04.06.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NORA ROBERTS AURORA BOREAL<br />

Charlene salió con un pedido; Meg volvió con el bloc <strong>de</strong> notas. Lo único que<br />

indicó que se habían cruzado fue la súbita bajada <strong>de</strong> la temperatura.<br />

Nate cogió la taza y miró sus notas para <strong>de</strong>spistar mientras Charlene se<br />

acercaba a su mesa. Incluso alguien que estaba en el bote tenía suficiente instinto <strong>de</strong><br />

conservación para no ponerse en medio <strong>de</strong> dos mujeres que estaban a la greña.<br />

—¿Le sirvo un poco más? ¿Ya le ha tomado nota Meg? No entiendo por qué no<br />

pue<strong>de</strong> ser más amable con los clientes.<br />

—No, gracias. Sí, ya la ha tomado. Y ha sido amable.<br />

—Será con usted, porque se la tira.<br />

—Charlene... —Captó las <strong>de</strong>scaradas risitas que venían <strong>de</strong>l compartimiento en<br />

el que se sentaban normalmente Hans y Dexter—. Por favor...<br />

—¿Ahora me dirá que es un secreto?<br />

—Des<strong>de</strong> luego ahora ya no lo es —murmuró él.<br />

—¿No ha pasado la noche en su habitación?<br />

Dejó la taza.<br />

—Si para usted eso es un problema, puedo trasladar mis cosas a casa <strong>de</strong> Meg.<br />

—¿Por qué iba a ser un problema para mí? —A pesar <strong>de</strong> su «No, gracias», le<br />

llenó <strong>de</strong> nuevo la taza en un gesto mecánico, y añadió—: ¿Por qué iba a tener yo un<br />

problema?<br />

Nate observó aterrorizado los ojos <strong>de</strong> Charlene, llenos <strong>de</strong> lágrimas. Sin darle<br />

tiempo a pensar cómo abordar la situación, ella se fue a toda prisa, salpicando el<br />

suelo <strong>de</strong> café.<br />

—Mujeres —dijo Bing <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la mesa <strong>de</strong> al lado—. No dan más que quebra<strong>de</strong>ros<br />

<strong>de</strong> cabeza.<br />

Nate se volvió. Bing estaba concentrado en el plato que tenía <strong>de</strong>lante, con<br />

huevos, salchichas y patatas fritas. Esbozaba una taimada sonrisa, pero si Nate no se<br />

equivocaba, sus ojos también transmitían un brillo <strong>de</strong> comprensión.<br />

—¿Ha estado alguna vez casado, Bing?<br />

—Una vez. Duró poco.<br />

—No se me ocurre por qué.<br />

—Pensaba repetir. No sé si agenciarme a una <strong>de</strong> esas rusas que pi<strong>de</strong>s por<br />

correo, como hace Johnny Trivani.<br />

—¿Sigue en su empeño?<br />

—Por supuesto. Según he oído, ha encargado dos. Se me ha ocurrido que<br />

podría esperar y ver cómo le va antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidirme.<br />

—Vaya, vaya... —Puesto que habían iniciado algo así como una conversación,<br />

Nate <strong>de</strong>cidió arriesgarse—: ¿Escala usted, Bing?<br />

—Antes sí. No me gusta mucho. Cuando tengo tiempo libre prefiero cazar.<br />

¿Busca una distracción?<br />

—Pue<strong>de</strong>. Los días son cada vez más largos.<br />

—Usted es <strong>de</strong> ciudad y encima flacucho. Yo que usted no me movería <strong>de</strong>l<br />

asfalto, jefe. Dedíquese a hacer calceta o algo parecido.<br />

—Siempre me ha atraído más el macramé. —Viendo aquel rostro sin expresión,<br />

Nate esbozó una sonrisa—. ¿Cómo no tiene usted una avioneta, Bing? Un hombre<br />

- 223 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!