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Autores: Gustavo Maldonado Ferrucho, Natalia Santana ... - Corpoica

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<strong>Autores</strong>: <strong>Gustavo</strong> <strong>Maldonado</strong> <strong>Ferrucho</strong>, <strong>Natalia</strong> <strong>Santana</strong> Medina, Daniel Jiménez<br />

Sistemas Agroforestales<br />

Una Experiencia Participativa Con Productores De Caña Panelera<br />

Introducción<br />

Aunque el sistema finca del productor campesino del occidente de Cundinamarca se basa en la producción<br />

de caña para la elaboración de panela, debe comprenderse como un sistema integral en donde confluyen<br />

otros productos agrícolas y pecuarios que se enmarcan en un contexto social, agroecológico y cultural<br />

específico.<br />

En esta región, el procesamiento de Ia caña mantiene una demanda significativa por el recurso forestal,<br />

principalmente para el procesamiento del jugo. No obstante la mejora introducida en los sistemas de<br />

combustión de las hornillas, el bagazo no es suficiente y se ha determinado un consumo promedio de 0.52<br />

kilogramos de leña por cada kilo de panela producido, lo cual significa una deforestación estimada en 714<br />

ha de bosque por año (Parrado y <strong>Santana</strong>, 2003).<br />

En cuanto al procesamiento, la producción de panela requiere, por una parte, de plantas cuyo mucílago se<br />

utiliza para limpiar o clarificar el jugo de la caña, y por otro, de especies que proporcionen madera para las<br />

construcciones y la elaboración de herramientas y gaveras (moldes).<br />

A la demanda del recurso forestal a nivel de finca causada por los sistemas de producción, a la<br />

comercialización de productos maderables y a las quemas frecuentes, se suma la presión por el uso de la<br />

tierra cuando crece la familia y cuando hay conflictos económicos, los cuales, participan del aumento de la<br />

tasa de deforestación. Todas estas prácticas conforman una amenaza seria para la sostenibilidad de la<br />

agroindustria panelera.<br />

Es claro, por lo tanto, que hay un aprovechamiento constante del recurso forestal en estos sistemas, sin<br />

que exista el hábito de<br />

Producción o reemplazo de los árboles utilizados, lo cual ha generado una drástica reducción de los<br />

relictos de bosque primario, de las áreas de bosque secundario y rastrojos, en donde se encuentran<br />

especies con alto potencial de uso en la industria, productoras de forraje y especies con reconocidas<br />

funciones protectoras de cauces, claves en la conservación del potencial hídrico y productivo.


Figura 1. Pila de leña empleada en la elaboración de la panela<br />

De acuerdo con estos antecedentes, <strong>Corpoica</strong> inició un trabajo participativo con productores paneleros en<br />

el occidente de Cundinamarca, dirigido hacia un cambio de percepción y de actitud frente a los recursos<br />

forestales, orientado hacia su reconocimiento, a mejorar su explotación, conservación, propagación y<br />

establecimiento planificado, como una estrategia para el mejoramiento de sus sistemas productivos y la<br />

recuperación de los suelos, el agua y la vegetación de la región.


Figura 2. Reuniones participativas de concientización, diagnóstico y definición de líneas de trabajo<br />

Un Proceso Participativo<br />

Al principio, se realizó un trabajo de diagnóstico para captar la percepción de los productores sobre su<br />

medio ambiente, conocer cómo manejaban sus recursos y cuáles eran los usos que les daban, a partir de<br />

lo cual se identificaron problemas y se plantearon algunas soluciones. Uno de los paradigmas encontrados<br />

y el más difícil de confrontar fue la convicción de que la combinación “árboles asociados a la caña” no era<br />

aplicable, pues los árboles limitan la producción de la caña. Como resultado de esta fase se establecieron<br />

lineamientos para orientar las acciones que se seguirían en el proyecto. Uno de los más importantes fue un<br />

inventario de especies forestales útiles en la zona, parte del cual se presenta en el Cuadro 1.<br />

Después, junto con los agricultores que decidieron participar en el proyecto, se caracterizaron las fincas<br />

mediante un inventario de los recursos: construcciones, maquinaria y equipos, cultivos permanentes y<br />

transitorios, potreros, animales, rastrojos, bosques y recurso hídrico. Este inventario se complementó con<br />

un mapa parlante de la finca elaborado por los mismos productores y sus familias. La información se<br />

compilaba por medio de entrevistas semiestructuradas y se corroboraba por medio de recorridos o<br />

transectos en la finca.


