada en su excepcional
nivel intelectual, bien podría haber buscado otros rumbos, distantes
de un país en permanente crisis, un país que algunos juzgan poco propicio
para la vocación intelectual. De él aprendimos el valor del compromiso intelectual,
moral, con la condición humana, con el destino de nuestra gente,
sin el cual el ejercicio del pensamiento deviene formal, privado de sustancia
vital, presa de la frivolidad cuando no del cínico e instrumental a los poderes
de turno.
El compromiso de Juan con la educación fue un permanente signo vital.
Apenas días antes de su deceso intervenía activamente en el debate sobre
el destino de la educación superior en el Perú, irresponsablemente arrastrada
al deterioro. Sus últimas declaraciones al respecto ratifican la urgencia
de promover una honda reforma de la universidad, tarea que en su condición
de Viceministro de Educación estimuló activamente, inusualmente,
en un ministerio cuyo horizonte tradicional no fue más allá de la educación
básica, como si esta fuera autárquica, como si el destino del país no pendiera
peligrosamente de su capacidad de producir ciencia, tecnología y elites
intelectuales del más alto nivel.
Fue precisamente durante su gestión en este ministerio que se constituyó
la Comisión Nacional de la Segunda Reforma Universitaria, decisión con la
que se abrió el actual debate sobre la universidad en el Perú, tras largos
años de ausencia en la agenda sobre la educación. Desde entonces muchos
elementos han vigorizado ese debate y no nos cabe la menor duda de que
tarde o temprano aquella reforma habrá de materializarse.
La constitución, hace algo más de un año, del GICES (Grupo de Iniciativa
por la Calidad de la Educación Superior), colectivo con decisivo rol en el actual
debate sobre la acreditación en la educación superior, tuvo igualmente
como promotor a Juan, siendo nombrado por unanimidad su Presidente. Su
acción y personalidad han marcado allí un rumbo que seguramente redundará
en el fortalecimiento de la vigilancia ciudadana y el sentido de responsabilidad
social entre los actores de la educación superior en nuestro país.
Nuestro hondo aprecio por la contribución académica de Juan Abugattás,
merece comentario mayor que este espacio no podría albergar. Se sustenta
en la profundidad intelectual y moral de su pensamiento, que, no obstante,
tuvo siempre la virtud de trasmitir con sencillez y belleza. Nuestra consternación
por su muerte seguramente también tiene que ver con la esperanza
frustrada de ver plasmado su pensamiento en una obra orgánica, que él,
vital como era, fue posponiendo para atender el cúmulo de urgencias que
supone vivir de verdad el Perú. Nos queda, por tanto, la tarea de acopiar sus
escritos y ponerlos al alcance de los peruanos, cuyo destino fue el eje de su
pensamiento y acción.
Nos queda igualmente la certeza de que nos anima y nos acompaña para,
como él lo hiciera, remontar la adversidad; apostando, como él, por la vida,
empresa que sólo puede llevarse a cabo plenamente con sentido de colectividad,
aquel que él cultivó con integridad, con una belleza que siempre irá
asociada a su memoria.
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Ministerio de Educación
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Edmundo Murrugarra Florián*
Durante el foro “Globalización, Regiona-lización
y Acreditación Universitaria”, coorganizado
en Tingo María durante los días
1, 2 y 3 de junio, por nuestra oficina (OCU) y
la UNAS, la cual convocó a universidades del
centro y oriente del país, Edmundo Murrugarra
Florián, miembro del Concejo Nacional
de Educación, ensayó una reflexión de parte
sobre la orientación seguida por los docentes
peruanos, tanto de la educación básica como
de la superior, en su posicionamiento sobre
los problemas centrales de la educación en el
Perú, reflexión que aquí reseñamos por considerarla
significativa y representativa de una
vertiente importante de la intelectualidad docente
en el país.
Señaló Murrugarra que en las últimas décadas,
los dirigentes y mentores políticos de los
movimientos y gremios de docentes recurrieron
al fácil expediente de atribuir íntegramente
la crisis del sistema educativo, alejado de
las necesidades sociales y de las tareas del
desarrollo nacional, a un avieso plan de las
elites dominantes, el Estado y los gobiernos
de turno. Uno de los voceros de esta corriente
–nos lo recuerda- sentencia: “...la mediocridad
de la enseñanza que se imparte en el
Perú... obedece a problemas estructurales
de larga data, que el neoliberalismo no ha
hecho sino agravar”. Afirmación tan contundente
como vaga que habitualmente da por
terminada la discusión. A quienes recurren
a tal discurso ni por asomo se les ocurriría
sospechar que la orientación política que la
subyace haya también concurrido al deterioro
de la educación en el Perú.
Desde su punto de vista, a excepción del esfuerzo
inicial del primer gobierno de Belaúnde
y sobre todo del ímpetu industrializador
del Gobierno Militar de Velasco al comenzar
los 70, en las últimas cuatro décadas las elites
dominantes peruanas y sus gobiernos,
en general, han manifestado un desinterés
creciente por la educación pública, su calidad
y pertinencia para el destino del país. Considera
por tanto que esa responsabilidad está
clara.
Pero aquella constatación, lejos de eximir
de responsabilidad a los actores de los movimientos
docentes, establece según Murrugarra
una cuestión doble. He aquí como
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Radicalismo economicista
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lo plantea: En esa conducta política de las
clases y elites dominantes ¿tuvo y tiene también
responsabilidad la concepción que sobre
el papel de la educación en los cambios sociales
tuvimos el grueso de dirigentes apristas
y socialistas y la práctica política consiguiente?
