Capítulo 9 - Gravimetría
Capítulo 9 - Gravimetría
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QUÍMICA ANALÍTICA - CAPÍTULO 9<br />
MÉTODOS GRAVIMÉTRICOS<br />
1. Formación y Propiedades de los Precipitados<br />
1.1. Mecanismo de precipitación<br />
La formación de una fase sólida en el seno de una solución saturada es un proceso altamente<br />
complejo y con características propias del precipitado que se está formando. Por otro lado, precipitados<br />
de una misma sustancia pueden cambiar profundamente según las condiciones en que se los obtuvo.<br />
Este panorama nos indica que no existe un mecanismo único de precipitación. Sin embargo existen tres<br />
etapas en el proceso de precipitación que son comunes a todos los precipitados, si bien ocurren en cada<br />
caso con características propias, y que se han considerado para la elaboración de un proceso idealizado<br />
de precipitación.. Este proceso supone que estas etapas se cumplen sucesivamente y que una de ellas<br />
debe completarse antes de entrar en la siguiente, a pesar de evidencias de diferente tipo indican que en<br />
general ocurren con algún grado de simultaneidad. Las tres etapas del modelo idealizado son:<br />
- nucleación<br />
- crecimiento<br />
- envejecimiento<br />
1.1.1. Nucleación<br />
Durante esta etapa se forman cristales sumamente pequeños, submicroscópicos; como<br />
involucran muy poco material, la concentración de la solución prácticamente no se modifica. Se supone<br />
que el número de cristales queda definido en esta etapa: una vez formados los núcleos el material en<br />
solución se deposita en la etapa de crecimiento sobre ellos y no se forman nuevos núcleos luego de esta<br />
etapa. En consecuencia también el tamaño promedio de las partículas se definiría en esta etapa, grande<br />
si se formaron pocos núcleos, pequeño si los núcleos fueron muchos.<br />
El primer estudio sistemático del efecto de las condiciones de precipitación sobre el tamaño de<br />
las partículas fue realizado por von Weimar a comienzos del siglo XX, quien relacionó los efectos de la<br />
solubilidad (S) y la concentración de reactantes (Q) con el diámetro promedio de las partículas formadas<br />
(d):<br />
1 Q − S<br />
= dispersion = const.<br />
d<br />
S<br />
donde el cociente (Q – S)/S se conoce como "sobresaturación relativa". De acuerdo con esta expresión,<br />
cuanto mayor es la sobresaturación, menor es el tamaño promedio de las partículas, lo que nos indica<br />
que se ha formado un mayor número de núcleos. A su vez cuanto mayor sea el valor de S (y<br />
generalmente S aumenta con la temperatura), menor será el cociente (Q – S)/S, y menor será entonces<br />
el número de núcleos formados, resultando en partículas mayores. Para obtener mayor facilidad en el<br />
filtrado y lavado, a la vez que menor contaminación con impurezas, es conveniente obtener partículas de<br />
mayor tamaño, por lo que de ser posible se deberán ajustar las condiciones de precipitación a fin de<br />
mantener en un mínimo el cociente (Q - S)/S. Esto permite definir las condiciones en que debe efectuarse<br />
una precipitación: para lograr partículas mayores se deben mezclar reactivos diluidos, mantener baja la<br />
sobresaturación relativa por mezclado lento y agitación intensa, trabajando en condiciones en las que la<br />
solubilidad del precipitado sea alta. Si es necesario, para que la precipitación sea completa, se puede<br />
disminuir la solubilidad del precipitado hacia el final de la precipitación, cuando los núcleos ya están<br />
formados y una disminución en la solubilidad no resulta en la formación de núcleos nuevos sino en un<br />
depósito sobre las partículas ya existentes. Un buen ejemplo de esta práctica es la precipitación de<br />
oxalato de calcio: se comienza con una solución ácida de los iones calcio sobre la que se adiciona ácido<br />
oxálico (sin que haya precipitación en estas condiciones de pH). Se alcaliniza lentamente por agregado<br />
de gotas de amoníaco sobre la solución en caliente; el aumento lento del pH aumenta la concentración<br />
del anión oxalato de modo que comienza la precipitación, en condiciones que son de alta solubilidad,<br />
ideales para obtener partículas grandes. El agregado de más amoníaco induce la precipitación de más
Química Analítica – <strong>Capítulo</strong> 9<br />
sólido que se va depositando sobre cristales ya existentes. Finalmente se agrega un exceso de amoníaco<br />
y se disminuye la temperatura para evitar pérdida de calcio por solubilidad.<br />
La Figura 1 indica la relación más común entre la solubilidad de un sólido en un solvente dado y<br />
la temperatura. La solubilidad a distintas temperaturas se representa en la curva UU'; más allá de la curva<br />
MM' la solución se vuelve inestable y sujeta a nucleación espontánea y precipitación. Entre ambas curvas<br />
existe una zona que corresponde a una solución sobresaturada, en un estado metaestable.<br />
Concentración de soluto<br />
M<br />
U<br />
Q<br />
T<br />
S<br />
Figura 1. Dependencia con la temperatura de la solubilidad de un sólido.<br />
Así para una temperatura dada T, la adición lenta del agente precipitante a la solución causará un<br />
aumento continuo en la concentración del soluto hasta que se alcanza la saturación de la solución en el<br />
punto S sobre la curva UU', pero en condiciones absolutamente homogéneas no ocurrirá precipitación<br />
hasta que por adición de más agente precipitante se alcance el punto Q sobre la curva MM', donde<br />
comenzará espontáneamente la nucleación y precipitación. En situaciones experimentales usuales, sin<br />
tomar cuidados especiales, cualquier minúscula partícula sólida (como polvillo del aire) actúa como<br />
núcleo y la precipitación ocurre en las cercanías de la curva de saturación UU'; el mismo efecto se<br />
consigue frotando las paredes del recipiente con una varilla de vidrio.<br />
1.1.2. Crecimiento<br />
En esta etapa el material de la solución sobresaturada se deposita sobre los núcleos preexistentes<br />
hasta alcanzar cristales de tamaño macroscópico; idealmente, en esta etapa no se forman<br />
nuevos núcleos. Esquemáticamente, se puede representar el crecimiento por etapas de aumento del<br />
tamaño de partículas según:<br />
Iones (~1 Å = 10 -4 µm) → núcleos cristalinos (10 -4 a 10 -3 µm) → partículas coloidales (10 -3 a 10 -1 µm) →<br />
partículas de precipitado<br />
