Código de buenas prácticas vitivinícolas ecológicas - Infowine

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31.05.2013 Views

Condiciones La ecología de estos microorganismos depende de varios factores importantes como el tiempo, la temperatura, el pH y el oxígeno. Tiempo Los microorganismos necesitan tiempo para crecer y multiplicarse. Una generación puede variar de unas pocas decenas de minutos a semanas dependiendo del microbio, las condiciones y la disponibilidad de nutrientes. En condiciones óptimas, como por ejemplo las del caldo de uva en verano la temperatura del aire, las levaduras y las bacterias pueden duplicar su presencia cada 1-2 horas. Debe tenerse en cuenta que en condiciones óptimas, una única célula de levadura puede producir una población de varios miles de células en un solo día. La mayoría de las fases críticas en la elaboración del vino debe acelerarse lo más posible (es decir, el transporte y el almacenamiento de la uva, aclaración del caldo, período entre el final de la fermentación alcohólica y la fermentación maloláctica, etc.). Temperatura Cada microorganismo tiene un rango de temperatura óptima para su actividad. La Saccharomyces cerevisiae, por ejemplo, no tiene actividad o esta es muy baja, por debajo de 10-12 °C y muestra un crecimiento máximo en el caldo de uva en torno a los 35 °C. La presencia de alcohol reduce el óptimo a 26-28 °C. La Kloeckera es más activa que la Saccharomyces cerevisiae, a temperaturas de 4-10 °C, utilizada por ejemplo en la solución del caldo de la maceración en frío. Las bacterias lácticas requiere 16-18 °C para crecer a una velocidad considerable. Las bacterias acéticas pueden permanecer a altas temperaturas, incluso en presencia de alcohol. El enfriado consume mucha energía, pero es una estrategia eficaz para reducir el crecimiento de microorganismos descomponedores, tanto en el caldo como en el vino. Sin embargo, las bajas temperaturas, ralentizan el crecimiento y la actividad de los microorganismos, pero no inactivan o los eliminan del sistema. El posterior aumento de la temperatura reiniciará el proceso de contaminación. Oxigeno El oxígeno es esencial para la existencia de algunos microorganismos descomponedores. Las bacterias acéticas y las levaduras oxidativas necesitan abundante disponibilidad de oxígeno. Algunas bacterias lácticas y levaduras Brettanomyces puede aprovechar pequeñas presencias de oxígeno. La Saccharomyces cerevisiae no necesitan oxígeno para desarrollarse y fermentar a pesar de que se beneficia de su disponibilidad cerca de la mitad de la etapa de fermentación. Evitar que el aire entre en contacto con el caldo de la uva y el vino, por medio de la reducción del espacio superior del tanque y la protección con gases inertes es por lo tanto, una poderosa estrategia para evitar el desarrollo de una gran proporción de los microorganismos descomponedores. pH La acidez es uno de los principales factores que afectan a las bacterias del ácido láctico. Solo la bacteria Oenococcus oenii puede mostrar cierta actividad con pH mas bajo de 2,9; la mayoría no puede crecer significativamente si no es superior a 3.2. Todos ellos, sin embargo, aumentan en gran medida su actividad cunado aumenta el pH. A pHs en torno a 4.0, algunas bacterias lácticas pue- 188

den crecer tan rápido como para superar las levaduras. Entre las levaduras, sólo Brettanomyces es afectada significativamente por el pH y los vinos con acidez baja se contaminan más fácilmente que los que son bajos en pH. La Saccharomyces cerevisiae, la Kloeckera y las bacterias acéticas son casi igual de activos en toda la gama de pH de los vinos. Inhibidores La regulación del vino permite el uso de un cierto número de sustancias que pueden inhibir el crecimiento de microorganismos descomponedores. SO 2 Los sulfitos tienen una muy eficaz, de bajo coste y de amplio espectro, siendo con mucha diferencia el compuesto antimicrobiano más utilizado en la elaboración de vino El SO 2 es activo frente a bacterias y levaduras. Una de las principales razones de su preferencia en la elaboración del vino es que, entre los microorganismos del vino, el menos sensible a SO 2 es el Saccharomyces cerevisiae, que es necesario para la fermentación alcohólica. La eficacia de SO 2 cuando se añade al vino, depende de la presencia de enlaces compuestos y del pH del vino. El piruvato, el acetaldehído, el 2-chetoglutarato y otros compuestos de carbono, principalmente producidos por levaduras en la fermentación, son capaces de combinar los sulfitos en una forma que no es perjudicial para la mayoría de microorganismos. Sólo las bacterias que se ven afectadas por el dióxido de azufre Dentro del SO 2 libre, la fracción molecular (SO 2 — ), es la activa contra todos los microorganismos descomponedores, y su importancia depende del pH. La misma cantidad de SO 2 es 10 veces más activa contra los microbios a pH 3,0 que a pH 4. Lisozima La lisozima, extraída de la clara de huevo, es una enzima capaz de romper las paredes celulares de las bacterias causando su muerte. Ampliamente utilizada en la industria láctica, ha sido recientemente autorizada en la vinificación. No tiene acciones contra las levaduras y las bacterias acéticas. Su eficacia contra lacto-bacilos, pediococcus y oenococcus, es mayor cuando estos microorganismos se encuentran en la fase de crecimiento y, por tanto, su usa como enzima preventiva es preferible Sorbato potásico Sólo es activo frente a las levaduras. Si está presente durante el desarrollo bacterial, puede ser metabolizado en compuestos responsables del fuerte olor similar al geranio. Por esta razón su uso se limita a la fase de embotellado del vino después de la filtración. Dimetil-Dicarbonato (DMDC) Recientemente permitido en la elaboración del vino en la UE, para su uso en el embotellado de vinos dulces. Es una alternativa para el sorbato de potásico, ya que sólo es eficaz contra las levaduras. Debido a su escasa solubilidad, el DMDC se inyecta en línea en el vino embotellado a través de un dispositivo especial. Actúa como un esterilizador inmediato de levaduras y, después de algunas horas, se descompone en metanol y dióxido de carbono. 189

