04.06.2013 Views

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

Descargar - Alcaldia Municipal de San Miguel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

NORA ROBERTS AURORA BOREAL<br />

—En fin, ahora que estoy <strong>de</strong> vuelta, me alegro <strong>de</strong> verte, cariño. Si tienes un<br />

momento podríamos subir y echar el casquete <strong>de</strong> bienvenida. —Sonrió mientras<br />

empezaba a <strong>de</strong>sabrocharse la blusa—. Apuesto a que conseguiremos levantarla.<br />

—Una malísima imitación <strong>de</strong> Charlene, Meg.<br />

Aquello borró la sonrisa <strong>de</strong> su rostro.<br />

—Si no quieres follar no pasa nada, pero no hace falta que me insultes.<br />

—En cambio parece que tú necesitas hacerme daño, cabrearme. ¿Qué ocurre?<br />

—Es problema tuyo.<br />

Meg se levantó e intentó acercársele, pero él le agarró el brazo y la apartó.<br />

—No —dijo haciendo caso omiso <strong>de</strong>l gruñido <strong>de</strong> aviso <strong>de</strong> los perros—. El<br />

problema parece tuyo y quisiera saber <strong>de</strong> qué se trata.<br />

—¡No lo sé! —El malestar que reflejaba su tono convirtió los gruñidos en<br />

rugidos—. Rock, Bull, tranquilos. Tranquilos —dijo, más calmada—. Amigo.<br />

Se arrodilló, abrazó a los dos perros, les acarició el hocico.<br />

—¡Maldita sea! ¿Por qué no empiezas a chillar o sales hecho un basilisco o me<br />

dices que soy una zorra fría y <strong>de</strong>spiadada? ¿Por qué no me <strong>de</strong>jas en paz <strong>de</strong> una puta<br />

vez?<br />

—¿Por qué no te has molestado en dar señales <strong>de</strong> vida? ¿Por qué has estado<br />

buscando camorra <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento en que me has visto?<br />

—Un momento.<br />

Se levantó haciendo chasquear los <strong>de</strong>dos para que los perros la siguieran hacia<br />

la cocina. Cogió un par <strong>de</strong> galletas y se las echó. Luego se apoyó en la barra y miró a<br />

Nate.<br />

«Ya no está tan <strong>de</strong>macrado —pensó Meg—. Ha ganado peso en este último<br />

tiempo. Lo que da buen aspecto a un hombre, y le aña<strong>de</strong> tono muscular. Su pelo se<br />

ve suelto, le hace más atractivo, incluso se ha saltado una sesión <strong>de</strong> barbero. Y los<br />

ojos, tranquilos, <strong>de</strong>sgarradoramente tristes e irresistibles, mantienen pacientemente<br />

mi mirada.»<br />

—No me apetece dar cuentas a nadie. No estoy acostumbrada a hacerlo. Yo me<br />

ocupé <strong>de</strong> hacer esta casa, <strong>de</strong> crear mi negocio, organicé mi vida <strong>de</strong> la manera que está<br />

porque así me parecía bien.<br />

—¿Te preocupa que te pida cuentas? ¿Que espere que cambies tus priorida<strong>de</strong>s<br />

por mí?<br />

—¿Y lo esperas?<br />

—No lo sé. Tal vez vea una diferencia entre responsabilidad y afecto. Estaba<br />

preocupado por ti. Tus perros no eran los únicos que te echaban <strong>de</strong> menos. En cuanto<br />

al or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> priorida<strong>de</strong>s, sigo trabajando en el mío. Día a día.<br />

—Dime una cosa. Sin capulladas. ¿Te estás enamorando <strong>de</strong> mí?<br />

—Eso parece.<br />

—¿Y qué se siente?<br />

—Es como si algo volviera a mi interior. Como una sensación <strong>de</strong> calor, un<br />

intento <strong>de</strong> encontrar el ritmo. Es algo que da miedo —dijo acercándose a ella—.<br />

Agradable. Agradable y da miedo.<br />

—No sé si me apetece. No sé si es lo que siento.<br />

- 210 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!