Cuadro 1. Inventario de algunas especies asociadas al sistema de caña panelera en las provincias de<br />

Gualivá, Magdalena Centro y Tequendama, occidente de Cundinamarca.<br />

Usos Nombre científico Nombres usados en la zona<br />

Guazuma ulmifolia Guásimo, guásimo<br />

Limpieza de jugos de caña Heliocarpus popayanenses Balso, balso blanco<br />

Triumfetta mollisima Cadillo, pega-pega<br />

Albizzia carbonaria Muche<br />

Guadua angustifolia Guadua<br />

Leña<br />

Inga edulis Guamo<br />

Muntingia calabura Chitato<br />

Simarouba amara Tara<br />

Cederla odorata Cedro, cedro rosado<br />

Cordia alliodora Moho<br />

Fagara rhoifolia Tachuelo<br />

Genipa americana Jagua, juaguillo<br />

Guadua angustifolia Guadua<br />

Maderables<br />

Jacaranda caucana<br />

Ladenbergia magnifolia<br />

Gualanday<br />

Cascarrillo<br />

Pseudosamanea guachapele Iguá<br />

Rapanea ferruginea Cucharo<br />

Simarouba amara Tara<br />

Tabebuia chrysantha Guayacán, polvillo<br />

Tabebuia rosea Ocobo, flor morado<br />

Eritrina poepigiana Cámbulo<br />

Guadua angustifolia Guadua<br />

Protectoras de agua Heliconia spp. Platanillo<br />

Sabal mauriiformis Palmicha, palmiche<br />

Trichanthera gigantea Nacedero, cajeto<br />

Albizzia carbonaria Muche<br />

Cassia spectabilis Vainillo, crucero<br />

Gliricidia sepium Matarratón<br />

Forrajeras Guazuma ulmifolia Guásimo, guácimo<br />

Leucaena leucocephala Leucaena<br />

Pseudosamanea guachapele Iguá<br />

Psidium guajaba Guayaba<br />

Trichanhtera gigantea Nacedero, madre de agua<br />

*Las especies empleadas como leña son las encontradas con mayor frecuencia en la región, sin embargo,<br />

varios de los entrevistados manifestaron usar indiscriminadamente cualquier especie forestal.<br />

Fuente: Parrado y <strong>Santana</strong> (2003).<br />

A la par se efectuaron las primeras reuniones, con el propósito de iniciar un proceso de concientización,<br />

también para definir las especies forestales a multiplicar, y fueron el primer escenario para proponer<br />

arreglos forestales, junto con el cultivo de la caña, que incluyeran los demás componentes del sistema<br />

finca. Una de las metas más importantes en esta fase, fue cambiar la percepción de “¿sembrar un árbol<br />

para que?, si uno nunca lo va a ver producir”, clara concepción de la visión del productor por obtener un<br />

beneficio directo e inmediato, debido al desconocimiento de la potencialidad de muchos de los recursos<br />

vegetales.


Seguido de estas reuniones, se realizaron charlas y giras de capacitación. El hecho de que los productores<br />

visitaran experiencias agroforestales adelantadas por otros campesinos en otras zonas y conocieran otro<br />

tipo de arreglos que no solo involucraban el sistema agrícola sino también componentes pecuarios, mejoró<br />

la motivación e incentivó mayor confianza frente a lo que se proponía con el proyecto. A partir del<br />

consentimiento del productor y la familia para participaren el mismo, se inició la propagación de material<br />

vegetal en vivero. Las especies propagadas se definían en conjunto con la familia campesina y las<br />

actividades de elaboración de sustratos, construcción del vivero, elaboración de semilleros, siembra y<br />

embolsado inicial las ejecutaban ellos mismos.<br />

Con Ia propagación de las plántulas en el vivero, y después de las capacitaciones desarrolladas, se<br />

empezó a diseñar el Plan de Manejo Agroforestal en cada una de las fincas. Este Plan se concibe como el<br />

primer paso para el ordenamiento predial, base del ordenamiento territorial de un municipio o microrregión.<br />

