Una cristiana.pdf - Ataun
Una cristiana.pdf - Ataun Una cristiana.pdf - Ataun
de América después de veinte años de emigración». Salimos de allí agarrados de bracete, y aquella tarde charlamos más que nunca. « Ya no te llevaré la contraria - advirtió mi amigo con resignación burlona -. Enamórate como un dromedario africano o como Marsilla el de Teruel... yo dejo correr el agua. Tú por ti mismo has de convencerte de la majadería de tus ilusiones. Nosotros, para ser felices, necesitamos mujeres ilustradas, que piensen como nosotros y que nos entiendan. Bueno, yo lo creo así; pero a ti se te ha puesto en el periquito que nos convienen las damas del siglo XIII o las santas góticas pintadas sobre fondo de oro... adelante. Ya te convencerás. Aparte de que la tití... chacho, ni esto. La lucha con lo imposible acabará por cansarte. Ea, no te atufes. Dime cómo andan tus amores; aligera ese corazoncito». - Luis - murmuré con misterio - yo no sé si me quiere o no me quiere a mí. Pero estoy cier-
to... ¡atiende bien!, de que le repugna su marido. - En eso demuestra buen gusto. - No me equivoco, no. La observo, Luisiño, la observo. Está la pobre descolorida: apenas come; por las mañanas, cuando va a la iglesia, y sobre todo los días que comulga, manifiesta cierta serenidad; pero por las noches... ¡Ay! Yo creo que tiene la cotidiana de la repugnancia. - Y el marido? ¿Se distrae por ahí? - Me parece que no. Se retira a horas razonables, aunque salga a conferenciar con Sotopeña o al Círculo. A Belén no intenta verla: me consta. Mi tío es avaro, ya lo sabes, y por economía capaz es de contentarse con lo de casa... Luis, yo trago mucha saliva, pero me consuela saber que ella está triste y padece. - Bonito consuelo. Y sabe Dios si te engañarás, y si esa mujer se entenderá perfectamente con su marido. - Es que si yo la viese hecha una tórtola con él... no sé qué me sucedería.
- Page 285 and 286: ningún crimen. El crimen es haber
- Page 287 and 288: que consigas de esa mujer, no te se
- Page 289 and 290: da aún, y el erizado pelo rojo com
- Page 291 and 292: ventana abierta la voz del ruiseño
- Page 293 and 294: ¡Ay Dios! Fuerzas, fuerzas para no
- Page 295 and 296: presar lo que siente el alma. Sus p
- Page 297 and 298: - Tú serás el loco y el energúme
- Page 299 and 300: Vamos, confiésale a tu mamá el di
- Page 301 and 302: en que menos se ajusta a tus ideas,
- Page 303 and 304: al revés que tú en casi todo! Pue
- Page 305 and 306: llar y que el drama interior es ene
- Page 307 and 308: no sé qué cruz, con mucho tratami
- Page 309 and 310: le recibió al pronto con cierta fr
- Page 311 and 312: miso del superior para bañarse y a
- Page 313 and 314: Al bajarme del tren en Madrid, en l
- Page 315 and 316: jada y la tormenta, que sentí un e
- Page 317 and 318: vivencia, quitando interés dramát
- Page 319 and 320: sugestiones de la ociosidad. El dia
- Page 321 and 322: -¿Eh? ¿Qué tal? - exclamó mi am
- Page 323 and 324: Pues aquí nos hemos aguantado los
- Page 325 and 326: - Calla, calla... Déjame a mí de
- Page 327 and 328: ueno de faya francesa, que me regal
- Page 329 and 330: tamente los demonios del cuerpo. Tr
- Page 331 and 332: te? Sepámoslo. ¡Venga ese program
- Page 333 and 334: tú íntimo amigo de un neo-católi
- Page 335: intelectual, de la contradicción p
- Page 339 and 340: tapete de coníferas y arbustos en
- Page 341 and 342: Salimos a la calle de Bailén, y no
- Page 343 and 344: ayer, y más mañana que hoy. Ya su
- Page 345 and 346: como capítulos, decidme si hay con
- Page 347 and 348: Convengamos en que tití Carmen no
- Page 349 and 350: con afán una ojeada, una sonrisa,
- Page 351 and 352: to que haberles echado a un tiempo
- Page 353 and 354: los tenía; podía excusársele alg
- Page 355 and 356: no repugnarse, no mirarse con antip
- Page 357 and 358: la servilleta, de encima de la mesa
- Page 359 and 360: - Ahora mismo voy a ponerle una car
- Page 361 and 362: qué a Carmiña, y sentándome a su
- Page 363 and 364: - Mientras esté irritado, no... po
- Page 365 and 366: Pero la esposa no dejó salir nada
- Page 367 and 368: frac y pantalón nuevos brillaban c
- Page 369 and 370: maestoso está en El Barco Fantasma
- Page 371 and 372: Yo buscaba el pañuelo para amparar
- Page 373 and 374: egiones más hermosas para mí cuan
- Page 375 and 376: SEGUNDA PARTE La prueba - I - No s
- Page 377 and 378: doble, o con otro de los infinitos
- Page 379 and 380: Abrí la válvula. ¡Necesitaba tan
- Page 381 and 382: me disponía nuestro paisano el doc
- Page 383 and 384: orgullo, lo mismo que si dijesen:
- Page 385 and 386: en mis trece... Pero de ahí a cerr
de América después de veinte años de emigración».<br />
Salimos de allí agarrados de bracete, y aquella<br />
tarde charlamos más que nunca. « Ya no te<br />
llevaré la contraria - advirtió mi amigo con resignación<br />
burlona -. Enamórate como un dromedario<br />
africano o como Marsilla el de Teruel...<br />
yo dejo correr el agua. Tú por ti mismo has de<br />
convencerte de la majadería de tus ilusiones.<br />
Nosotros, para ser felices, necesitamos mujeres<br />
ilustradas, que piensen como nosotros y que<br />
nos entiendan. Bueno, yo lo creo así; pero a ti se<br />
te ha puesto en el periquito que nos convienen<br />
las damas del siglo XIII o las santas góticas pintadas<br />
sobre fondo de oro... adelante. Ya te convencerás.<br />
Aparte de que la tití... chacho, ni esto.<br />
La lucha con lo imposible acabará por cansarte.<br />
Ea, no te atufes. Dime cómo andan tus amores;<br />
aligera ese corazoncito».<br />
- Luis - murmuré con misterio - yo no sé si<br />
me quiere o no me quiere a mí. Pero estoy cier-