El crecimiento de los núcleos es un proceso complejo: los iones no se depositan al azar sobre la<br />
superficie del cristal, deben respetar las secuencias del retículo. En primer lugar, los iones deben<br />
alcanzar la superficie del sólido por difusión desde el seno de la solución, y luego se irán incorporando<br />
ordenadamente al retículo. El más lento de estos dos procesos determinará la velocidad de crecimiento<br />
del cristal. En el caso de cristales de BaSO4, la velocidad de crecimiento es independiente de la agitación<br />
de la solución y dependiente del cuadrado de las concentraciones de Ba +2 y SO4 -2 . Esto significa que la<br />
etapa limitante de la velocidad de crecimiento es la velocidad de incorporación de iones al cristal y no la<br />
difusión de los iones desde la solución; como la velocidad depende del cuadrado de ambas<br />
concentraciones es probable que la incorporación ocurra en unidades (BaSO4)2. Durante el crecimiento<br />
pueden incorporarse al cristal iones extraños o moléculas de solvente, con dimensiones distintas a las de<br />
los iones reticulares; así se generan defectos cristalinos, con formación de escalones o dislocaciones,<br />
que aceleran el crecimiento.<br />
M'<br />
Temperatura<br />
U'<br />
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Química Analítica – <strong>Capítulo</strong> 9<br />
Cuando la sobresaturación relativa es muy elevada la cantidad de iones que alcanzan la<br />
superficie del cristal por difusión es muy alta, superior a la que soporta un crecimiento ordenado. En<br />
casos extremos se produce un crecimiento dendrítico, resultante en partículas con una gran superficie<br />
por unidad de masa y que al microscopio presentan aspecto de ramas de pino. Una característica<br />
importante de los cristales dendríticos es que se impurifican con facilidad y se quiebran fácilmente, lo cuál<br />
va en detrimento de las propiedades buscadas en un precipitado.<br />
1.1.3. Envejecimiento<br />
Cuando un sólido recientemente precipitado se deja por algún tiempo en contacto con la solución<br />
a partir de la cuál se obtuvo ("aguas madres"), sobre todo a temperatura elevada, se forman cristales más<br />
grandes y regulares que son más fácilmente filtrables y también más puros. Este proceso, denominado<br />
envejecimiento, incluye cambios estructurales de diversos tipos que sufre un precipitado luego de su<br />
formación. Estos cambios se pueden clasificar en:<br />
a. Maduración de Ostwald. En la precipitación primaria se producen inicialmente partículas de distintos<br />
tamaños. Puede demostrarse por los métodos de la Termodinámica de Superficies que la solubilidad<br />
de las partículas de sólido crece al disminuir su tamaño. Ostwald fue quien primero observó que un<br />
precipitado recién formado sufre una maduración por la cual las partículas más pequeñas se<br />
disuelven, la solución se sobresatura, y los iones disueltos restablecen el equilibrio depositándose<br />
sobre los cristales más grandes. Además de este fenómeno se observó también que las partículas<br />
inicialmente muy irregulares, como los cristales dendríticos, disuelven sus aristas más imperfectas y<br />
los iones disueltos se desplazan alrededor del mismo cristal hasta depositarse rápidamente sobre<br />
zonas del cristal más planas, sin llegar a difundir al seno de la solución (el material sobre una arista<br />
es más soluble que el depositado sobre una cara plana del cristal). Este segundo proceso se conoce<br />
como maduración interna de Ostwald, y existen evidencias de que es más importante que el<br />
propuesto originalmente por Ostwald; así, la velocidad de envejecimiento de algunos precipitados no<br />
aumenta por agitación, como que sería de esperar si el material disuelto pasara al seno de la<br />
solución para desplazarse y depositarse sobre otras partículas de mayor tamaño. El resultado de esta<br />
maduración es la formación de cristales más perfectos y mayores.<br />
b. Envejecimiento térmico. La estructura cristalina se perfecciona por reacomodamiento de los iones<br />
dentro del retículo cristalino, sin pasar a solución. La amplitud de las vibraciones de los iones en sus<br />
posiciones en el retículo aumenta con la temperatura del cristal, propiciando de este modo un<br />
envejecimiento térmico en el cuál las grietas o imperfecciones del cristal, generalmente ocupadas por<br />
moléculas de disolvente, van desapareciendo. Si la temperatura continúa creciendo ocurre un<br />
proceso de sinterización, esto es un proceso en que los iones se estructuran de modo que no dejan<br />
poros ni aristas en el cristal formado;<br />
c. Cementado. La floculación de partículas coloidales recién formadas es un ejemplo de cementado de<br />
partículas pequeñas para dar partículas grandes o flóculos filtrables.<br />
d. Envejecimiento químico. Se trata de un proceso de cambio en la composición química de un<br />
precipitado primario. Por ejemplo, el oxalato de calcio precipita inicialmente como una mezcla de<br />
CaC2O4.2H2O y CaC2O4.3H2O; si se deja al sólido en contacto con las aguas madres a temperatura<br />
elevada se transforma en CaC2O4.H2O y como resultado de esta recristalización drástica se eliminan<br />
muchas de las impurezas co-precipitadas.<br />
1.2. Contaminación de los precipitados<br />
Los precipitados pueden contaminarse por dos mecanismos:<br />
a. Precipitación simultánea o postprecipitación de impurezas insolubles.<br />
b. Coprecipitación, o sea precipitación de sustancias solubles.<br />
La contaminación de un precipitado por precipitación simultánea o postprecipitación es un<br />
problema que revela un enfoque incorrecto del análisis; no deben aplicarse métodos de análisis por<br />
precipitación sin conocer exactamente la composición general de la matriz de la muestra, es decir<br />
conocer cuáles son las sustancias que acompañan al analito problema de modo de eliminar previamente<br />
todos los posibles interferentes. Estos dos tipos de contaminación no ocurrirán durante un análisis<br />
correctamente planificado, y no serán tratados.<br />
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Química Analítica – <strong>Capítulo</strong> 9<br />
Respecto de la contaminación por coprecipitación, existen dos mecanismos posibles: a)<br />
adsorción de impurezas en la superficie y b) oclusión o arrastre de impurezas al interior del retículo. Una<br />
breve descripción de ambos procesos de coprepitación se detalla a continuación.<br />
