Una cristiana.pdf - Ataun
Una cristiana.pdf - Ataun Una cristiana.pdf - Ataun
corto de alcances, compañero de estudios y también de hospedaje el año anterior. Era un chico apocado, insulso, tristón, pero el más tenaz y asiduo de todos nosotros, porque, huérfano de padre y madre, le pagaba la carrera con sus economías una abuelita casi octogenaria, que le había dicho: «No quiero morirme sin verte ingeniero». Su verdadero nombre era Restituto Suárez; pero por su patria y su aspecto triste, o, como dicen los portugueses, soturno, le habíamos puesto Dolfos. -¿Qué tiene? - pregunté a Portal. -¿Qué ha de tener? Chacho, lo natural. Que los cerebros son igual que los estómagos; no todos pueden resistir una misma comida, y comida fuerte: no todos son capaces de cenar langosta, verbigracia. Al infeliz se le ha indigestado el atracón de binomios y polinomios, invariantes y covariantes, canonizantes de las cúbicas, y otras hierbas. ¿Te parece a ti que no has más que meterse eso en las casillas de la chola, de una chola pobre y sin humus ninguno? ¡Cla-
o! como meter... se mete, mazo y escoplo, a fuerza de pasarse muchas noches en blanco, de suprimir todo ejercicio, y de embrutecerse con el machaques... Ese desgraciado de Dolfos no ha catado, puede decirse, un día de asueto desde que es alumno. No le ha dicho jamás a una mujer: «por ahí te pudras». ¡Si eso es vivir...! Y ahora está malo; malo de verdad. No prueba comida; tiene una tos blanda, que no me hace gracia ninguna; más flaco que un espectro... y dale que tienes a los libros. Quiere ganar al año a toda costa. Como no gane la Sacramental... Quedamos en que yo iría en breve a visitar al malparado asiduo. A tiempo que nos acercábamos a doblar la esquina de la calle de Alcalá, Portal me dio un achuchón, exhalando un grito. - Mira... mira quién va por allí... Volví la cabeza. Al trote corto de un jaco no muy fogoso ni de sangre muy pura, rodaba paseo arriba la victoria donde se reclinaba, provocativa y tímida a la vez, como suelen ir las mujeres de su oficio, Belén, mi pecadora.
- Page 363 and 364: - Mientras esté irritado, no... po
- Page 365 and 366: Pero la esposa no dejó salir nada
- Page 367 and 368: frac y pantalón nuevos brillaban c
- Page 369 and 370: maestoso está en El Barco Fantasma
- Page 371 and 372: Yo buscaba el pañuelo para amparar
- Page 373 and 374: egiones más hermosas para mí cuan
- Page 375 and 376: SEGUNDA PARTE La prueba - I - No s
- Page 377 and 378: doble, o con otro de los infinitos
- Page 379 and 380: Abrí la válvula. ¡Necesitaba tan
- Page 381 and 382: me disponía nuestro paisano el doc
- Page 383 and 384: orgullo, lo mismo que si dijesen:
- Page 385 and 386: en mis trece... Pero de ahí a cerr
- Page 387 and 388: lámina de Romeo subiendo por el ba
- Page 389 and 390: -¡Inocente! - exclamé gozándome
- Page 391 and 392: ita Mó, ni si cuenta con padre, ma
- Page 393 and 394: - Todavía no - respondió mi amigo
- Page 395 and 396: muy mal en tocar siquiera la conver
- Page 397 and 398: de la aristocracia en sus orígenes
- Page 399 and 400: Una cosa me cohibía, aguándome el
- Page 401 and 402: Buenos Aires. Con lo que sé ya me
- Page 403 and 404: - Verás - contesté, apoyándome e
- Page 405 and 406: - También a mí - contesté - me h
- Page 407 and 408: os, que tendrá dieciséis o diecis
- Page 409 and 410: tiendo. Nadie me quita de la cabeza
- Page 411 and 412: a toda costa... Pero a medida que p
- Page 413: disparate! Ya sabes que mi tío me
- Page 417 and 418: - III - Escribí a mamá una carta
- Page 419 and 420: confundir y barajar las cosas más
- Page 421 and 422: quería ocultarme a mí mismo, por
- Page 423 and 424: etroceso que realizamos ante la mue
- Page 425 and 426: expones? Ea, hoy sales a dar una vu
- Page 427 and 428: nas» cierto periódico muy autoriz
- Page 429 and 430: llez de los Roeles de Porcuna, nobl
- Page 431 and 432: to es que Pepita profesaba al seño
- Page 433 and 434: No pisé su casa sin religiosa emoc
- Page 435 and 436: su faz de rey mago, que parecía de
- Page 437 and 438: sin inflexiones, una voz blanca, y
- Page 439 and 440: prestarse, porque, según decía,
- Page 441 and 442: ladaré lo que decía de mi carrera
- Page 443 and 444: ven ustedes atarugados. Se les pide
- Page 445 and 446: que sería mucho mayor si no estuvi
- Page 447 and 448: quién entraba y salía en casa de
- Page 449 and 450: le la baba: «¡Cómo están tan un
- Page 451 and 452: íos, amigos de cháchara, pero má
- Page 453 and 454: gado por otro orden de sentimientos
- Page 455 and 456: Cada día se patentizaba mejor que
- Page 457 and 458: El segundo indicio, puramente moral
- Page 459 and 460: La satisfacción de tití se revela
- Page 461 and 462: páginas con ataques a mi tío y a
- Page 463 and 464: me otorgaría nunca: pensé tambié
corto de alcances, compañero de estudios y<br />
también de hospedaje el año anterior. Era un<br />
chico apocado, insulso, tristón, pero el más tenaz<br />
y asiduo de todos nosotros, porque, huérfano<br />
de padre y madre, le pagaba la carrera con<br />
sus economías una abuelita casi octogenaria,<br />
que le había dicho: «No quiero morirme sin<br />
verte ingeniero». Su verdadero nombre era Restituto<br />
Suárez; pero por su patria y su aspecto<br />
triste, o, como dicen los portugueses, soturno,<br />
le habíamos puesto Dolfos.<br />
-¿Qué tiene? - pregunté a Portal.<br />
-¿Qué ha de tener? Chacho, lo natural. Que<br />
los cerebros son igual que los estómagos; no<br />
todos pueden resistir una misma comida, y<br />
comida fuerte: no todos son capaces de cenar<br />
langosta, verbigracia. Al infeliz se le ha indigestado<br />
el atracón de binomios y polinomios, invariantes<br />
y covariantes, canonizantes de las cúbicas,<br />
y otras hierbas. ¿Te parece a ti que no has<br />
más que meterse eso en las casillas de la chola,<br />
de una chola pobre y sin humus ninguno? ¡Cla-