Sostiene, al igual que Nicolás Lynch, que la
lucha docente y estudiantil no contribuyó al
logro de los objetivos de cambio del país que
explícitamente se proponía porque la dirección
política de los gremios estuvo y está presa
de la concepción del determinismo economicista
que el último medio siglo predominó
en la izquierda peruana. Recuerda que con el
apoyo de citas sueltas de Marx y de Mariátegui
se negaron a asumir la lucha por cambiar
la educación, sus instituciones y enfoques y
métodos pedagógicos y, por ese camino, contribuir
al cambio sociocultural y político del
país desde la posición clave de actores de la
educación.
Los docentes privilegiaron una mirada de sí
mismos como trabajadores dependientes del
empleador estatal; en consecuencia la lucha
se centro en salarios y condiciones de trabajo,
abandonando la lucha relativa a la condición
profesional de formadores de personalidades
con valores y capacidades, liberadores de
pueblos y culturas. Esta abstención se habría
tornado conservadorismo político pedagógico
al dejar en manos del Ministerio de Educación,
el sector empresarial privado y sectores
de la iglesia las iniciativas y campañas sobre
cambio curricular, enfoques pedagógicos y
organización de la gestión del servicio educativo.
El resultado, según Murrugarra, fue
el desprestigio de la profesión magisterial, al
punto de la mercantilización y banalización
extremas de la formación de maestros y la
apuesta por el corporativismo clientelista en
la ley del profesorado, que contradice flagrantemente
su pregonado criterio de clase.
Un daño adicional y fundamental del economicismo
habría sido la pérdida del goce ético
y estético de la labor magisterial, del arduo
pero placentero enriquecimiento mutuo que
produce la relación del que ayuda aprender y
del que aprende.
En la universidad la aplicación de la lógica
economicista habría llevado al abandono del
quehacer específico universitario. Unos, tras
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identificar universidad y empresa capitalista,
se empeñaron en luchar por rebajar estándares
académicos con el supuesto que eso
democratizaba la universidad al permitir el
acceso del pueblo (N. Lynch, “Los Jóvenes
Rojos de San Marcos”). Otros, recuerda Murrugarra,
abandonaron literalmente la universidad
para dedicarse a organizar la lucha
de los principales destacamentos de trabajadores
en el campo y en las ciudades para la
toma del poder.
Agotados en los 70 visión y programa modernizadores
–añade-, no hubo nueva visión
y programa, menos aún elites de recambio
para seguir construyendo conciencia y voluntad
nacionales en los tiempos acelerados
de la globalización. Hoy, al igual que Ecuador
y Bolivia, somos un proyecto de país en descomposición,
gobernados por equipos huayco,
agrupados con la brújula de sobrevivir
para la defensa de intereses particulares y
acatar los designios geopolíticos de la potencia
hegemónica.
Las fallas del economicismo
La ausencia de una cultura crítica, afirma
Murrugarra, no permitió tomar nota de la
operación conceptual, típica de la modernidad
occidental, que hacen Marx y Mariátegui,
consistente en escindir aspectos de la unidad
real para, luego de escindidos y abstraídos,
constituir conceptualmente entidades diferentes
a las que se postula como teniendo
existencia real. El paso siguiente sería establecer
entre ellas relaciones de causalidad
lineal y unidireccional. Cuando Marx dice
que no es la conciencia del hombre la que
determina su ser, o que es el ser social el
que determina la conciencia, esta separando,
abstrayendo, la dimensión “conciencia”
de la unidad “ser del hombre” o “ser social”.
y forma dos entidades autónomas, “conciencia”
por un lado y, por otro, la entidad “ser” o
“ser social”. Lógicamente, ya sin conciencia,
pues la operación conceptual ha extraido del
“ser social” la “conciencia”. Esta operación
induce una confusión, pues no estamos ante
realidades sino ante entidades analíticas
conceptuales. La conciencia no puede existir
sino como dimensión del ser social y éste, el
ser humano, se distingue precisamente por
esa dimensión, la conciencia, que le es inherente
e inseparable. Decir que el ser social
determina la conciencia es una ficción analítica
que induce a error, porque si se la saca
del ser social ambos, conciencia y ser social,
dejan de existir como realidades y mal se
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puede establecer entre ambas entidades conceptuales
una relación de causalidad lineal y
unidireccional.
Igual ocurriría con la metáfora de la estructura
económica que determina la superestructura
jurídica, política y cultural, donde está
educación. Aparentemente hay dos entidades
separadas que se vinculan por relación de
determinación o causalidad. Ocurre, sin embargo,
anota Murrugarra, que el mismo Marx
pone en cuestión esa operación conceptual
cuando señala que las fuerzas productivas
son el componente básico de la economía y
que los seres humanos son la principal fuerza
productiva. Recuerda para ello sus referencias
burlonas a la robinsonada de creer que
existen seres humanos sin herencia cultural,
o sea sin valores, sin conocimientos, capacidades
y destrezas que la educación han
desplegado en ellos. Por su parte, Murrugarra
enfatiza que en esta lectura de Marx, los
procesos educativos generan, producen, la
principal fuerza productiva.
Destaca que Mariátegui hace la misma operación
cuando habla del “íntimo engranaje que
hay entre la economía y la enseñanza”. Conceptualiza
también la economía como algo
externo a la enseñanza, cuando en realidad
ésta concurre a crear el componente fundamental
de la primera, los seres humanos, sus
conocimientos y capacidades. Es cierto, nos
dice, que hay entre economía y enseñanza
un íntimo engranaje, pero no es entre dos
entidades separadas que estén en relación de
determinación lineal unidireccional una de la
otra. De lo visto cree posible afirmar que si
somos concientes de la operación conceptual
de abstracción o escisión hecha que lleva a la
constitución de entidades conceptuales diferenciadas,
tenemos que afirmar que si entre
economía y educación o enseñanza hay una
relación de causalidad o determinación es de
carácter circular, de determinación mutua, no
unidireccional.