1.2.1. Adsorción<br />
Las impurezas son retenidas sobre la superficie de las partículas primarias. Al estudiar las<br />
características de los coloides vimos que existen en la interfaz sólido-solución cargas puntuales no<br />
saturadas que atraen electrostáticamente a iones presentes en el seno de la solución, formándose una<br />
capa primaria adsorbida sobre la superficie del retículo. La presencia de esa capa primaria determina la<br />
existencia de una capa difusa de contraiones en la solución cercana a la superficie del sólido. El sólido<br />
precipitado siempre tiende a adsorber como capa primaria al ión de su retículo presente en exceso.<br />
Supongamos que se precipita BaSO4 a partir de soluciones de BaCl2 y de K2SO4; según el orden<br />
de adición de los reactivos se presentarán dos situaciones diferentes:<br />
- Si se adiciona BaCl2 sobre una solución de K2SO4, el sólido de BaSO4 adsorberá una capa<br />
-2 +2<br />
primaria de aniones SO4 y, como no hay Ba en exceso, los contraiones serán principalmente<br />
cationes K + dada su mayor concentración en el medio;<br />
- Si se adiciona K2SO4 sobre la solución de BaCl2, el sólido en formación adsorberá una capa<br />
primaria de iones Ba +2 y como no hay sulfato en exceso lo contraiones serán fundamentalmente Cl - .<br />
La Tabla siguiente muestra el grado de contaminación del BaSO4 por diversos iones en solución<br />
de acuerdo al orden en que son mezclados los reactivos.<br />
Ión contaminante Moles contaminante/100 moles BaSO4<br />
a) Ba +2 I<br />
-2 -2 +2<br />
sobre SO4 b) SO4 sobre Ba - 0,005 0,032<br />
Br - 0,35 1,65<br />
Cl - 0,45 2,7<br />
-<br />
ClO3<br />
2,7 9,9<br />
-<br />
NO3<br />
5,4 19,6<br />
Na +<br />
9,9 4,1<br />
Ca +2<br />
15,9 3,6<br />
Conclusiones:<br />
- La contaminación por aniones es mayor en el caso b) que en a), debido a que la capa primaria estará<br />
formada por Ba +2 , mientras que la contaminación por cationes es mayor en a) debido a la formación<br />
de una capa primaria de aniones SO4<br />
-2 .<br />
- Con independencia del orden en que se mezclan los reactivos, siempre hay contaminación por<br />
cationes y por aniones, probablemente debido a que en el punto de la solución donde cae la gota de<br />
reactivo siempre hay un corto período de tiempo en que el reactivo adicionado está en exceso, hasta<br />
que la solución se homogeinice por agitación,<br />
- Respecto a los contraiones, existen unas pocas reglas claras para predecir cuáles se adsorberán<br />
más fuertemente:<br />
i. de dos iones a igual concentración se adsorberá más fuerte el de mayor carga;<br />
ii. de dos iones de igual carga, se adsorbe preferentemente el que esté a mayor concentración;<br />
iii. a igual carga y concentración, es atraído más intensamente aquel ión que forme compuestos<br />
menos solubles o compuestos de carácter más covalente con los iones de la capa primaria,<br />
iv. entre dos aniones, aquel que sea más polarizable y entre dos cationes el que sea más<br />
polarizante.<br />
Así, por ejemplo, sobre BaSO4 cargado negativamente (SO4 -2 como capa primaria) se adsorbe<br />
preferentemente Ca +2 a Mg +2 debido a la menor solubilidad de CaSO4; sobre AgI cargado positivamente<br />
(Ag + en la capa primaria) se adsorbe más fuertemente CH3CO2 - que NO3 - , dada la menor solubilidad y<br />
mayor covalencia del AgCH3CO2 respecto del AgNO3.<br />
i. Contaminación de precipitados cristalinos: la adsorción de impurezas durante el crecimiento<br />
conduce a la oclusión de las mismas en el interior del cristal. Una vez que este tipo de coprecipitación ha<br />
ocurrido, no se le elimina por lavado del precipitado. Si la precipitación se lleva a cabo en condiciones<br />
que conducen a la formación de muchos núcleos iniciales (cristales pequeños) y posteriormente se deja<br />
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Química Analítica – <strong>Capítulo</strong> 9<br />
envejecer el precipitado en contacto con las aguas madres, las impurezas adsorbidas y ocluidas en el<br />
cristal se eliminan en gran proporción durante la disolución de micropartículas y reprecipitación sobre<br />
partículas más grandes. A veces es posible obtener un sólido muy puro precipitándolo inicialmente como<br />
partículas muy pequeñas, que durante la maduración de Ostwald se disuelven en forma parcial liberando<br />
material extraño adsorbido durante el crecimiento de los núcleos iniciales.<br />
i.i. Contaminación de precipitados caseosos: la impurificación por adsorción aumenta cuando<br />
disminuye el tamaño de las partículas y en consecuencia la relación área superficial/volumen crece. Un<br />
cubo de aristas de 1 cm, tendrá una superficie total de 6 cm 2 y un volumen de 1 cm 3 , es decir su relación<br />
área/volumen es de 6 cm -1 . Si se subdivide el cubo en cubitos de 10 -5 cm de lado (0.1 µm, tamaño<br />
coloidal), el volumen del material permanece en 1 cm 3 , pero el área total será la correspondiente a 10 15<br />
cubitos con 6 x 10 -10 cm 2 cada uno , es decir que la relación superficie/volumen es ahora 600.000 cm -1 . El<br />
resultado de la dispersión del material es un aumento enorme en el número de iones presentes en la<br />
superficie del sólido respecto de los iones totales que conforman el sólido, y como consecuencia un<br />
incremento en los fenómenos de adsorción debido a la no saturación de las fuerzas electrostáticas en la<br />
superficie del sólido. Si bien los mecanismos de adsorción de impurezas sobre la superficie son los<br />
mismos para precipitados caseosos y cristalinos, las consecuencias son totalmente diferentes:<br />
1. Debido a la enorme superficie de los precipitados caseosos, la adsorción puede ser mucho más<br />
significativa que sobre precipitados cristalinos;<br />
2. Dado el escaso crecimiento de las partículas primarias de precipitados caseosos, la oclusión de<br />
impurezas es menor que para precipitados cristalinos. Las impurezas adsorbidas serán sólo<br />
superficiales dado que las partículas primarias no crecen más allá del tamaño coloidal. Aún luego de<br />
su floculación, como las interacciones entre partículas en estos agregados son débiles el flóculo no<br />
está densamente empaquetado, y el líquido de lavado tiene acceso a toda la superficie interior del<br />
agregado (especialmente si se deja al precipitado en digestión).<br />
Los precipitados caseosos se lavan con una solución diluida de un electrolito apropiado; el lavado con<br />