En esta fase el investigador y el productor trabajaban en conjunto para definir los arreglos forestales que se<br />

implementarían, la forma como se iban a establecer y su manejo posterior.<br />

El plan de manejo agroforestal por predio se conformó con toda la información que hasta ese momento se<br />

había recopilado: descripción general de la finca y del estado actual de los sistemas agrícolas y pecuarios,<br />

inventario de los recursos, campos de acción agroforestal y mapa actual de la finca.<br />

Para proponer los posibles arreglos se llevó a cabo la valoración de sitio y condición (Gastó et al. 1993),<br />

metodología que permite hacer una evaluación inicial del predio y efectuar el seguimiento del mismo de<br />

acuerdo con los cambios de uso y manejo del suelo. Para proceder a esta evaluación se establecieron<br />

parámetros y niveles de tipo cualitativo, se emplearon variables como uso del suelo actual y futuro.<br />

Topografía, pendiente, drenaje, características de uso, insumos, etc., cada una de éstas con variables<br />

codificables (Cuadro 2). Esta información se obtuvo y analizó de conformidad con el recorrido que se hacía<br />

de la finca y Ia información suministrada por los productores. Finalmente, sobre la base de la propuesta del<br />

Plan de Manejo Agroforestal, los productores y sus familias trasplantaron las plántulas obtenidas en los<br />

viveros según los arreglos prediseñados. En total se multiplicaron alrededor de 25.000 plántulas de<br />

especies maderables, forrajeras, protectoras del agua, frutales, plantas con propiedades aglutinantes y<br />

productoras de leña, con la participación de agricultores que además se encuentran en proceso de<br />

conformación de 25 Empresas Asociativas de Trabajo ubicadas en Villeta, Sasaima, Quebradanegra, La<br />

Vega, Vergara, Tocaima, Nimaima, Chaguaní, Guaduas, Caparrapí, La Mesa, Quipile, Tocaima y Anapoima<br />

(todos en Cundinamarca).<br />

Resultados<br />

Se puede decir que de cada finca de cada arreglo establecido surgieron varios resultados, unos para<br />

mejorar, otros para promocionar, otros de los cuales aprender. El resultado más exitoso fue la respuesta de<br />

las personas que participaron en el proyecto, pues cambiaron su forma de percibir el medio ambiente,<br />

aprendieron la importancia de aprovechar los recursos disponibles promoviendo su cuidado, y se logró<br />

confrontar el paradigma de que la caña no se produce bien en asocio con árboles.


Cuadro 2. Indicadores para la valoración de sitio y condición.*<br />

*Adaptado de Gastó, Cosio y Canario (1993).<br />

Fuente: <strong>Corpoica</strong> – Pronatta (2004).<br />

El Vivero<br />

Establecer un vivero en Ia finca y mantenerlo en producción constante no es una tarea difícil y mucho<br />

menos costosa. El vivero es el primer paso para promover el habitad de producción y reemplazo de los<br />

árboles que son utilizados, biodiversificar la finca y recuperar el recurso forestal y con éste el agua y el<br />

suelo.<br />

El tamaño de los viveros establecidos, como se observa en fa Figura 3, varió entre 20 y 25 m². Los<br />

materiales para construir la estructura y los germinadores provinieron de la misma finca, con predominio del<br />

uso de la guadua, las varas de carbonero, el nacedero y el guásimo. El manejo que hicieron los<br />

productores al vivero, consistió en el riego diario, las desyerbas y el seguimiento permanente a la presencia<br />

de plagas y enfermedades. El sustrato para hacer el semillero y el embolsado varió de finca a finca y en<br />

algunos casos se mezclaba la tierra con bagacillo, ceniza y abonos orgánicos tipo compost,<br />

lombricompuesto y bokashi. Aunque no fue una práctica generalizada, se recomendó desinfectar el sustrato<br />

mediante solarización.<br />

Las semillas seleccionadas según los intereses de cada productor, se consiguieron de dos formas: las<br />

especies de difícil recolección se compraron, en tanto que la semilla de las especies menos conocidas<br />

comercialmente, pero nativas en la región, se recolectaron en la zona con la colaboración de los<br />

productores.<br />

El costo de instalación del vivero incluye los rubros mano de obra, tierra, madera, malla de gallinero,<br />

