Una cristiana.pdf - Ataun

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04.06.2013 Views

-¡Qué milagro! - le dije -. ¿Cómo no te encuentro al lado del tío Felipe? Me han dicho que no sales de allí. - Es una exageración - contestó tranquilamente, y sonriendo sin interrumpir su tarea -. El mal no requiere estar siempre allí, como no sea para que no se aburra de verse solo. ¡Viene tan poca gente! Pero hoy casualmente ha llegado de Pontevedra Castro Mera, y me lo entretendrá un ratito. Yo, con eso, me he escapado a dar una vuelta por aquí. Continuó arreglando. Las tazas, las copas, bajo su mano inteligente, se situaban en orden y con lucimiento, y en su bolsillo, a cada movimiento del brazo, se oía, sonoro y claro más que nunca, el tilinteo de las llaves. - Carmen - pregunté tomando una silla -: ¿y qué te parece a ti del estado del enfermo? ¿Le encuentras alguna mejoría? ¿Esperas que sanará? Nadie puede saberlo mejor que tú, que le cuidas.

Se volvió hacia mí con un plato de china en la mano, y antes de responder, lo pensó un poco. Luego dijo lentamente, con voz nublada y sinceramente dolorida: - No le encuentro mejoría ninguna. Al contrario. Tiene unos dolores horribles, y cada día se le presenta en alguna parte del cuerpo nueva llaga. Estos días empieza la garganta a afectársele. No: lo que es mejorar, no mejora. Se me figura, al contrario, que pierde más terreno del que el médico sospecha o da a entender. -¿Y tú... - murmuré acercándome a ella y hablando muy bajito - sé franca... sabes... lo que tiene? El plato chocó con las otras piezas de loza al depositarlo en el estante, y ella respondió tan bajo como había hablado yo mismo: - Sí. Callamos los dos un instante. Ella arreglaba, pero ya alterada y febril, y la loza y el cristal se embestían con frecuencia. Fui el primero a recobrar el uso de la palabra, y acercándome y

Se volvió hacia mí con un plato de china en<br />

la mano, y antes de responder, lo pensó un poco.<br />

Luego dijo lentamente, con voz nublada y<br />

sinceramente dolorida:<br />

- No le encuentro mejoría ninguna. Al contrario.<br />

Tiene unos dolores horribles, y cada día<br />

se le presenta en alguna parte del cuerpo nueva<br />

llaga. Estos días empieza la garganta a afectársele.<br />

No: lo que es mejorar, no mejora. Se me<br />

figura, al contrario, que pierde más terreno del<br />

que el médico sospecha o da a entender.<br />

-¿Y tú... - murmuré acercándome a ella y<br />

hablando muy bajito - sé franca... sabes... lo que<br />

tiene?<br />

El plato chocó con las otras piezas de loza al<br />

depositarlo en el estante, y ella respondió tan<br />

bajo como había hablado yo mismo:<br />

- Sí.<br />

Callamos los dos un instante. Ella arreglaba,<br />

pero ya alterada y febril, y la loza y el cristal se<br />

embestían con frecuencia. Fui el primero a recobrar<br />

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