agua destilada diluiría la concentración de contraiones en las zonas cercanas a la superficie, acarreando<br />
el peligro de peptización del coloide floculado. De modo que el líquido de lavado debe elegirse de modo<br />
de sustituir a los contraiones del precipitado por otros contraiones que luego puedan eliminarse por<br />
tratamiento térmico. Como ejemplo supongamos que se precipita AgCl por adición de NaCl sobre una<br />
-<br />
solución de AgNO3. Inicialmente se formará un coloide positivo con contraiones NO3 ,<br />
AgCl − Ag<br />
+<br />
M NO<br />
−<br />
3<br />
que con un exceso de NaCl invertirá su carga:<br />
AgCl − Cl<br />
−<br />
M Na<br />
+<br />
Si este precipitado se secara obtendríamos un sólido impurificado con Na + ; en este ejemplo el lavado del<br />
precipitado con solución de HNO3 diluido sustituirá al catión Na + por H + ,<br />
AgCl − Cl<br />
−<br />
M Na<br />
+<br />
+ NO<br />
−<br />
+ H<br />
+<br />
→ AgCl − Cl<br />
−<br />
H<br />
+<br />
+ NO<br />
−<br />
+ Na<br />
+<br />
3<br />
M 3<br />
que al secar al precipitado se elimina como vapores de HCl.<br />
i.i.i. Contaminación de precipitados gelatinosos: en el caso de los óxidos hidratados, las partículas<br />
formadas son sumamente pequeñas, con áreas superficiales enormes, pasibles de una fuerte<br />
contaminación por adsorción si no se toman precauciones durante la precipitación. La naturaleza de la<br />
contaminación depende fundamentalmente del pH. Por ejemplo, al precipitar óxido de Fe(III) por adición<br />
de solución de NH3 el óxido hidratado adquiere carga positiva por adsorción de H + o de NH4 + a pH8,5. Si la precipitación se realiza en medio ácido el sólido adsorberá como<br />
contraiones a aniones NO3 - o SO4 = ; en cambio si la precipitación ocurre a pH > 9 adsorberá fuertemente a<br />
cationes del medio. La importancia analítica de este hecho es fundamental, sobre todo en el análisis de<br />
minerales, en los que el Fe deberá ser precipitado desde soluciones ricas en Ca (II) y Mg(II). La técnica<br />
gravimétrica consiste en comenzar la precipitación desde una solución ácida, y aumentar el pH hasta<br />
aproximadamente 3,5 – 5,0; se emplea indicador rojo de metilo para detener el agregado de NH3 al viraje<br />
del indicador.<br />
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Química Analítica – <strong>Capítulo</strong> 9<br />
1.2.2. Oclusión.<br />
Consiste en el arrastre de impurezas en el interior de un cristal durante su crecimiento. Existen<br />
dos mecanismos posibles, los que pueden ocurrir separada o simultáneamente:<br />
i. Oclusión de iones extraños en el retículo del precipitado. Se trata de iones capaces de sustituir a los<br />
cationes o aniones del retículo cristalino. Generalmente los iones del cristal se sustituyen durante el<br />
crecimiento con iones de igual carga y tamaño presentes en la solución. Los cristales que se forman a<br />
partir de estas sustituciones constituyen soluciones sólidas y se producen en rangos de concentración<br />
específicos. Existen numerosos ejemplos de soluciones sólidas, como las formadas por BaSO4 con<br />
BaCrO4. Así, cuando se mezcla una solución de Ba +2 =<br />
en medio clorhídrico con solución de CrO4 no<br />
=<br />
ocurre precipitación debido a que la concentración de CrO4 en medio ácido no es suficiente para superar<br />
el Kps(BaCrO4). Sin embargo si previamente se adiciona K2SO4 a la solución precipitará BaSO4 y el<br />
=<br />
cristal formado contendrá aproximadamente un 5% de anión CrO4 . En este ejemplo ambas sales son<br />
isomorfas, y pueden formar soluciones sólidas dentro de un rango limitado de composición;<br />
afortunadamente este tipo de oclusión no es frecuente dado que los iones sustituyentes deben ser<br />
similares en tamaño y carga con los iones del retículo. Otro ejemplo de soluciones sólidas de PbSO4 con<br />
BaSO4 y AgBr con AgI. Cuando ocurre este tipo de contaminación no es posible purificar al precipitado;<br />
los procesos de digestión no mejoran la situación ya que los iones contaminantes que pasan a la solución<br />
durante la redisolución, volverán a ocluirse en la reprecipitación. La única posibilidad de llevar a cabo una<br />
precipitación con fines analíticos es eliminando la sustancia contaminante del medio antes de efectuar la<br />
= =<br />
precipitación; en el ejemplo anterior, el CrO4 , contaminante del SO4 , deberá ser reducido a Cr(III) antes<br />
de agregar la solución de BaCl2.<br />
i.i. Oclusión de iones que se adsorbieron durante el crecimiento. Se trata de iones que no encajan en<br />
el retículo, es decir, no son capaces de sustituir a los iones normales del cristal; en consecuencia la<br />
oclusión de los mismos causa imperfecciones en el cristal formado. Como ya se describió, estas<br />
oclusiones ocurren generalmente con precipitados de naturaleza cristalina, donde el crecimiento lleva a la<br />
formación de cristales relativamente grandes. Los iones extraños ocluidos pueden ser eliminados en gran<br />
medida durante la maduración: en la redisolución y reprecipitación que ocurre durante la digestión de<br />
cristales imperfectos se forman cristales con menor superficie expuesta. Las impurezas inicialmente<br />
ocluidas retornan a la solución y no vuelven a adsorberse pues la velocidad de crecimiento cristalino<br />
durante la digestión del precipitado es mucho más lenta que en la formación inicial del sólido.<br />
1.3. Secado y calcinación de un precipitado<br />
Una vez que el precipitado ha sido separado, filtrado y lavado, se lo debe secar y/o calcinar hasta<br />
obtención de un compuesto de composición constante y conocida.<br />
Muchos precipitados pueden secarse, y eliminar su contenido de agua por calentamiento en una<br />
estufa a temperaturas relativamente bajas (100 a 150ºC). Esto requiere que el agua esté retenida<br />
débilmente y no como agua fuertemente adsorbida u ocluida; requiere también que si el líquido de lavado<br />
contiene un electrolito agregado para evitar la peptización, éste sea volátil a la temperatura de secado.<br />
Un precipitado de AgCl, por ejemplo, lavado con solución diluida de ácido nítrico puede secarse a<br />
aproximadamente 120ºC, quedando eliminados a esta temperatura toda el agua y el ácido nítrico. La<br />
forma de pesar el precipitado (como AgCl) coincide en este ejemplo con la forma en que se precipitó.<br />
