04.06.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NORA ROBERTS AURORA BOREAL<br />

«Turistas», pensó Nate mientras tiraba las botas, probablemente abandonadas<br />

por otros turistas, en el asiento <strong>de</strong> atrás <strong>de</strong>l coche.<br />

Luego oyó el conocido estruendo <strong>de</strong> la avioneta y miró al cielo para ver cómo<br />

Meg se <strong>de</strong>slizaba entre las nubes.<br />

Cuando Nate llegó al minúsculo muelle <strong>de</strong>l río, ella ya había aterrizado. Se le<br />

ocurrió que los flotadores <strong>de</strong> la avioneta eran otra señal <strong>de</strong> la primavera. Se acercó al<br />

aparato, notando cómo se balanceaba el muelle a su paso, y vio que Meg y Jacob<br />

<strong>de</strong>scargaban provisiones.<br />

—¡Eh, guapísimo! —Soltó una caja, con lo que hizo temblar las planchas—. Te<br />

he visto en Rancor Woods. Y el corazón se me ha <strong>de</strong>sbocado, ¿a que sí, Jacob?<br />

El otro soltó una risita mientras transportaba una gran caja hasta su camioneta.<br />

—Te he traído un regalo.<br />

—¿De verdad? Sácalo.<br />

Meg metió la mano en otra caja y sacó unos preservativos.<br />

—He pensado que quizá te daba vergüenza comprarlos en La Tienda <strong>de</strong> la<br />

Esquina.<br />

—Pero no que me los dieras en público, ¿verdad?<br />

Cogió la cajita <strong>de</strong> su mano y se la metió en el bolsillo <strong>de</strong> la chaqueta.<br />

—Te he comprado tres, pero los otros los guardaré yo. —Le guiñó el ojo y se<br />

agachó para recoger otra caja. Él la levantó antes—. Ya la llevo yo.<br />

—Cuidado. Es un juego <strong>de</strong> té antiguo. Un regalo <strong>de</strong> la abuela <strong>de</strong> Joanna para el<br />

día que cumpla treinta años. —Cogió otra caja y lo siguió—. ¿Qué haces rondando<br />

por el muelle, jefe? ¿Buscas a una mujer perdida?<br />

—Y he encontrado a una, ¿verdad?<br />

Meg se echó a reír y le dio un pequeño codazo.<br />

—A ver si luego haces que me pierda un poco más.<br />

—Hoy hay cine.<br />

—El cine es el sábado.<br />

—No, lo han cambiado, ¿no te acuerdas? Coincidía con el baile <strong>de</strong>l instituto.<br />

—Vale, vale. Llevo ropa <strong>de</strong> repuesto aquí. ¿Qué ponen?<br />

—Programa doble. Vértigo y La ventana indiscreta.<br />

—Yo me encargo <strong>de</strong> las palomitas.<br />

Metió la caja en la furgoneta y le observó mientras él cargaba la suya.<br />

—Pareces cansado, jefe.<br />

—Debe <strong>de</strong> ser cierto que la primavera la sangre altera. No paro hasta el punto<br />

que me ha sido imposible ocuparme como quisiera <strong>de</strong> ciertas cuestiones.<br />

—Supongo que no te refieres solo a mi cuerpo serrano. —Echó, una ojeada a la<br />

avioneta, don<strong>de</strong> Jacob recogía la última caja—. Mi padre lleva dieciséis años muerto.<br />

El tiempo es relativo.<br />

—Quiero cerrar el caso para ti. Para él. Y también para mí.<br />

Meg enroscó un mechón <strong>de</strong>l pelo <strong>de</strong> Nate entre sus <strong>de</strong>dos. Le había permitido<br />

que se lo cortara. Una prueba <strong>de</strong> valentía, pensaba ella. O <strong>de</strong> que le tenía sorbido el<br />

seso.<br />

- 263 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!