polisombra del 40%, alambre, puntillas, manguera y regadera. Estos costos, para un vivero de 25 m²,<br />

equivalen a $166.500 (pesos de 2003).<br />

Los costos fijos de producción de plántulas involucran los rubros elaboración del sustrato, semilla, abono,<br />

bolsas, embolsado, preparación del sustrato para embolsar, trasplante de plántulas y el cuidado y<br />

mantenimiento mensual. Estos costos, considerados para la producción de 1.000 plántulas en los viveros<br />

comunitarios familiares, equivalen a $224.000 por ciclo. A estos costos se les ajustaron los de cuidado y<br />

mantenimiento del vivero por cuatro meses y se estimó que el costo de producción por plántula lista para<br />

trasplantar a sitio definitivo fue de $381.5.<br />

La enseñanza de las prácticas culturales del vivero buscaba que el productor continuara con la producción<br />

y multiplicación de plantas después de la finalización del proyecto, inclusive convirtiéndose en una fuente<br />

de ingresos. Bajo este supuesto, se puede fortalecer la participación de la mujer campesina en la<br />

contribución económica a la familia, pues en la mayoría de los casos son ellas quienes cuidan del vivero y<br />

se encargan de las labores de embolsado y trasplante.


Figura 3. Vivero comunitario de la vereda Líbano, Empresa Asociativa de Trabajo Los Centauros, municipio<br />

de Quipile.<br />

Multiplicación De Especies Productoras De Extractos Clarificantes<br />

Los extractos vegetales más empleados en la limpieza o clarificación del jugo de caña en el occidente de<br />

Cundinamarca son los obtenidos del guásimo (Guazuma ulmifolia), del balso (Heliocarpus popayanensis), y<br />

del cadillo (Tiumfetta mollisima), de las cuales se utiliza el mucílago existente en la corteza de las ramas o<br />

del tronco principal dependiendo de la especie. En cuanto a abundancia, las especies más frecuentes son<br />

el balso y el guásimo, más común este último por sus características fisiológicas que lo hacen resistente a<br />

las podas a las que es sometido. Del balso se aprovecha la corteza del tronco principal y por ser su<br />

recuperación muy lenta, se propicia su paulatina desaparición.<br />

Ambas especies tienen una tradición de uso definido por su adaptación agroecológica, el balso predomina<br />

entre los 1.2OO y 2.000 m.s.n.m. y el guásimo entre los 0 y los 1.200. De acuerdo con el concepto de los<br />

productores, el mejor extracto vegetal para la clarificación del jugo de la caña es el que se obtiene del<br />

cadillo, pero esta especie es de crecimiento lento y no se recupera fácilmente después de cada corte por lo<br />

que casi ha desaparecido.<br />

Debido a que el balso (Helíocarpus popayanensis) es importante para este renglón productivo y que su<br />

abundancia o disponibilidad se encuentra en entredicho, se le dio prioridad a su estudio, para lo cual se<br />

efectuaron ensayos pregerminativos en laboratorio y se motivó su propagación en campo mediante los<br />

viveros comunitarios. Así mismo, se efectuaron pruebas de germinación de cadillo (Triumfeta mollisima),<br />

pero la germinación y el desarrollo bajo condiciones de laboratorio e invernadero no produjeron los mejores<br />

resultados.


Arreglos Agroforestales<br />

En los Planes de Manejo Agroforestal se probaron 11 arreglos agroforestales, pero sólo se seleccionaron<br />

cinco tipos de arreglos que están en proceso de validación. Estos diseños son los que hasta el momento se<br />

han mostrado acordes con la cultura campesina y la producción de caña panelera, obtenido a la vez que<br />

sirven para complementar esta actividad, ya sea al dar mejor uso al suelo, aumenta la calidad y la<br />

disponibilidad de forraje diferente al cogollo, producir leña, generar madera para la construcción (a su vez<br />

reducir la presión sobre los bosques remanentes en las fincas) y mejorar la dieta alimentaria de las familias.<br />

Tales arreglos son:<br />

Inclusión de árboles maderables en cultivos de caña<br />

Surcos de árboles maderables, en especial jagua (Genipa americana), o cobo (Tabebuia rosea), nogal<br />

cafetero o moho (Cordia alliodora) y cedro rosado (Cedrela odorata). Estas especies se siembran después<br />

del corte de caña a una distancia inicial de 5 x 20 metros y con el proceso de selección y raleo al final<br />

deben tener una distancia de 15 a 20 metros en cuadro o en curvas de nivel.<br />