Postula Murrugarra que esa lectura alternativa
de Marx y Mariátegui, lejos de llevar al
abandono de la lucha por cambiar la educación
y sus componentes pedagógicos, obliga
a hacerlo con más dedicación. Pues si se
quiere cambiar la economía y conseguir que
la principal fuerza productiva, los seres humanos,
desplieguen sus potencialidades y
las conviertan en capacidades creadoras de
riqueza, se tiene que asumir decididamente
... continúa en la página 12
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Carmen Peredo Cavasssa*
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¿Se ordenarán las Filiales Universitarias?
Preocupa a todos la profusión de la oferta
universitaria en nuestro país, sin mayor
control de su calidad. A la creación de nuevas
universidades se suma un casi incontrolable
crecimiento de “filiales universitarias”, las
que bajo otras denominaciones -con evidente
propósito de evadir la ley – como Sedes
Desconcentradas, Sedes Descentralizadas,
Unidades Académicas, Unidades Descentralizadas,
Centros Académicos, etc, han profundizado
la crisis por la que atraviesa la universidad
actualmente.
La Ley Universitaria originalmente establecía
(artículo 5º) que las universidades no podían
tener filiales o anexos, con la excepción de
la creación de facultades dentro de su ámbito
departamental y de acuerdo a las necesidades
de la región. Sin embargo, en el año
1996 con la dación del Decreto Legislativo Nº
882, Ley de Promoción de la Inversión en la
Educación se abrió la posibilidad de que la
persona natural o jurídica propietaria de una
universidad organice, gestione y administre
“las filiales, sucursales, sedes o anexos de
acuerdo a la normatividad específica” (artículo
5º inc. f), normatividad que por entonces
aún no existía. En ese marco, en julio
del 2001 se promulgó la Ley Nº 27504 y en
mayo del 2003 su reglamento, regulando la
creación de filiales universitarias, y facultando
a la ANR para evaluar el proyecto de creación
de filiales, emitir los informes sobre su
procedencia y efectuar el dictamen final, es
decir, en la práctica, salvo el Informe sobre
factibilidad financiera y presupuestal del Ministerio
de Economía y Finanzas -esto último
cuando se tratase de filiales de universidades
públicas-, dependía totalmente de la ANR la
creación de las filiales universitarias.
Este vacío normativo inicial, y posteriormente
la evidente inacción del organismo competente
para contrarrestar la proliferación de
las pseudo filiales, han provocado que en la
actualidad, según un estudio estadístico elaborado
por nuestra oficina (OCU), se encuentran
funcionando, más de doscientas “filiales
universitarias” que no cuentan con autorización
de la ANR, la cual sólo habría autorizado
14, todo ello en desmedro de la calidad de la
formación universitaria en nuestro país y de
la necesaria relación que debe existir entre la
oferta profesional y el mercado laboral.
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Prueba de la preocupación que esta situación
ha generado en diversos ámbitos de la
sociedad fue la presentación en el congreso
de 12 proyectos de ley al respecto. En abril
pasado la Comisión de Educación, Ciencia,
Tecnología, Cultura y Patrimonio Cultural del
congreso emitió un Dictamen recaído en dichos
proyectos en el que se propone la derogación
de la Ley 27504 y la restitución de
la vigencia del artículo 5 de la Ley Universitaria,
haciendo expresa la prohibición de la
creación de nuevas filiales de universidades
públicas y privadas fuera del ámbito departamental
de su sede principal. Respecto a las
filiales que obtuvieron la autorización de la
ANR disponía la continuación de su funcionamiento
al amparo de dicha autorización,
mientras que en el caso de las instituciones
que funcionen como “filiales” irregulares, facultaba
a la Asamblea Nacional de Rectores
para declarar mediante resolución la nulidad
de sus “actos académicos y administrativos”
y la no inscripción de los “grados y títulos”
que otorguen, así como a interponer denuncia
penal contra aquellos que contravinieran
lo dispuesto en dicha ley. Por último, como
Disposición Transitoria Única, el dictamen
establecía la continuación del trámite de autorización
de funcionamiento de las filiales
de las universidades que hubiesen presentado
su solicitud con anterioridad a la vigencia
de la ley, otorgando un plazo de 120 días a
la ANR para resolver al respecto.
Sin embargo este dictamen generó muchas
dudas sobre si constituiría un cambio significativo
de la realidad existente, más aún
cuando no hacía sino reincidir en dejar a
cargo de la ANR la facultad para regular y
conducir una situación que ya había sido de
su plena competencia todo este tiempo.
Ello explica por qué el 08 de junio el congreso
aprobara un proyecto de ley introduciendo
algunas variantes respecto a los proyectos
iniciales. Si bien se mantiene la fórmula
derogatoria de la Ley 27504 y de restitución
de la vigencia del artículo 5º de la Ley Universitaria,
el proyecto aprobado dispone en
relación a las filiales autorizadas por la ANR
que sea el Consejo Nacional para la autorización
de Funcionamiento de las Universidades
(CONAFU) el encargado de ratificar la autorización
otorgada por la ANR, prescribiendo
además, que la no ratificación de dicha autorización
genera su clausura definitiva.
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En relación a las “fi liales” universitarias no
autorizadas encarga también al CONAFU la
adopción de las acciones pertinentes para
su clausura así como formular las denuncias
penales correspondientes ante el Ministerio
Público.
El proyecto de ley aprobado dispone, como
lo hacía el Dictamen, la continuación del trámite
de las solicitudes de autorización de
funcionamiento de fi liales tramitadas con anterioridad
a la vigencia de la ley, pero traslada
la facultad de autorizar o denegar su funcionamiento
al CONAFU, en un plazo de 120
días, prescribiendo que dicho procedimiento
se regulará por un reglamento que esta misma
entidad apruebe para dicho efecto.