Muchos ejemplos requieren que el precipitado sea calcinado a temperatura elevada para<br />
convertirlo en alguna otra especie química que sea perfectamente conocida. Estos procedimientos de<br />
calcinación se emplean por varias razones: 1) imposibilidad de asegurar una composición química<br />
definida del precipitado por simple secado; 2) uso de un electrolito de lavado poco volátil a la temperatura<br />
de secado; 3) asegurar la eliminación de agua fuertemente adsorbida u ocluida durante la precipitación.<br />
Los precipitados gelatinosos de óxidos de Fe(III) y de Al(III) por ejemplo, contienen agua ocluida y<br />
adsorbida que solo se elimina por calentamiento a más de 1000ºC.<br />
El empleo de termobalanzas ha permitido investigar las temperaturas empíricas de calcinación<br />
hasta lograr un compuesto de estructura definida, y los intervalos de temperaturas en que dicha<br />
transformación tiene lugar. Mediante este instrumento, puede medirse con exactitud la masa de un sólido<br />
a medida que la temperatura aumenta. De esta forma se registra un termograma o "curva de pirólisis",<br />
como la siguiente:<br />
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Figura 2. Termograma de descomposición de oxalato de calcio.<br />
Química Analítica – <strong>Capítulo</strong> 9<br />
La Figura muestra el termograma obtenido durante la calcinación de un precipitado de oxalato de<br />
calcio, obtenido inicialmente como monohidrato, CaC2O4.H2O. Se observa que la curva de pirólisis<br />
muestra mesetas durante un rango de temperatura que coincide con cada una de las etapas de<br />
conversión: de CaC2O4.H2O a CaC2O4, de CaC2O4 a CaCO3 y finalmente de CaCO3 a CaO. De acuerdo<br />
con el termograma el precipitado podría calcinarse a aproximadamente 300°C y pesar la especie<br />
CaC2O4, pero esto no es conveniente debido a su tendencia a fijar agua de la atmósfera introduciendo<br />
errores durante la pesada. Por las mismas razones no es conveniente calcinar a temperaturas superiores<br />
a 850°C y pesar como CaO. La técnica universalmente aceptada es calcinar a 500 ±25°C y pesar como<br />
CaCO3; el cálculo de la cantidad de calcio presente en la muestra a partir de la masa de éste es un<br />
problema estequiométrico elemental.<br />
A veces la tendencia a fijar humedad no depende de un cambio en la composición química sino<br />
de un cambio en la estructura cristalina: el óxido de aluminio calcinado entre 900 y 1000°C es γ - Al2 O3<br />
fuertemente higroscópico; calcinando a 1200°C se transforma en α - Al2 O3 , que puede pesarse sin<br />
inconvenientes.<br />
2. Métodos gravimétricos de análisis<br />
En el análisis gravimétrico el analito es convertido en una especie insoluble que se separa por<br />
filtración, se lava con una solución adecuada, se seca o se calcina (con lo que generalmente se<br />
transforma en otra especie) y se pesa una vez frío. A partir de las masas del producto pesado y del<br />
conocimiento de su composición química se calcula la concentración de analito en la muestra.<br />
Es la técnica analítica más antigua, y existe actualmente un prejuicio en contra de ella de parte<br />
de algunos químicos analíticos, que atribuyen a la gravimetría lentitud, escasa sensibilidad y<br />
obsolescencia; esto requiere algún comentario.<br />
- La gravimetría es lenta: esta afirmación es cierta si nos referimos al tiempo transcurrido entre el<br />
comienzo del análisis y la obtención del resultado, pero no lo es si se considera el tiempo que le<br />
demanda al analista. La mayor parte del tiempo transcurre en operaciones que, como digestión del<br />
precipitado, secado y calcinación, demandan poca o ninguna atención del personal a cargo. Es<br />
además la única técnica absoluta, en el sentido de que no requiere calibración; todos los otros<br />
métodos analíticos requieren alguna forma de calibración previa, ya sea la determinación exacta de la<br />
concentración de un reactivo por titulación frente a patrones de alta pureza en el caso de los métodos<br />
volumétricos, o la construcción de una curva de respuesta del instrumento frente a varias soluciones<br />
de patrones (curva de calibración) en el caso de los métodos instrumentales. La gravimetría, en<br />
cambio, sólo requiere el conocimiento de la masa y composición química del producto pesado y una<br />
tabla periódica para calcular su peso molecular y el del analito; por lo tanto es la técnica adecuada<br />
cuando se debe analizar un número pequeño de muestras.<br />
- Especificidad y/o selectividad: un reactivo es específico cuando reacciona con un solo analito; los<br />
reactivos específicos son una rareza, y la dimetilglioxima constituye un ejemplo por producir<br />
9-7
Química Analítica – <strong>Capítulo</strong> 9<br />
precipitados insolubles sólo con Ni (II). Los reactivos son selectivos cuando reaccionan con un<br />
número limitado de analitos, como el AgNO3 que produce precipitados con cloruros, bromuros ,<br />
yoduros y tiocianatos; la determinación de uno de estos aniones requerirá la ausencia de los otros, o<br />
sea una separación previa. Si bien esto constituye defectos de la gravimetría, las técnicas<br />
gravimétricas han sido desarrolladas de modo de soslayarlos, y esto es común a todas las técnicas<br />
analíticas.<br />
- Exactitud y precisión: estas dos palabras, que en el lenguaje coloquial son sinónimos, tienen<br />
significados diferentes en las ciencias experimentales. Un método es exacto cuando la media de<br />
muchas determinaciones es muy cercano o coincidente con el valor real; un método es preciso<br />
cuando los resultados de muchas determinaciones son muy cercanos entre sí (es repetitivo). La<br />
exactitud y precisión de la mayoría de los métodos analíticos dependen fuertemente de limitaciones<br />
de los instrumentos que emplean; esta limitación no existe en el caso de la gravimetría dado que con<br />
balanzas analíticas convencionales (balanzas semi – micro) pueden pesarse masas del orden de 100<br />
mg con aproximaciones del orden de 0,1 mg, o sea del 0,1 %. La exactitud y precisión de la<br />
gravimetría depende de otros factores, como pérdidas por solubilidad del precipitado, errores por<br />
coprecipitación de impurezas solubles y pérdida mecánica de precipitado en las operaciones como<br />
lavado y filtrado. Por estas causas no es aconsejable aplicar métodos gravimétricos cuando la<br />
concentración de analito en la muestra es menor a 0,1%; pero cuando ese valor excede al 1 % la<br />