El objeto de sembrar estas especies es la producción de madera fina al final de un ciclo de 10 a 15 años sin<br />

dejar de producir caña. Este arreglo surge de la necesidad de obtener madera para la construcción y para<br />

la fabricación de herramientas de uso en la elaboración de panela como las gaveras (moldes).<br />

Las cuatro especies recomendadas fueron las de mayor aceptación por parte de los paneleros debido a su<br />

crecimiento erecto y a su follaje poco denso, no obstante, se les debe dar un manejo con podas de<br />

formación inicial, buscando formar un sólo fuste robusto; más tarde, se deben hacer podas de<br />

mantenimiento, por lo menos una vez al año, evitando horquetas y ramas con tendencia horizontal. Este<br />

mantenimiento permite proveer de leña permanente al sistema finca.<br />

Inclusión de especies forrajeras como bancos de proteína, en franjas, linderos o división de lotes<br />

Los bancos de proteína mixtos para mejorar los rastrojos y complementar los nutrientes que aporta el<br />

cogollo de caña, pueden establecerse con especies como leucaena (Leucaena leucocephala), matarratón<br />

(Gliricidia sepium), nacedero (Trichantera gigantea), guásimo (Guazuma ulnífolia), y otras que se<br />

seleccionan acorde con la altura sobre el nivel del mar y el régimen de humedad. Las densidades<br />

propuestas para los bancos de proteína son de 1 a 2 metros en tres bolillo según la pendiente y en un área<br />

inicial de un cuadro (40 x 40 metros).<br />

Las franjas de árboles y arbustos forrajeros en linderos, o para dividir lotes de caña, pueden establecerse a<br />

distancias que varían ente 1 y 2 metros entre plantas y que depende del tamaño de la finca o de la<br />

pendiente.<br />

Estos arreglos se recomiendan por ser muy funcionales en los sistemas paneleros, pues mejoran la ceba<br />

de rumiantes, debido a que sirven como complemento a los nutrientes del cogollo de caña. Sánchez et al.<br />

(2000), indican que la caña tiene mayor contenido de fibra, carbohidratos estructurales y tan sólo 5 a 6% de<br />

proteína bruta, mientras que el contenido de este nutriente esencial para acelerar el aumento de peso de<br />

los animales alcanza valores mayores en especies como nacedero(18%), Ieucaena (25%), Matarratón<br />

(25%) y guásimo (14%).<br />

Estudios en Costa Rica encontraron que la materia seca que aportaron el matarratón (G. sepium) y el<br />

cámbulo (Eithryna poeppígiana) como cerca viva y mediante tres cortes al año, produjeron entre 3.500 y<br />

6.000 kilogramos de materia seca por kilómetro al año, con un nivel de digestibilidad de 56 a 65% y<br />

proteína (PC) de 20 a 26%.<br />

La generación de forraje en grandes volúmenes tiene una connotación trascendental que es inducir a los<br />

productores a pasar del libre pastoreo al sistema de corte y acarreo donde los animales están en<br />

confinamiento o semiconfinamiento. Este sistema tiene como ventajas la facilidad de acumular estiércol<br />

para la producción de abonos orgánicos, la ocurrencia de menores problemas sanitarios, menor impacto<br />

sobre el suelo por reducción del transito y el pisoteo del ganado y mayor ganancia de peso en menor<br />

tiempo.


Figura 4. Parcela agroforestal del Sr. Senén Moreno en Anapoima, Cundinamarca.<br />

Combinación de caña, cultivos transitorios y árboles<br />

Es a combinación de árboles, caña y cultivos transitorios fríjol (phaseolus vulgaris), guandúl (Cajanus<br />

cajan), y maíz (Zea mayz). Las distancias propuestas son las siguientes: caña a 1.2 x 1 metros, fríjol<br />

