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Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

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NORA ROBERTS AURORA BOREAL<br />

—Depen<strong>de</strong> <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> nos situemos.<br />

Frunciendo los labios, Coben se balanceó un poco hacia atrás apoyado en los<br />

talones.<br />

—¿Un perro muerto? ¿Relacionado con aquello?<br />

—Con algo tiene que distraerse uno.<br />

—Mire, no estoy totalmente satisfecho con la resolución <strong>de</strong> mi caso, pero tengo<br />

algunas limitaciones. Y muchas <strong>de</strong> ellas <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> se sitúa uno. Estamos <strong>de</strong><br />

acuerdo en que cuando Galloway fue asesinado en la montaña había una tercera<br />

persona que no hemos i<strong>de</strong>ntificado. Lo que no significa que matara a Galloway o que<br />

tuviera conocimiento <strong>de</strong>l crimen. Ni presupone que siga vivo, y es más lógico que<br />

quien matara a Galloway también liquidara a ese tercer hombre.<br />

—No, si el tercer hombre fuera Hawbaker.<br />

—No creo que fuera él. Pero en ese caso —siguió Coben—, está claro que ese<br />

tercer hombre no i<strong>de</strong>ntificado no tuvo nada que ver con la muerte <strong>de</strong> Hawbaker o<br />

con la muerte <strong>de</strong> un perro. Tengo una pequeña capacidad <strong>de</strong> maniobra,<br />

extraoficialmente, para confirmar la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l tercer hombre, pero eso no me<br />

lleva a ninguna parte.<br />

—Al piloto que los llevó arriba lo mataron en extrañas circunstancias.<br />

—No hay pruebas <strong>de</strong> ello. Lo he estado investigando. Kijinski pagó algunas<br />

<strong>de</strong>udas y contrajo otras durante el período que transcurrió entre la muerte <strong>de</strong><br />

Galloway y la suya. Es algo que mosquea, tengo que admitirlo. Pero nadie nos<br />

confirma que los llevara allí.<br />

—Porque todos han muerto menos uno.<br />

—No hay nada registrado, ni listas <strong>de</strong> vuelos. Nada. Tampoco hemos<br />

encontrado a nadie que conociera a Kijinski, o quiera admitirlo, y que recuer<strong>de</strong> que<br />

contratara ese vuelo. Es probable que él fuera el piloto, y <strong>de</strong> ser así, me parecería<br />

lógico que Hawbaker también se lo cargara.<br />

—Podría ser lógico. Pero Max Hawbaker no mató a tres hombres. Y tampoco se<br />

levantó <strong>de</strong> la tumba para cortar el cuello <strong>de</strong> este perro.<br />

—A mí me importa poco lo que le diga su instinto. Necesito algo sólido.<br />

—Deme un tiempo.<br />

Dos días <strong>de</strong>spués, Meg entró tranquilamente en la comisaría, saludó a Peach<br />

con la mano y fue directa al <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong> Nate.<br />

La ojeada que echó al tablero apenas la afectó.<br />

—Te pillé, guapo.<br />

—¿Cómo?<br />

—Incluso los polis más concienzudos, <strong>de</strong>dicados y entregados tienen un día<br />

libre a la semana. Es un <strong>de</strong>recho.<br />

—Peter está <strong>de</strong> baja. Nos falta una persona.<br />

—Y lo solucionas dándole vueltas a ese asunto y a todo los <strong>de</strong>más. Tienes que<br />

<strong>de</strong>spejarte un poco, Burke. Si surge algo, volvemos.<br />

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