gravimetría es sin duda la técnica más exacta de la Química Analítica. Por ese motivo ha sido (y<br />
sigue siendo) empleada en las determinaciones de pesos atómicos.<br />
Si hojeamos un libro de Química Analítica Básica de hace 50 años encontraremos que la mitad<br />
estaba dedicada a gravimetría y el resto a volumetría; a las técnicas instrumentales solo se le dedicaba<br />
algún capítulo. <strong>Gravimetría</strong> y volumetría constituyen actualmente lo que ha dado en llamarse Química<br />
Analítica Clásica, en contraposición a la Química Analítica Instrumental. Esta ha tenido un desarrollo tan<br />
grande en el tiempo transcurrido que en la actualidad se le dedica la mitad o incluso más del curso. En<br />
consonancia con esas tendencias, nuestro tratamiento del tema se limitará a unas pocas técnicas<br />
gravimétricas representativas.<br />
2. 1. Determinación gravimétrica de sulfato<br />
El sulfato se determina por precipitación como sulfato de bario por adición de un exceso de<br />
solución de cloruro de bario a una solución acuosa de la muestra, previamente acidificada con ácido<br />
clorhídrico, a temperatura cercana a la de ebullición. El precipitado es digerido en contacto con las aguas<br />
madres en caliente por 30 - 60 min, se filtra por papel analítico de poro fino y se transfiere a un crisol de<br />
porcelana, previamente calcinado y pesado. Se calcina a 800-900°C y se pesa como BaSO4. La técnica<br />
se emplea con muestras inorgánicas, y también para determinar azufre orgánico previa conversión a<br />
sulfato en bombas de oxígeno diseñadas con ese fin. El sulfato de bario es un precipitado cristalino,<br />
fácilmente filtrable si es correctamente digerido.<br />
2.1.1. Solubilidad del sulfato de bario<br />
El sulfato de bario es escasamente soluble en agua; de acuerdo con su Kps a 25°C,<br />
Kps = [Ba +2 ] [SO4 -2 ] = 1,08 x 10 -10<br />
su solubilidad en agua destilada es<br />
S = [ Kps] 1/2 = 1 x 10 -5 M = 2,3 mg/L<br />
y aumenta ligeramente con la temperatura: aproximadamente 4 mg/L a ebullición. Su solubilidad en las<br />
condiciones en que es precipitado es diferente porque: a) la solución se acidifica con HCl, y b) se<br />
adiciona un exceso de ion Ba +2 . Supongamos que hemos pesado la cantidad de muestra que contiene<br />
aproximadamente 200 mg de SO4 -2 ; ésta es una cantidad adecuada, aproximadamente 2,1 mmol, que<br />
producirá 490 mg de BaSO4 al precipitar, masa para la cual el error de pesada es despreciable. La<br />
muestra se disuelve en aproximadamente 200 mL de agua y se agregan 2 mL de HCl concentrado (12<br />
M). La técnica prescribe adicionar cloruro de bario en un exceso del 10% respecto de la cantidad<br />
estequiométrica, que en este caso serían 2,3 mmoles (o sea aproximadamente 9,2 mL del reactivo 0,25<br />
M). Luego de precipitar tendríamos en los 200 mL de solución las siguientes concentraciones:<br />
[H + ] = (2 mL x 12 M)/200 mL = 0,12 M<br />
[Ba +2 ] = (2,3 mmol – 2,1 mmol)/200 mL = 10 -3 M (despreciando la solubilidad del BaSO4)<br />
9-8
Química Analítica – <strong>Capítulo</strong> 9<br />
Siendo el sulfúrico un ácido relativamente débil en su segunda etapa de ionización, debemos considerar<br />
los equilibrios:<br />
BaSO4 (s) ↔ Ba +2 -2<br />
+ SO4<br />
Kps = 1,8 x 10 -10<br />
indica:<br />
- + -2<br />
HSO4 ↔ H + SO4<br />
Ka2 = 1,2 x 10 -2<br />
Un BM para las especies del sulfato, despreciando la contribución del H2SO4 por razones obvias,<br />
-2 - -2 +<br />
S = [SO4 ] + [HSO4 ] = [SO4 ] {1 + ([H ] / Ka2 )}<br />
donde s representa la solubilidad del BaSO4, dado que el precipitado es la única fuente de estos iones.<br />
Dado que existe equilibrio con el precipitado, la anterior ecuación podrá escribirse:<br />
S = ( Kps / [Ba +2 ] ) {1 + ([H + ] / Ka2 )}<br />
Utilizando los valores calculados para [H + ] y para [Ba +2 ], obtenemos<br />
S = (1,08 x 10 -10- / 10 -3 ) {1 + ( 0,12 / 1,2 x 10 -2 )} = 1,2 x 10 -6 M<br />
-2<br />
Como se supuso un volumen total de 200 mL, la masa de SO4 perdida por solubilidad será<br />
1,2 x 10 -6 M x 200 mL = 2,4 x 10 -4 -2<br />
mmol = 0,023 mg de SO4<br />
Esto representa el error absoluto, y como significará un resultado experimental menor que el real, se le<br />
asigna signo negativo. El error porcentual ocasionado por la solubilidad del sulfato de bario será<br />
ε % = (- 0,023 mg/200 mg) 100 = - 0,012 %<br />
o sea que se trata de un error muy bajo.<br />
El BaSO4 precipitado en las condiciones descriptas y envejecido por contacto con las aguas<br />
madres en caliente es cristalino, y no existe peligro de peptización; por eso se aconseja su lavado con<br />
agua caliente. Como su solubilidad en agua a temperatura cercana a la de ebullición es del orden de 4<br />
mg /L, si lavamos el precipitado con 100 mL de agua habrá, en el peor de los casos, una pérdida<br />
adicional de 0,4 mg, o sea<br />
ε % = (- 0,4 mg/490 mg) 100 = - 0,081 %<br />
donde 490 mg es la masa de sulfato de bario correspondiente a 200 mg de sulfato. Evidentemente, la<br />
solubilidad del sulfato de bario introduce errores despreciables en la determinación de sulfato por<br />
gravimetría.<br />
2.1.2. Interferencias<br />
El bario forma sales poco solubles con una serie de aniones, como arseniato, carbonato,<br />
cromato, oxalato, etc; afortunadamente casi todos ellos son ácidos débiles y, en consecuencia, sus sales<br />
son solubles en el medio de acidez clorhídrica en que se realiza la precipitación. El fluoruro de bario<br />
también es escasamente soluble y, como el fluorhídrico es un ácido no demasiado débil, se debe eliminar<br />
al fluoruro antes de precipitar; esto se consigue llevando a seco a la solución de la muestra previamente<br />
acidificada para volatilizar el HF, o bien, agregando ácido bórico que produce con el fluoruro al complejo<br />
BF4<br />
9-9<br />
- , sumamente estable.<br />
Lo que antecede es válido en relación con fenómenos de precipitación simultánea, pero el<br />
precipitado también se puede impurificar por coprecipitación, o sea con sustancias solubles. Los<br />
mecanismos de copreciptación en el caso del sulfato de bario son básicamente de oclusión por<br />
adsorción: el contaminante se adsorbe sobre los cristales en formación y estos los ocluyen durante su<br />
crecimiento. La técnica corrientemente empleada consiste en adicionar la solución de BaCl2 sobre la<br />