(variedades Diacol Calima o Radical) en surco sencillo o doble surco entre las calles de caña, a una<br />

distancia de 0.40 metros entre surco y 0.20 entre plantas y los árboles con el mismo sistema de siembra<br />

explicado en el primer arreglo. El maíz se siembra depositando tres semillas por sitio cada cinco metros en<br />

cada surco. Si se incluye guandúl, se recomiendan hileras sencillas a 60 centímetros entre plantas,<br />

colocando dos semillas por sitio.<br />

Este diseño es una adaptación de investigaciones anteriores de <strong>Corpoica</strong>, en el cual se sugiere el uso de<br />

fríjol y maíz después del corte de la caña y se propone así mismo la incorporación del elemento arbóreo<br />

para generar varas y madera. EI objetivo es tener, además de la caña, varias cosechas de cultivos como


fríjol y maíz, y, a largo plazo, el aprovechamiento económico de los árboles (ocobo, jagua, nogal cafetero y<br />

cedro rosado).<br />

Inclusión De Caña En Cultivos De Frutales (Cítricos-Mango)<br />

Introducción de caña con variedades de rápido deshoje y poco cogollo dentro de cultivos de frutales como<br />

cítricos o mango, con cuatro o cinco años de establecidos. En este arreglo es posible sustituir la caña por<br />

un pasto de corte. La caña se siembra a 1 x 1 metros y los frutales a distancias no inferiores a 8 x 1 metros,<br />

haciéndose podas semestrales para incrementar la disponibilidad de luz, mientras los cortes de caña se<br />

pueden hacer entre los 14 y 16 meses.<br />

Este último arreglo se estableció en la provincia del Tequendama dado el interés de los agricultores por<br />

aprovechar las amplias calles de los cultivos de mango, el cual es de gran importancia económica en esta<br />

provincia y es uno de los que presenta mayor área sembrada en la zona.<br />

Figura 5. Hilera de moho Cordia alliodora establecido en el lindero de un lote de caña. Vereda Guarumal,<br />

La Vega (Cundinamarca)<br />

Análisis Comparativo Monocultivo - Parcela Agroforestal<br />

En este análisis participó el Sr. Senén Moreno, de la vereda El Rosario, municipio de Anapoima, provincia<br />

del Tequendama. Allí se realizó un ensayo en una parcela de 0.8 hectáreas, en donde se estableció un<br />

arreglo que involucró un cultivo nuevo de caña, cultivos transitorios (maíz y fríjol) y árboles. En la parcela se<br />

sembraron 4 hileras de ocobos (Tabebuia rosea) distanciados 5 metros entre árboles y 20 entre hileras,<br />

para un total de 80 árboles.<br />

Para estudiar esta parcela se consideraron por lo menos tres aspectos: los costos de la caña como cultivo<br />

nuevo (plantilla), los ingresos en dinero y los beneficios intangibles. Este ejercicio cubre un período de dos<br />

años, desde el establecimiento hasta el beneficio del primer corte de caña. Para el caso del cultivo de caña<br />

la producción se limita al rendimiento final en cargas de panela, mientras en la parcela agroforestala,


demás de la producción de panela, es posible obtener productos en períodos de tiempo más cortos (fríjol a<br />

los 120-150 días, maíz a los 4 -5 meses), que favorecen la estabilidad económica de los productores y la<br />

seguridad alimentaria.<br />

A mediano y largo plazo se inicia el aprovechamiento parcial de las especies arbustivas o arbóreas, lo cual<br />

aportará los materiales requeridos en el predio, o eventuales ingresos por productos como la leña y las<br />

varas resultantes del entresaque y manejo de los árboles. Estos productos no se pueden valorar en el lapso<br />

de tiempo de dos años en que se está analizando este caso, ya que sus beneficios empiezan a percibirse<br />

en mayor tiempo. La cantidad de leña y madera que es posible producir en esta parcela aún se encuentra<br />

en evaluación.<br />

Los costos indicados en la Tabla 1 hacen referencia al establecimiento de un cultivo de caña en<br />

monocultivo y al de un cultivo de caña en un sistema agroforestal. Para este fin, los costos del monocultivo<br />

de caña son el resultado de las labores e insumos utilizados para la siembra por el sistema a chorrillo, que<br />

requiere por lo general, tres desyerbas por valor de $578.000. En los costos de instalación de la parcela<br />

agroforestal, se añaden los costos referentes al cultivo de fríjol, de maíz y de los árboles, en los cuales se<br />

tuvieron en cuenta todas las labores e insumos en que se incurre para su establecimiento.