Resulta también necesaria la precisión hecha
en la Primera Disposición Final del proyecto
aprobado cuando hace extensiva la ley a las
“fi liales, sucursales, sedes o anexos constituidos
conforme al artículo 5º inc. f) del Decreto
Legislativo 882”, ya que la fl exibilidad
que este dispositivo introdujo en el marco
normativo respecto a las fi liales dio lugar a
que algunas universidades que se acogieron
a ese decreto legislativo transformándose en
sociedades comerciales, interpusieron ante
el Poder Judicial Acciones de Amparo a fi n
de que dada su nueva naturaleza jurídica les
era inaplicable el procedimiento para autorización
de fi liales ante la ANR.
Sin embargo, si bien es cierto el texto fi nal
de esta ley, cuya promulgación está pendiente
contiene algunos avances en relación
a lo dispuesto en el Dictamen, el artículo
4º, con una redacción diferente, mantiene
lo dispuesto en aquel Dictamen, facultando
a la ANR declarar la nulidad de los actos
“académicos y administrativos” que expidan
las instituciones que funcionen como fi liales
con trasgresión de la ley y disponer la no
inscripción de los “Grados y “Títulos Profesionales”
que otorguen, aún cuando en todo
lo demás el proyecto confi ere la competencia
al CONAFU. En este aspecto sería preciso
anotar que los actos jurídicos que carecen
de elementos esenciales o se celebran con
trasgresión de normas preceptivas de orden
público devienen en nulos de pleno derecho,
por lo que no requieren de pronunciamiento
que así los declare (ni administrativo ni
judicial) resultando sólo necesario o útil dicho
pronunciamiento, cuando alguna de las
partes pretenda ejercer un derecho sobre la
base de ese acto nulo. Más aún cuando esta
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declaración de nulidad es de aplicación a los
actos administrativos que sólo pueden ser
realizados por las entidades públicas y abren
la posibilidad de su cuestionamiento en la vía
contencioso administrativa.
Como hemos visto es una necesidad urgente
regular la apertura y funcionamiento de
las fi liales universitarias. Si bien el proyecto
aprobado es un avance al respecto, todavía
mantiene notorias imprecisiones que pueden
obstaculizar la adecuada resolución de este
problema. Ahora recae en el CONAFU, mientras
no se implemente el Sistema Nacional
de Evaluación, Certifi cación y Acreditación de
la Calidad Educativa, la gran responsabilidad
de garantizar una mínima racionalidad en la
oferta universitaria, frenando la irracional
apertura de fi liales y sucedáneos con nombres
distintos, responsabilidad extensiva a
las fi liales ya autorizadas, las cuales también
deberán ser evaluadas para su ratifi cación o
cierre defi nitivo.
* Consultora de la Ofi cina de Coordinación
Universitaria del Ministerio de Educación
IN MEMORIAM
Consternados por la noticia de la muerte
de nuestro querido Juanito Abugattás,
nos percatamos de que este descenlace
debió estar entre nuestras previsiones y,
sin embargo, tal vez por un elemental -y
futil- mecanismo de defensa, (¿es posible
defenderse de lo inevitable?) no llegamos
a admitirlo... esperando verlo reincorporado
a tanta empresa limpia, valiosa,
como las que él solía animar, posibilitándonos
el privilegio de acompañarlo... Por
lo mismo, algo mas fuerte que el fatuo
“principio de realidad”: el principio de la
esperanza, nos otorga la certeza de que
igual nos anima y nos acompaña, y que
nos corresponde ahora y siempre, como
él, remontar la adversidad; apostar, como
él, por la vida, empresa que sólo puede
llevarse a cabo plenamente con sentido
de colectividad, aquel que él cultivó con
integridad, con una belleza que siempre
irá asociada a su memoria.
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¿Cuál es el contexto geopolítico y económico actual donde se desarrolla?
Conocimiento para un mundo justo, equitativo y sostenible
Fidel Castro Díaz-Balart*
Durante el Encuentro de Intelectuales y
Artistas en Defensa de la Humanidad, el
autor presentó un enfoque conceptual y holístico
sobre las tendencias, los escenarios,
los escenarios actuales y la brecha abrumadora
que separa al Norte y al Sur, desde una
perspectiva poco tratada, la de los países pobres.
Abordó, entonces, interrogantes como
cuál es el contexto geopolítico y económico
actual donde se desarrolla el conocimiento,
cómo se manifiesta la brecha informática y
científica, y cuáles son en el terreno científico
y tecnológico los desafíos fundamentales
de los países subdesarrollados, en su afán
por alcanzar un mundo justo, equitativo y
sustentable.
Sostenibilidad y retos de la globalización
neoliberal
La sostenibilidad está muy relacionada con
muchos otros aspectos del desarrollo y la
sociedad: el poder económico, la energía, el
agua, la desertificación, los cambios climáticos
y otros fenómenos ambientales, y de la
seguridad alimentaria del planeta. Pero también,
aunque menos interiorizados por no
corresponder al mundo material, el desarrollo
sostenible debe entenderse raigalmente
vinculado, a otros asociados a la espiritualidad
y bienestar del hombre y su desarrollo
humano. Así, sin cuestionar el concepto
comúnmente aceptado de desarrollo sostenible,
considero, más abarcador y justo que
este, además de incluir el económico, los recursos
naturales y prioridades ambientales
de la sociedad, tome en cuenta, el desarrollo
humano equivalente, en el que la educación,
la salud, la cultura y el conocimiento, sean
los valores principales del futuro.
Es decir, los problemas de la actualidad plantean
un doble desafío en virtud del creciente
deterioro del ecosistema mundial y del cambio
climático inducido por la contaminación:
explotar y sacar provecho del potencial existente
para lidiar con los problemas del desarrollo
y las necesidades del planeta, y a la
vez impedir que estos se conviertan en otra
fuente de divisiones e injusticia, dominación
y de atraso en el mundo contemporáneo,
incluso dentro de lo países desarrollados. Para
ilustrar lo anterior, sólo unos breves datos
sobre la demanda de energía, el crecimiento
demográfico, y la erosión del medio ambiente.