solución de la muestra que contiene sulfato; en estas condiciones las micropartículas adsorberán iones<br />
sulfato en su capa primaria y a cationes extraños como contraiones; sin embrago, debido a excesos<br />
transitorios de reactivo, inevitables aún aplicando agitación intensa, la adsorción primaria también<br />
involucra a aniones, y el precipitado se impurificará con contraiones catiónicos y también aniónicos. Esta<br />
impurificación significa una fuente de errores mucho más importante que la solubilidad del sulfato de<br />
bario. Una vez contaminado de este modo, el lavado del precipitado es ineficiente porque las impurezas
Química Analítica – <strong>Capítulo</strong> 9<br />
se hallan en el interior del cristal. Los posibles contaminantes cubren una amplia gama de cationes y<br />
aniones; para minimizar estos efectos debe trabajarse con soluciones diluidas de muestra y de reactivo, a<br />
alta temperatura, y envejecer el precipitado en contacto con las aguas madres. Otros autores han<br />
propuesto que la solución de cloruro de bario sea adicionada bruscamente, de modo que se formen<br />
cristales muy pequeños, con menores posibilidades de ocluir impurezas, que crecerán por maduración<br />
durante la digestión.<br />
2.1.3. Secado<br />
El BaSO4 se seca a temperaturas de entre 800 y 900°C; para ello puede usarse una mufla o un<br />
mechero potente, como el Tirrill; los precipitados cristalinos ocluyen agua, cuya eliminación requiere altas<br />
temperaturas. El BaSO4 , cuando está puro, se descompone recién a 1400°C. Sin embrago es reducido<br />
por el carbón formado por ignición incorrecta del papel de filtro:<br />
BaSO4 + C → BaS + 4 CO<br />
Esta reducción se evita quemando el papel a baja temperatura y con libre acceso de aire, y<br />
llevando a 800°C cuando no que dan restos de papel. En caso de obtener un residuo con tonalidades<br />
grisáceas es conveniente adicionar sobre el mismo 2 - 3 gotas de ácido sulfúrico concentrado, mezclando<br />
íntimamente, secando y calcinando nuevamente antes de pesar:<br />
BaS + H2SO4 → BaSO4 + H2S ↑<br />
El procedimiento completo será detallado durante el trabajo de laboratorio.<br />
2.1.4. Cálculo de resultados.<br />
Recurriremos a un ejemplo numérico:<br />
Se practicó una gravimetría de sulfato sobre 1,9886 g de muestra. La masa de BaSO4 pesada fue 0,4878<br />
g. Expresar el resultado del análisis como porcentajes peso en peso (% p/p) de: a) Na2SO4; b) azufre; c)<br />
anhídrido sulfúrico.<br />
Pesos fórmula: BaSO4: 233,40 g Na2SO4: 142,04 g<br />
S: 32 g SO3: 80,03 g<br />
a)<br />
b)<br />
c)<br />
233,40 g BaSO4 ⎯ 142,04 g Na2SO4<br />
0,4878 g BaSO4 ⎯ x = 0,2969 g Na2SO4<br />
% p/p (Na2SO4) = (0,2969 / 1,9886) 100 = 14,93 %<br />
233,40 g BaSO4 ⎯ 32,06 g S<br />
0,4878 g BaSO4 ⎯ x = 0,0670 g S<br />
% p/p (S) = (0,0670 / 1,9886) 100 = 3,369 %<br />
233,40 g BaSO4 ⎯ 80,06 g SO3<br />
0,4878 g BaSO4 ⎯ x = 0,1673 g SO3<br />
% p/p (SO3) = (0,1673 / 1,9886) 100 = 8,414 %<br />
Notar que el resultado del análisis puede expresarse de distintas formas de acuerdo con los<br />
intereses de quien lo solicitó. Dar un resultado como, por ejemplo, % p/p (Na2SO4), de ningún modo<br />
significa que el análisis indica que el azufre se encuentra como sulfato de sodio en la muestra; a un<br />
químico orgánico interesado en establecer la fórmula molecular de una sustancia pura que él ha aislado<br />
puede resultarle más significativo informarle el resultado como % p/p (S)<br />
9-10
Química Analítica – <strong>Capítulo</strong> 9<br />
2.2. Determinación gravimétrica de hierro<br />
Una solución ácida de la muestra, que contiene todo su hiero en el estado de Fe(III), es tratada<br />
en caliente con un ligero exceso de solución de amoníaco:<br />
2 Fe +3 + 6 OH - → Fe2O3 (s) + 3 H2O<br />
El precipitado gelatinoso de óxido férrico hidratado, mal llamado hidróxido férrico, es filtrado por<br />
papel de poro fino, lavado con una solución diluida de nitrato de amonio, y calcinado a 1000°C (1200°C si<br />
también se ha precipitado aluminio) hasta Fe2O3 , forma en que se lo pesa.<br />
En la actualidad raramente se determina hierro por este método debido a problemas de<br />
interferencias; la determinación de hierro por reducción a hierro ferroso y titulación con permanganato de<br />
potasio es mucho más importante analíticamente. Sin embrago es corriente la precipitación de Fe junto<br />
con Al y Ti en el análisis sistemático de minerales; del dato de óxidos totales se descuenta luego el hierro<br />
determinado aparte por volumetría con permanganato.<br />
2.2.1. Solubilidad de Fe(III) en función del pH<br />
Las soluciones de Fe (III) constituyen sistemas complicados por la variedad de complejos que<br />
pueden llegar a formarse y por la precipitación incluso a pH bajo. Los principales equilibrios a bajas<br />
concentraciones de hierro y bajo pH son:<br />
Fe2O3 (s) + 3 H2O ↔ 2 Fe +3 + 6 OH -<br />
K = [Fe +3 ] 2 [OH - ] 6<br />
Kps = K 1/2 = [Fe +3 ][OH - ] 3 = 2 x 10 -39<br />
Fe +3 + OH - ↔ Fe (OH) +2 K1 = [Fe(OH) +2 ] / [Fe +3 ][OH - ] = 9 x 10 10<br />
Fe +3 + 2 OH - + + +3 - 2 21<br />
↔ Fe (OH)2<br />
K2 = [Fe(OH)2 ] / [Fe ][OH ] = 5 x 10<br />
2 Fe +3 + 2 OH - +4 +4 +3 2 - 2 25<br />
↔ Fe2 (OH)2<br />
Kd = [Fe2 (OH)2 ] / [Fe ] [OH ] = 1,1 x 10<br />
La concentración total de hierro en solución será<br />
C = [Fe +3 ] + [Fe (OH) +2 + +4<br />
] + [Fe (OH)2 ] + 2 [Fe2 (OH)2 ]<br />
C = [Fe +3 ] { 1 + K1 [OH - ] + K2 [OH - ] 2 + 2 Kd [OH - ] 2 [Fe +3 ]}<br />
En presencia de un precipitado de óxido en equilibrio con la solución será [Fe +3 ] = Kps / [OH - ] 3 y c = s, la<br />
solubilidad del Fe (III):<br />
S = (Kps / [OH - ] 3 ) { 1 + K1 [OH - ] + K2 [OH - ] 2 + 2 Kd Kps / [OH - ] 2 }<br />
Cada uno de los sumandos en la anterior expresión representan las concentraciones de las especies<br />
Fe +3 , Fe (OH) +2 , Fe (OH)2 + y Fe2 (OH)2 +4 , respectivamente. Utilizando los valores dados para las<br />
constantes es posible calcular la solubilidad del Fe (III) en función del pH; los resultados a bajos valores<br />
de pH se han reunido en la siguiente tabla:<br />
pH [Fe 3 ] [Fe (OH) +2 ] Fe (OH)2 + ] [Fe2 (OH)2 +4 ] M mg Fe / L<br />
1 2,0 1,8 x 10 -2<br />
2 2,0 x 10 -3 1,8 x 10 -4<br />
3 2,0 x 10 -6<br />
4 2,0 x 10 -9<br />
1,0 x 10 -4<br />
1,0 x 10 -5<br />
8,8 x 10 -1 2,9 1,6 x 10 5<br />
8,8 x 10 -5<br />
2,3 x 10 -3<br />
1,8 x 10 -6 1,0 x 10 -6 8,8 x 10 -9 4,8 x 10 -=6<br />
1,8 x 10 -8 1,0 x 10 -7 8,8 x 10 -13 1,3 x 10 -7<br />
128<br />
0,270<br />