Tabla 1. Costos reales del establecimiento de un cultivo de caña en monocultivo y de un cultivo de caña en<br />

una parcela agroforestal, y los costos estimados del beneficio de la caña en un lote de 0.8 hectáreas<br />

(precios de 2003).<br />

*Labores comunes entre todos los cultivos.<br />

Fuente: <strong>Corpoica</strong> – Pronatta (2004)<br />

Las desyerbas son las labores que determinan la diferencia respecto al establecimiento de la caña en<br />

monocultivo y en asocio con otras especies y con árboles, debido a que éstas no se le atribuyen sólo a la<br />

caña sino que se suman al final como labores comunes a toda la parcela, pues benefician a todos los<br />

cultivos. Además, se establecen cultivos transitorios que generen cobertura como el fríjol, por el efecto del<br />

follaje se hace innecesaria una tercera desyerba.<br />

Los costos atribuidos al beneficio de la caña se estimaron según los cálculos del agricultor, ya que de este<br />

lote él espera un rendimiento de 100 cargas (125 kg) de panela, o cual es acorde con lo obtenido en zonas<br />

como la Hoya del Río Suárez. Este rendimiento en panela se asume como el 10% de la biomasa<br />

cosechable, como tallos movibles, la cual oscila entre 120y 160 toneladas/ha. El benefio de dicha biomasa<br />

alcanza un costo similar en los dos casos, como se indica en la Tabla 1.


De acuerdo con los costos de producción, la parcela de caña asociada demanda más recursos que en<br />

monocultivo debido al establecimiento de las otras especies: el maíz ($62.000), el fríjol ($628.000) y los<br />

árboles ($121.000). Es en los ingresos económicos y en los beneficios ambientales donde la parcela<br />

agroforestal cobra importancia al considerar el rendimiento de los cultivos asociados y los beneficios<br />

generados a corto, mediano y largo plazo.<br />

En cuanto a ingresos netos, aunque la parcela agroforestal considera mayores costos de establecimiento,<br />

se aprovecha mejor la mano de obra, se refuerza la seguridad alimentaria y se reduce el riesgo económico<br />

de los campesinos al no depender de un sólo renglón productivo. Los ingresos a corto plazo de la parcela<br />

agroforestal (primer corte) superan los ingresos del monocultivo como se observa en la Tabla 2, en donde<br />

los ingresos netos obtenidos en un lote de caña en monocultivo son de $487.000, mientras que en la<br />

parcela agroforestal son de $1.001.000.<br />

A largo y mediano plazo se empiezan a percibir los ingresos derivados de la explotación forestal (leña,<br />

varas y madera); igualmente, los beneficios por las denominadas externalidades que podrían calificarse<br />

como servicios ambientales (conservación del suelo, el agua, de la fauna, reducción del riesgo económico,<br />

reducción del riesgo de erosión, entre otros).<br />

En cuanto a los beneficios ambientales que se pueden generar en la parcela agroforestal, uno de los más<br />

importantes es el aumento de la biota que habita en el suelo, mejorando las condiciones fisicoquímicas del<br />

suelo y la disponibilidad de nutrientes para las plantas.<br />

En el caso de las micorrizas (hongo del suelo biofertilizante), se realizó un conteo de esporas por gramo de<br />

suelo en la zona de la rizósfera de cepas de caña y de algunos árboles como el guayabo, el ocobo, el moho<br />

y el guásimo. Se encontró que el número de esporas por gramo de suelo era mayor en la rizósfera de los<br />

árboles (hasta 88 esporas/gramo de suelo en el caso del guayabo), mientras que en la rizósfera de la caña<br />

apenas se encontraron entre 5 y 8 esporas/gramo de suelo.<br />

A mayor cantidad de esporas en el suelos, se tendrá un mayor porcentaje de infección de las raíces de la<br />

caña y, por consiguiente, una mayora absorción de nutrientes, especialmente de fósforo.<br />

Otras ventajas de la inclusión de componente arbóreo y de los cultivos transitorios en la parcela es el<br />

aumento de hojarasca que aumenta el contenido de materia orgánica en el suelo y la disponibilidad de<br />

nutrientes, y que en el caso del ocobo, por ser un árbol caducifolio cuyas hojas se caen en época de<br />

sequía, permite mantener la humedad del suelo en esta época crítica para el cultivo de la caña. La<br />

cantidad de hojarasca y los nutrientes que aporta Tabebuia rosea a la parcela agroforestal aún es objeto de<br />

estudio.


