Una cristiana.pdf - Ataun
Una cristiana.pdf - Ataun Una cristiana.pdf - Ataun
mingo, ni paseo, ni carteíto con novias, ni nada, nada más que el libro, el eterno libro, ecuación va y ecuación viene, problema arriba y problema abajo, sin un minuto de desaliento, sin una falta de asistencia, sin un día de excusa. «¿Has visto ese animal, que no pierde ripio?» me decía mi paisano. «Va a ser ingeniero antes que nosotros... si no deja la piel. Porque está muy flaco y a veces tiene las manos acalenturadas. Le noto mal aliento; de fijo que ya el estómago no rige. Claro, ni hacer ejercicio, ni una triste distracción... Salustiño, bueno es salir avance, pero también hay que mirar por el número uno». Con Luis Portal hice yo excelentes migas, llegando a contraer estrecha amistad, aunque nuestras ideas y aspiraciones eran muy diferentes. Portal gustaba de manifestarse como hombre sagaz y práctico, o al menos daba indicios de que lo sería cuando llegase a la edad en que se marca y consolida la complexión moral de individuo. No diferíamos totalmente en nuestro
criterio: había dogmas comunes: Portal, lo mismo que yo, se declaraba partidario del selfhelp; aborrecía tutelas e imposiciones; creía que el hombre debe bastarse a sí mismo y aprovechar los primeros años de la juventud en preparar días de libertad o de bonanza para la edad viril. «No parecemos gallegos - me decía a veces- por la actividad que desplegamos en todo». Yo oponía a su observación el espíritu emigrante y aventurero que se ha desarrollado en los gallegos de poco tiempo acá. «Desengáñate - repetía con obstinación -: tenemos más de catalanes que de gallegos, chacho». Si en el modo de entender la dirección de la vida nos parecíamos mucho mi amigo y yo, no así en la apreciación del fin principal de la misma vida. Portal acostumbraba exponer el programa siguiente: «Chico, yo no he de andarme con pamplinas, ni papando moscas. Trataré de ganar dinero para reírme del mundo. Pasarse los años entre escaseces y privaciones, es una bronca. Mi papá es don Alejandro en puño, no suelta cuar-
- Page 1 and 2: Obra reproducida sin responsabilida
- Page 3 and 4: PRIMERA PARTE - I - Verán ustedes
- Page 5 and 6: pues no es fácil evitarlos al segu
- Page 7 and 8: a baranda - ya a impulsos de amoros
- Page 9 and 10: derrochador sempiterno, amigo de fr
- Page 11 and 12: El señor calvo y, grueso, que ocup
- Page 13 and 14: cesivamente larga, pero abundante r
- Page 15 and 16: doce de la noche. Ni le obligó a e
- Page 17 and 18: sas ni por sus merodeos y depredaci
- Page 19 and 20: cencia hizo el grandísimo truhán,
- Page 21 and 22: Vamos, convengan ustedes en ello: n
- Page 23 and 24: sin gran esfuerzo una docena de bic
- Page 25 and 26: la vida alegre; lo entretenido del
- Page 27 and 28: que lo que dejo, pues soy capaz de
- Page 29 and 30: por Luis de «alfabética» o «ast
- Page 31 and 32: llo de miedo, por su gran afición
- Page 33: al extender distraídamente por los
- Page 37 and 38: ser gloria, celebridad, pasión, av
- Page 39 and 40: seguido ese método. Déjame de his
- Page 41 and 42: ideal que la paz, y poco a poco ir
- Page 43 and 44: - Valiente antigualla está lo del
- Page 45 and 46: mente el cubano, melómano furioso,
- Page 47 and 48: -¡Bah! Porque no estudies hoy no p
- Page 49 and 50: pizarra que llevaba debajo del braz
- Page 51 and 52: tión hebraica, y armándome de res
- Page 53 and 54: me acordé a menudo de la «mancha
- Page 55 and 56: cabos de pelo y barba. Pero el caso
- Page 57 and 58: mi tío, sin ser descuidado en el t
- Page 59 and 60: saliendo sin gastarse una peseta, j
- Page 61 and 62: vía a protestar, porque los hombre
- Page 63 and 64: deroso a reprimirme, hice un movimi
- Page 65 and 66: -¡Vaya!, naturalmente. Como que te
- Page 67 and 68: era capaz de coger la botella y est
- Page 69 and 70: algún día se había de casar, ya
- Page 71 and 72: que yo estaba forjándome ilusiones
- Page 73 and 74: icos, algunos enteramente nuevos pa
- Page 75 and 76: ien se lame te puedo jurar que así
- Page 77 and 78: nación, me sosegaron el espíritu.
- Page 79 and 80: que te dé la gana. En fin, arrégl
- Page 81 and 82: Bajé hasta la Puerta del Sol, salt
- Page 83 and 84: tálamo, de madera, muy bajito y de
mingo, ni paseo, ni carteíto con novias, ni nada,<br />
nada más que el libro, el eterno libro, ecuación<br />
va y ecuación viene, problema arriba y problema<br />
abajo, sin un minuto de desaliento, sin una<br />
falta de asistencia, sin un día de excusa. «¿Has<br />
visto ese animal, que no pierde ripio?» me decía<br />
mi paisano. «Va a ser ingeniero antes que<br />
nosotros... si no deja la piel. Porque está muy<br />
flaco y a veces tiene las manos acalenturadas.<br />
Le noto mal aliento; de fijo que ya el estómago<br />
no rige. Claro, ni hacer ejercicio, ni una triste<br />
distracción... Salustiño, bueno es salir avance,<br />
pero también hay que mirar por el número<br />
uno».<br />
Con Luis Portal hice yo excelentes migas,<br />
llegando a contraer estrecha amistad, aunque<br />
nuestras ideas y aspiraciones eran muy diferentes.<br />
Portal gustaba de manifestarse como hombre<br />
sagaz y práctico, o al menos daba indicios<br />
de que lo sería cuando llegase a la edad en que<br />
se marca y consolida la complexión moral de<br />
individuo. No diferíamos totalmente en nuestro