La demanda de energía aumentará vertiginosamente.
Según los estimados, para el año
2050, el consumo total de energía, aun en un
escenario medio, será equivalente al doble
de la actual, que asciende a 10 000 millones
de toneladas de petróleo equivalente anuales,
cuyo precio hoy día, ronda los 50 dólares
el barril. Si se continúa utilizando como hasta
ahora principalmente el combustible fósil el
mundo tendrá ante sí otro problema apremiante
en la contaminación. La cantidad de
desechos vertidos al medio ambiente, supera
ya la capacidad de asimilación del planeta La
población humana está creciendo.
Se ha calculado que para el año 2050 será
de 8000 millones y en el 2100, oscilará entre
11.000 y 12.000 millones de habitantes. La
mayor parte del incremento o probablemente
todo, se producirá en los países en desarrollo,
quienes tendrán que hacer frente al mayor
desafío social, financiero y tecnológico.
El problema de los recursos hídricos se presenta
muy dramático para el siglo actual.
Así, en el mundo en desarrollo, el 80% del
uso del agua está destinado a la agricultura,
proporción que no es sostenible; y, en el
2015 algunos países en desarrollo no podrán
mantener su nivel de riego en la agricultura.
Igualmente para el 2015 casi la mitad de
la población mundial -más de 3000 millones
de personas- vivirá en países con escasez de
agua -con menos de 1.700 metros cúbicos de
agua per cápita anuales- fundamentalmente
en África, el Oriente Medio, Asia meridional y
el norte de China.
Lamentablemente, otras borrascas enturbian
el panorama mundial. En virtud del paradigma
de la globalización predominante caracterizado
por mercados desenfrenados, donde
actores en extremo desiguales, supuestamente
“compiten” entre sí en condiciones
“igualitarias”. Veamos algunas de las grandes
diferencias del mundo polarizado de hoy.
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El mundo globalizado se encuentra desequilibrado
y polarizado. El “polo” norte con menos
del 20% de la población controla aproximadamente
el 80% de los recursos mundiales
(y de alta tecnología), mientras que el “polo”
sur, sólo cuenta con el 20% de los recursos y
la ma-yoría de sus beneficios están concentrados
en una pequeña capa de la sociedad.
Es decir, con el 86% del PIB mundial, el 82%
de los mercados de exportación, el 68% de la
inversión extranjera directa, controla el 71%
del comercio mundial y consume el 80% de la
producción mundial de energía. Además, un
tercio de la población mundial, que se ha cuadruplicado
en los últimos 100 años, no tiene
acceso a redes centralizadas de energía.
Es decir, mientras el Norte dispone de una
parte abrumadora del PIB mundial, en el Sur
la gran mayoría de sus poblaciones vive en
general en la pobreza. Así, de los cerca de
5000 millones de personas que viven en la
actualidad en los países en desarrollo, 800
millones no cuentan con alimento ni atención
médica suficiente, cerca de 900 millones son
analfabetos, 1.200 millones de personas en
más de 110 países donde habitan, sobreviven
con un ingreso inferior a un dólar diario,
y su alimentación se ve amenazada por la desertificación.
Esta breve referencia a algunos de los principales
desafíos del nuevo mundo globalizado
pone de manifiesto que hoy día el verdadero
desarrollo sostenible es sólo una quimera
y que todo está relacionado. El analfabetismo,
el desempleo, la pobreza, el hambre, las
enfermedades; la falta de agua potable, de
vivienda, de electricidad; la desertificación,
los cambios climáticos, la deforestación, las
inundaciones, las sequías, la erosión del suelo,
la biodegradación, las plagas y otros por el
estilo son inseparables.
llustra asimismo, la gran distancia que separa
las vidas de los pobres del mundo
abstracto de la teoría económica moderna
basada en modelos diseñados para los
países más avanzados. Es inobjetable, el
aumento de la brecha norte-sur en cuanto
a desarrollo económico, el acceso a los
recursos naturales, capacidad científica y
tecnológica y la aparición consecuente de
una gran brecha digital y del conocimiento.
Brecha de la información y del conocimiento
A raíz de los mencionados procesos, veamos
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algunas de sus consecuencias para la ciencia
y el desarrollo de la tecnología. Hay que
comenzar por entender que el conocimiento
y la tecnología son transversales, e impregnan
todos los aspectos de la sociedad. En los
países del primer mundo las tecnologías de
la información y las comunicaciones (TICs)
se han desarrollado vertiginosamente. Es común
el uso de la telefonía móvil, el correo
electrónico y la Internet. Muchos productos
de la ciencia y la tecnología moderna contienen
programas informáticos como parte
esencial de su funcionamiento. Otros avances
científicos y técnicos como la Biotecnología,
los nuevos materiales, etc., también se
han potenciado considerablemente.
Recordemos algunas tendencias objetivas
relacionados con el vertiginoso desarrollo de
las TLCs: la internacionalización de los procesos
productivos, comerciales y financieros;
el conocimiento se convierte en el recurso limitante
en lugar de los bienes tangibles; la
necesidad de emplear una fuerza de trabajo
con niveles de calificación superior; la contracción
del tiempo de obsolescencia de productos
y tecnologías; el crecimiento del comercio
de bienes intangibles, la protección a
la generación de conocimientos; la necesidad
del uso inteligente de información en red para
generar nuevos conocimientos, que están organizados
en torno a nuevas tecnologías de
la información más potentes y flexibles. Ello
hace posible que la información misma se
convierta en el producto del proceso de producción.
Este círculo virtuoso, conduce a una
productividad y eficiencia mayores.
De ahí la necesidad de analizar y explicar
también la naturaleza y magnitud de la gran
distancia norte-sur en cuanto a capacidad
científica y tecnológica y la brecha digital y
del conocimiento que les separa.