Tabla 2. Ingresos netos recolectados en la parcela agroforestal y en la parcela de monocultivo de caña<br />

(Precios 2003)<br />

*Productos cuyo ingreso no se obtiene en los primeros años.<br />

**No disponible<br />

Fuente: <strong>Corpoica</strong> – Pronatta (2004)<br />

Conclusiones<br />

En los sistemas productores de panela es considerable el consumo de los productos de los árboles y por<br />

ello las prácticas agroforestales no son sólo una alternativa productiva sino un imperativo que se debe<br />

enseñar, incentivar e implementar para disminuir la presión sobre este recurso, el cual es fundamental para<br />

la conservación del agua y el suelo.<br />

Para que la implementación de prácticas agroforestales genere resultado como estrategia de renovación y<br />

conservación de los recursos naturales, no puede concebirse desde afuera sino que debe ser una<br />

concepción aceptada y promovida por los mismos agricultores. Es el éxito final de un programa como éste,<br />

radica en que estas prácticas o la forma de manejar el recurso forestal se convierta en un hábito, en una<br />

práctica cultural más, inherente al sistema productivo.<br />

Es necesario reconocer que como criterio para que este proceso pudiera ser replicable, no se abordó el<br />

desarrollo de una receta o conjunto de normas o procedimientos, sino por el contrario, se enfatizó la<br />

necesidad de valorar las condiciones locales, la oferta ambiental, las limitantes y la planificación, como<br />

elementos determinantes para la selección de especies y técnicas a aplicar. Desde este punto de vista, un<br />

producto no esperado, intangible, es la valoración intrínseca no económica del predio como lugar para el<br />

desarrollo de un proyecto de vida más coherente con los elementos integrantes de la naturaleza, sin<br />

descartar la opción de generación de ingresos.


Por otra parte, los sistemas agroforestales aquí propuestos son aquellos que recibieron mayor aceptación<br />

por parte de los agricultores paneleros del occidente de Cundinamarca; más, sin embargo, es lógico<br />

esperar que en otras regiones paneleras se adapten otros arreglos con similares o mejores resultados.<br />

Referencias Bibliográficas<br />

Andrade, A. 1997. Especies forestales. En: Sistemas de información geográfica- Plan de acción forestal<br />

para Colombia (Colombia) Año 4, número 14. p. 4-151.<br />

Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria-Programa Nacional de Transferencia de<br />

Tecnología. (Bogotá, Colombia). 2004. Incorporación participativa de prácticas agroforestales en el sistema<br />

de producción de caña panelera mediante la inclusión de especies de uso y efecto múltiple en el occidente<br />

de Cundinamarca. Bogotá, <strong>Corpoica</strong> 155 p. (informe final).<br />

FAO. Agroforestería pecuaria. Honduras. http://www.faosict.un.hn/practicas/003_agroforesteria_pecuaria.htm<br />

Gastó, J.; Cosio, F; Panario, D. 1993. Clasificación de ecorregiones y determinación de sitio y condición;<br />

manual de aplicación a municipios y predios rurales. Santiago, Chile, Red de pastizales. Andinos. 254 p.<br />

Parrado, A.; <strong>Santana</strong>, N. 2003. Diagnóstico participativo del uso y manejo de los recursos agua suelo y<br />

especies forestales utilizados en el sistema de producción de panela en cuatro municipios del occidente de<br />

Cundinamarca. Bogotá. Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Agronomía. 139 p. (Tesis para<br />

optar al título de Ingeniero Agrónomo).<br />

Sánchez, L; García, G,; Albarracín, L,. 2000. Evaluación de sistemas de alimentación en bovinos y<br />

porcinos con base en subproductos de la caña para panela; una alternativa sostenible para pequeños<br />

productores en el departamento de Cundinamarca. Bogotá, <strong>Corpoica</strong>-Pronatta. 51 p .<br />

Trujillo, E. 1997. Manual de agrofofestería. En: Sistemas de información geográfica- Plan de acción forestal<br />

para Colombia (Colombia). Año 4, número 15, p 4-196.

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