0,007<br />
9-11
Química Analítica – <strong>Capítulo</strong> 9<br />
De acuerdo con estos resultados una solución de Fe (III) 2,3 x 10 -3 molar comienza a precipitar a<br />
pH 2. Si la precipitación se lleva acabo adicionando amoníaco hasta alcanzar un pH entre 3 y 4, la<br />
solubilidad será sumamente baja y no ocasionará errores significativos. Usualmente se adiciona<br />
amoníaco hasta viraje de algún indicador adecuado, como Anaranjado de Metilo (zona de viraje entre pH<br />
3,1 y 4,4).<br />
2.2.2. Interferencias<br />
Los iones que precipitan con amoníaco a pH relativamente bajo, como Al(III), Cr(III), Ti(IV), Zr(IV)<br />
y Bi(III), deben estar ausentes, a menos que se intente la determinación de óxidos totales. También<br />
deben estar ausentes los aniones que, como fosfato, arseniato, vanadato y silicato, precipitan sus sales<br />
férricas en medio ligeramente básico.<br />
Algunas sustancias orgánicas polihidroxiladas, como los ácidos cítirico y tartárico y los azúcares,<br />
producen con Fe(III) complejos solubles y altamente estables, inhibiendo la precipitación, su interferencia<br />
se elimina destruyendo previamente materia orgánica en la muestra por calcinación o por tratamiento de<br />
su solución con oxidantes fuertes, como HNO3 a ebullición o HClO4. El anión F - también debe estar<br />
3-<br />
ausente porque produce un ión complejo muy estable, FeF6 ; se lo puede eliminar llevando a seco la<br />
solución ácida de la muestra.<br />
La interferencia de cationes bivalentes, como Mg(II), Ni(II) y Mn(II) no constituye un problema si<br />
en la precipitación se limita a un mínimo el exceso de amoníaco y se trabaja en presencia de un exceso<br />
de sales de amonio (formadas al alcalinizar la solución clorhídrica de la muestra). Si estos metales<br />
estuvieran presentes en gran exceso se recomienda redisolver el precipitado y volver a precipitarlo, con lo<br />
que se le obtiene libre de esta contaminación.<br />
2.2.3. Tipo de precipitado y fenómenos de coprecipitación.<br />
El óxido férrico hidratado es un ejemplo típico de coloide floculado. Por ser muy insoluble las<br />
partículas que se forman son muy pequeñas, con un área superficial enorme. Los precipitados recién<br />
obtenidos a baja temperatura no manifiestan estructura cristalina al ser estudiados con rayos X. Por<br />
digestión en contacto con las aguas madres en caliente las partículas primarias se aglomeran en<br />
agregados de mayor tamaño y simultáneamente se produce un perfeccionamiento cristalino, apareciendo<br />
los picos característicos del Fe2O3 en sus espectros de rayos X. En consecuencia se aconseja precipitar<br />
en caliente, casi a ebullición; no se debe hervir después de precipitar porque el sólido se vuelve difícil de<br />
filtrar. Precipitados con estas características deben filtrarse por papel de poro grueso para evitar<br />
taponamiento de los poros; por las mismas razones no se puede usar crisoles filtrantes con ayuda de<br />
succión. El agregado de pulpa de papel de filtro durante la digestión ayuda la filtración.<br />
Las partículas coloidales de óxido férrico tienen carga positiva en medio ácido (pH < 8) por<br />
adsorción de H + +<br />
o NH4 en su capa primaria, y carga negativa en medio alcalino (pH > 8) por adsorción<br />
primaria de iones OH - . En consecuencia las partículas precipitadas en medio ácido se acompañarán con<br />
contraiones negativos, como cloruro o sulfato; al ser lavado el precipitado con una solución de nitrato de<br />
-<br />
amonio al 2% dichos aniones serán sustituidos por NO3 que al calcinar se eliminará como HNO3; es<br />
importante eliminar al Cl - durante el lavado debido a la volatilidad del FeCl3 en las condiciones de la<br />
calcinación. Si el pH se eleva por encima de 8 durante la precipitación, las partículas precipitarán<br />
acompañadas con contraiones metálicos, y éstos quedarán retenidos como sus respectivos óxidos, al<br />
calcinar. Por este motivo mantener el pH bajo es crucial en el análisis de minerales, cuando el hierro debe<br />
precipitarse desde un medio que es rico en iones alcalinos y alcalino-térreos.<br />
2.2.4. Calcinación<br />
Cuando el óxido de hierro hidratado, recién precipitado, es sometido a un calentamiento a<br />
temperatura programada con registro simultáneo de su masa, se observa que pierde peso en forma<br />
continua y que su masa se estabiliza recién cuando la temperatura alcanza los 1000ºC. El termograma no<br />
presenta ninguna meseta previa, como sería el caso si se formara hidróxido férrico a alguna temperatura<br />
intermedia. La especie química que se obtiene a esa temperatura es Fe2O3, y su espectro de rayos X<br />
presenta los picos característicos de esta sustancia. En consecuencia, si el análisis solo busca la<br />
determinación de Fe, es suficiente calcinar a 1000ºC. Pero si lo que se busca es determinar Al + Fe,<br />
como es usual en el análisis de minerales, debe calcinarse a 1200ºC para transformar la alúmina de<br />
transición (γ-Al2O3) en α-Al2O3 o corindón, no higroscópica.<br />
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Química Analítica – <strong>Capítulo</strong> 9<br />
A 1100ºC la reacción<br />
6 Fe2O3 √ 4 Fe3O4 + O2<br />
se encuentra bastante desplazada a la derecha, en especial si la calcinación ocurre en una atmósfera<br />
pobre en oxígeno; la descomposición crece en importancia con la temperatura, y tambien puede ser<br />
provocada por la acción reductora del carbón derivado del papel de filtro. Si la calcinación ocurre en<br />
presencia de abundante aire y si el papel se quema correctamente (ver calcinación del sulfato de bario) la<br />
reducción es mínima. La reducción puede de todos modos revertirse por una segunda calcinación en<br />
presencia de abundante oxígeno.<br />
2.2.5. Cálculo de resultados<br />
Se ha disuelto W g de muestra, se precipitó el hierro por adición de amoníaco, se filtró el<br />
precipitado y luego de calcinar se obtuvo w g de Fe2O3. Expresar el resultado como: a) % p/p de Fe2O3;<br />
b) % p/p de Fe; c) % p/p de Fe3O4.<br />
Pesos Fórmula<br />
Fe: 55,85 g Fe2O3: 159,70 g Fe3O4: 231,55 g<br />
a) % p/p (Fe2O3) = (w/W) × 100<br />
b) 159,70 g Fe2O3 —— 2 × 55,85 g Fe<br />
w g Fe2O3 —— w´= (2 × 55,85 / 159,70) × w g Fe<br />
% p/p(Fe) = (w´/ W) × 100<br />
c) 3 × 159,70 g Fe2O3 —— 2 × 231,55 g Fe3O4<br />
w g Fe2O3 —— w´= 2 × 231,55 / (3 ×159,70) × w g Fe3O4<br />
% p/p(Fe3O4) = (w´/ W) × 100<br />
9-13