El “norte” domina el empleo y el comercio
de estas tecnologías Sin embargo, con demasiada
frecuencia esta barrera digital y
del conocimiento se considera una cuestión
limitada, técnica o de ingeniería que
pueda abordarse de manera simple y rápida
aumentando la cantidad de computadoras,
mejorando la conectividad y proporcionando
un mayor acceso a Internet.
Sin embargo, la esencia del problema no se
refiere solamente a infraestructura y tecnología.
Se necesita un enfoque más integral
que también tome en consideración el crecimiento
económico y social, la educación,
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la calidad de vida y otros. Es decir como un
desafío que plantea el desafío de manera integral,
sustentado en el empleo de la ciencia,
la tecnología y los recursos humanos de excelencia.
Retos futuros en ciencia y tecnología
Los desafíos Principales para el futuro consisten
en crear capacidades en Educación,
Ciencia y Tecnología. El primer aspecto crucial
es eliminar el analfabetismo, pero este
objetivo es formidable ya que más de 850
millones de personas, es decir el 26% de todos
los adultos, son analfabetos. Es necesario
iniciar campañas masivas de educación
para la erradicación del analfabetismo. Es
indispensable crear asimismo, un contexto
cultural mínimo que tenga como base la promoción
de programas de educación superior,
científica y técnica, como ha realizado Cuba
con éxito.
En cuanto a Ciencia y Tecnología, existen disparidades
en las inversiones, en la producción
y en los recursos humanos de la ciencia
y la tecnología entre el Sur y el Norte. Sin
entrar en detalles estadísticos, sólo a partir
de algunos hechos se sabe que mientras en
el Norte se invierte del 2,5 al 3 % de su PIB
en la I+D, las inversiones del Sur oscilan entre
0,3% y 0,5%. En el Norte, el 0,2% de la
población participa en la ciencia y la tecnología,
mientras que en la mayoría de los países
del Sur la cifra es aproximadamente de
0,05%, resultando Cuba una excepción. En
consecuencia, la producción total de los países
respecto de las publicaciones y patentes
científicas también está por debajo del 10%
de la participación mundial.
La tendencia actual de utilizar el sistema de
propiedad intelectual como herramienta para
la privatización del conocimiento constituye
un reto fundamental, que amenaza la eficiencia
y la productividad de la creación científica
a escala mundial y la obstaculiza.
A su vez, la intensificación del robo de cerebros
es un problema crucial para el Sur.
Se conoce que el número de personas con
formación profesional que vive fuera de sus
países de origen se elevó de 75 millones en
1965 a 120 millones en 1990 y 150 millones
en el 2000. La tercera parte del personal más
calificado de África ha emigrado a países
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europeos y cerca de 60.000 de sus administradores
capacitados en los niveles secundario
y universitario emigraron entre 1985 y
1990.
Se ha calculado que solamente de América
Latina han emigrado, 1,1 millones de científicos
e investigadores hacia países industrializados
durante los últimos 40 años, lo
que indica que existe una pérdida de 27.500
científicos e investigadores por año. También
se ha estimado que en términos de costos
de capacitación de estos científicos, la región
transfirió alrededor de 30.000 millones de
dólares a EE.UU. durante ese período.
Otros desafíos son la poca vinculación entre
universidades, instituciones de ciencia y tecnología
y la industria. También y la necesidad
de otorgar el reconocimiento social y material
que merecen los científicos del Sur.
Conclusiones
¿Qué puede hacerse para responder a los retos
planteados?
1. Los países en desarrollo deben emprender
acciones concretas, a fin de establecer
un conjunto de objetivos estratégicos, cuyo
requisito previo deberá ser la ejecución de
programas masivos de educación;
2. La voluntad política y el acceso a los recursos
financieros son igualmente esenciales
para garantizar el desarrollo sostenible;
3. se requiere un grupo sólido de expertos
nacionales en el área de las Ciencias Básicas
para el desarrollo de las Altas Tecnologías basadas
en la ciencia.
Es necesario promover que los institutos de
investigación dediquen una parte considerable
de su actividad científica a la aplicación
de la ciencia internacional en la búsqueda de
soluciones a los problemas locales y siempre
que sea posible deberá promoverse también
la creación de parques científicos y tecnológicos
(o, incluso, tecnocélulas), como un vínculo
importante entre universidades, institutos
de investigación y la industria.
Caracas (Venezuela), 23 de enero de 2005
Fidel Castro Díaz-Balart. Matemático físico-nuclear.
Asesor científico de la Presidencia del Consejo
del Estado de Cuba
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DECLARACIÓN DE MADRID, EMITIDA POR LA PRESIDENCIA DEL
ENCUENTRO MUNDIAL DE MINISTROS DE CULTURA
A FAVOR DE LA DIVERSIDAD CULTURAL
En el encuentro mundial de
Ministros de Cultura celebrado
en Madrid los días 11 y 12 de junio
con asistencia de representantes
ministeriales de 50 países y de
20 países y Organizaciones Internacionales,
como observadores, se ha
podido constatar que la protección
y promoción de la diversidad cultural
es un objetivo común que es
preciso lograr. Por ello se considera
necesario acordar definitivamente
la Convención sobre la protección
y promoción de la diversidad de las
expresiones culturales en la próxima
Conferencia General de la UNESCO
(octubre 2005) en los términos recomendados
en la Tercera reunión
de expertos intergubernamentales.
La diversidad cultural es factor de
pluralismo, de democracia, de cohesión
social y empleo, de crecimiento
sostenible, de la propia identidad
de las sociedades e individuos y de
diálogo.
Es imprescindible frenar la homogeneización
y la estandarización actual
que puede suponer la quiebra del
equilibrio entre culturas y es decisivo
comprometerse con las nuevas
generaciones para proteger y promover
la rica diversidad cultural que
existe en nuestro planeta.
En consecuencia, es básico que la
futura Convención sobre la diversidad
cultural mantenga el contenido
recomendado por los expertos intergubernamentales
e incluya de manera
definitiva y clara los siguientes
elementos:
- El respeto a los derechos
humanos y a las libertades fundamentales
como base principal
de la diversidad cultural.
- El principio de igualdad de todas
las culturas, por cuanto todas las
expresiones culturales son parte
del patrimonio común de la humanidad.
- La naturaleza distinta de los bienes
y servicios culturales, por lo
que deben ser objeto de un tratamiento
particular y diferenciado
del conjunto de las mercancías.
- El derecho soberano de los poderes
públicos de establecer y
desarrollar políticas culturales
que fomenten y protejan la diversidad
cultural.
- El papel fundamental de la cultura
como factor de empleo, de
crecimiento económico y de desarrollo
sostenible, especialmente
de los países de menor renta.
- La necesidad de dotar a esta
Convención del mismo rango jurídico
que otros acuerdos internacionales.
Finalmente declaramos que el diálogo
entre las culturas es el mejor
medio para la comprensión y el conocimiento
mutuo entre las diferentes
sociedades y para la prevención
de conflictos.
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II Foro de las Macroregiones Centro y Amazónica:
“Globalización, regionalización, universidad peruana y Acreditación”
Los días 1, 2 y 3 de junio del presente año se realizó en la Universidad Nacional Agraria de la Selva, de
Tingo María, el II Foro de las Macroregiones Centro y Amazónica, que tuvo como tema central la discusión
sobre la universidad peruana y otros como “globalización”, “regionalización” y “acreditación”.
Este evento que fue organizado conjuntamente entre la Universidad Nacional Agraria de la Selva y la
Oficina de Coordinación Universitaria del Ministerio de Educación, contó como ponentes a Luis Delgado
Béjar, Zenón Depaz (MINEDU-OCU), Rubén Muñoz, Edmundo Murrugarra (CNE), Luis Campos Baca
(IIAP), Raúl Alfredo Rodríguez (UNMSM-AIDESEP), Hugo Nava (GICES), Juana Cuba (UNMSM-OCCAA).
Como panelistas participaron rectores y vicerrectores de UNAS, UNIA, UNAP, UNAMD, UNU, UNHEVAL,
UPLA, UNCP, UNA y estuvieron asistiendo al evento autoridades regionales, docentes y estudiantes de
distintas universidades del Perú.
Una constante en las ponencias presentadas, fue la exigencia de cambios en la universidad peruana que
permitan afrontar la profunda crisis en la que esta se encuentran. Así mismo, entre las propuestas de
los participantes al evento estuvo el abrir y mantener espacios de concertación que permitan examinar
los problemas de la educación superior e ir elaborando propuestas capaces de evitar los errores en la
que suelen incurrir quienes toman decisiones al respecto.
Luego de consultas, todos los presentes decidieron elaborar un pronunciamiento sobre la propuesta
elaborada por la Comisión de Educación del Congreso de la República, sobre el Sistema de Acreditación,
cuyo texto reproducimos por considerarlo representativo de la opinión universitaria y de interés
nacional.
Pronunciamiento
Los participantes en el II Foro de las Macrorregiones Centro y Amazónica: “Globalización,
Regionalización, Universidad Peruana y Acreditación”; realizado durante los días 1, 2 y 3 de Junio
del 2005, conscientes de la urgente necesidad de revertir el deterioro de la calidad de la educación
peruana, para lo cual la adecuada constitución del Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y
Certificación (SINEACE) es una cuestión decisiva, manifestamos a los legisladores nuestra demanda
de prontas definiciones al respecto, así como nuestra honda preocupación por algunos sesgos en el
tratamiento del tema que podrían mediatizar la eficacia de aquel sistema.
En primer lugar, consideramos necesario garantizar la plena autonomía del organismo operador del
SINEACES en la Educación Superior, condición de la objetividad y legitimidad de sus juicios.
Por otro lado, precisamos un abordaje integral del tema, lo cual exige una Ley que defina la composición
y alcances del sistema en su conjunto, así como de sus dos organismos operadores: el de la
Educación Básica y el de la Educación Superior.
En concordancia con el mandato de la Ley General de Educación, las necesidades de articulación
coherente del sistema educativo peruano y las tendencias globales en este tema, consideramos
equivocado separar la acreditación universitaria de la que corresponde a la educación superior no
universitaria, generando innecesariamente dos organismos operadores distintos en el ámbito de la
Educación Superior, cuando de lo que se trata es de integrar este nivel educativo hoy desarticulado,
atendiendo además a la simplificación de la gestión pública.
Asimismo, puesto que existen diferencias funcionales de los organismos operadores en la educación
básica y superior; que la construcción de una cultura de la calidad educativa supone un aprendizaje
progresivo; y que los procesos y modelos educativos, así como el campo del saber (en particular la
ciencia y la tecnología) se renuevan hoy permanentemente; creemos que tampoco es conveniente
para el SINEACES y sus dos organismos operadores un marco legal que establezca de antemano
innecesarios detalles en cuanto a sus funciones, las que por su complejidad técnica correspondería
sean definidas con la flexibilidad y criterio indispensables por académicos del más alto nivel que
tengan a su cargo el diseño y gestión del sistema.
Exhortamos, por tanto, a los legisladores a definir este tema, vital para encarar la grave situación
de la educación en el Perú, con suma prudencia, atendiendo, como corresponde, a la opinión de la
propia comunidad académica, considerando al mismo tiempo la urgencia de su definición.
Suscriben:
Universidad Nacional Intercultural de la Amazonía, Grupo de Iniciativa para la Calidad de la Educación
Superior, Universidad Nacional de Madre de Dios, Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
Universidad Nacional del Centro del Perú, Universidad Nacional de la Amazonía Peruana, Universidad
Nacional Daniel Alcides Carrión, Universidad Nacional Agraria de Puno.
Tingo María, Junio del 2005.
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La universidad peruana en cifras
La selectividad en
nuestras universidades
Carlos Abel Mora Zavala*
Un elemento importante para evaluar la
calidad académica de las universidades
es su capacidad de seleccionar a quienes han
de ser formados en sus aulas, puesto que en
la medida que consigan acoger a los mejores
postulantes aumenta su capacidad de formar
profesionales de óptimo nivel.
Es de público conocimiento que en las últimas
tres décadas las universidades peruanas,
por lo general han venido seleccionando a sus
estudiantes a través de un tipo de examen de
admisión cuestionado por privilegiar el memorismo,
dejando de lado una efectiva evaluación
de las capacidades y competencias.
Aunque en los últimos años algunas universidades
han buscado introducir mejoras en
sus exámenes de admisión, la gran mayoría
todavía persiste en mantener sin modificación
alguna el tipo de prueba tradicional.
Algunas cifras respecto al número de postulantes
e ingresantes nos pueden ayudar mucho
para situar convenientemente la discusión
sobre la calidad académica en la universidad
peruana.
El año 1985 el total de postulantes a las universidades
públicas y privadas fue de 208.493.
De ellos 41.249 postularon a universidades
públicas y 67.244 a universidades privadas.
59.654 ingresaron. 28.089 a las universidades
públicas y 31.565 a universidades privadas.
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Estas cifras muestran que aunque el porcentaje
de postulantes a las universidades
públicas en 1985 fue mayor que el de postulantes
a las universidades privadas, 67.74%
y 32.25% respectivamente; el porcentaje de
ingresantes fue mayor en las universidades
privadas (52.91%) que en las universidades
públicas (47.08%). También se desprende
que el porcentaje de postulantes que ingresaron
a las universidades públicas fue de
19.88%, mientras que en las universidades
particulares fue de 46.94%.
En el año 2004, el número total de postulantes
a las universidades públicas y privadas
fue de 384.208. De los cuales, 285.695
postularon a las universidades públicas, en
tanto 98.511 lo hicieron a las universidades
privadas. El número total de ingresantes a
las universidades públicas y privadas fue de
128.408. Pues bien, de ellos 53.379 ingresaron
a las universidades públicas, y a las
universidades privadas 75.029.
De las cifras anteriores, tenemos que el porcentaje
de postulantes a las universidades
públicas fue mucho mayor que para las universidades
privadas: 74.35% y 25.64% respectivamente.
No obstante, el porcentaje de
postulantes que ingresaron entonces a la universidad
pública fue de 18.68%, mientras en
las universidades privadas fue de 76.16%.
De otro lado, cabe notar que del total de ingresantes
el porcentaje de los que lo hicieron
a la universidad pública fue de 41.57%,
mientras que en la universidad privada fue
de 58.43%.
Corresponde a la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos, el más alto grado de
selectividad entre las universidades peruanas,
tomando la relación entre ingresantes y
postulantes. En los años 1990, 1994, 1998,
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2000 y 2002 tuvo un porcentaje de postulantes
que ingresaron de 11.34%, 8.93%, 9.18%,
8.54% y 8.52% respectivamente.
Si consideramos la evolución porcentual de
los postulantes que ingresaron en los años
1990, 1995, 2000 y 2004, se sigue que, las
universidades públicas muestran un grado de
selectividad netamente mayor que las universidades
privadas. Más aún, se percibe con
nitidez una caída del grado de selectividad
de las universidades privadas, pasando de
38.64%, a 76.16%.
De la consideración de las cifras mostradas
se concluye que las universidades públicas
desarrollan mayor selectividad que las universidades
privadas. La Pontificia Universidad
Católica del Perú muestra el más alto
grado de selectividad entre estas. Tomando
en consideración los años 1990, 1994, 1998,
2000 y 2002 el porcentaje de postulantes que
ingresaron a ella fue de 14.90%, 20.40%,
24.62%, 26.64% y 25.82% respectivamente.
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Por contraste, en el mayor número de universidades
privadas el grado de selectividad
tiende a ser muy bajo, y en algunas de ellas
virtualmente no existe. Si ello puede dar la
impresión de una mayor democratización del
acceso a la educación superior, no hay que
per-der de vista que, en la mayoría de los
casos se trata simplemente de incorporar a la
mayor cantidad de “clientes” o “usuarios”, sin
mayor consideración respecto a la demanda
efectiva de tales profesionales ni sobre la calidad
en su formación.
* Consultor de la Oficina de Coordinación
Universitaria del Ministerio de Educación
... viene de la página 3
la lucha por una educación y pedagogía
que liberen sus potencialidades. La tarea es
más urgente, añade, si tenemos en cuenta
que la política deja su sello en las relaciones
sociales de producción y que asistimos en el
país a la debacle de las elites políticas y su
sustento ideológico.
Sostiene Murrugarra que la lucha crítica
contra la hegemonía de la cultura dominante
tiene por finalidad construir nuevos horizontes
culturales, nuevos significados de
las cosas, los seres y las conductas, y es
condición decisiva para la auto liberación de
los pueblos dominados. Por eso, si el radicalismo
economicista decía “luchando también
se está educando”, ahora habría que
complementarla con la voz de orden “educando
también se está luchando”. Lucha
cultural, que incluye cambiar la educación
y la pedagogía. Y no se trata de abandonar
la lucha económica para reemplazarla
por la educativa y pedagógica, sino complementarlas,
porque la historia de los salarios
magisteriales demuestra que la lucha
economicista ha sido un fracaso histórico,
entre otras razones, porque se abandonó la
lucha por cambiar la educación y la pedagogía
que es el puente para cambiar el poder
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