Condiciones<br />

La ecología <strong>de</strong> estos microorganismos <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> varios factores importantes como el tiempo, la<br />

temperatura, el pH y el oxígeno.<br />

Tiempo<br />

Los microorganismos necesitan tiempo para crecer y multiplicarse. Una generación pue<strong>de</strong> variar <strong>de</strong><br />

unas pocas <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> minutos a semanas <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong>l microbio, las condiciones y la disponibilidad<br />

<strong>de</strong> nutrientes. En condiciones óptimas, como por ejemplo las <strong>de</strong>l caldo <strong>de</strong> uva en verano<br />

la temperatura <strong>de</strong>l aire, las levaduras y las bacterias pue<strong>de</strong>n duplicar su presencia cada 1-2 horas.<br />

Debe tenerse en cuenta que en condiciones óptimas, una única célula <strong>de</strong> levadura pue<strong>de</strong> producir<br />

una población <strong>de</strong> varios miles <strong>de</strong> células en un solo día. La mayoría <strong>de</strong> las fases críticas en la elaboración<br />

<strong>de</strong>l vino <strong>de</strong>be acelerarse lo más posible (es <strong>de</strong>cir, el transporte y el almacenamiento <strong>de</strong> la<br />

uva, aclaración <strong>de</strong>l caldo, período entre el final <strong>de</strong> la fermentación alcohólica y la fermentación maloláctica,<br />

etc.).<br />

Temperatura<br />

Cada microorganismo tiene un rango <strong>de</strong> temperatura óptima para su actividad. La Saccharomyces<br />

cerevisiae, por ejemplo, no tiene actividad o esta es muy baja, por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> 10-12 °C y muestra<br />

un crecimiento máximo en el caldo <strong>de</strong> uva en torno a los 35 °C. La presencia <strong>de</strong> alcohol reduce el<br />

óptimo a 26-28 °C. La Kloeckera es más activa que la Saccharomyces cerevisiae, a temperaturas<br />

<strong>de</strong> 4-10 °C, utilizada por ejemplo en la solución <strong>de</strong>l caldo <strong>de</strong> la maceración en frío. Las bacterias<br />

lácticas requiere 16-18 °C para crecer a una velocidad consi<strong>de</strong>rable. Las bacterias acéticas pue<strong>de</strong>n<br />

permanecer a altas temperaturas, incluso en presencia <strong>de</strong> alcohol.<br />

El enfriado consume mucha energía, pero es una estrategia eficaz para reducir el crecimiento <strong>de</strong><br />

microorganismos <strong>de</strong>scomponedores, tanto en el caldo como en el vino. Sin embargo, las bajas<br />

temperaturas, ralentizan el crecimiento y la actividad <strong>de</strong> los microorganismos, pero no inactivan o<br />

los eliminan <strong>de</strong>l sistema. El posterior aumento <strong>de</strong> la temperatura reiniciará el proceso <strong>de</strong> contaminación.<br />

Oxigeno<br />

El oxígeno es esencial para la existencia <strong>de</strong> algunos microorganismos <strong>de</strong>scomponedores. Las bacterias<br />

acéticas y las levaduras oxidativas necesitan abundante disponibilidad <strong>de</strong> oxígeno. Algunas<br />

bacterias lácticas y levaduras Brettanomyces pue<strong>de</strong> aprovechar pequeñas presencias <strong>de</strong> oxígeno.<br />

La Saccharomyces cerevisiae no necesitan oxígeno para <strong>de</strong>sarrollarse y fermentar a pesar <strong>de</strong> que<br />

se beneficia <strong>de</strong> su disponibilidad cerca <strong>de</strong> la mitad <strong>de</strong> la etapa <strong>de</strong> fermentación. Evitar que el aire<br />

entre en contacto con el caldo <strong>de</strong> la uva y el vino, por medio <strong>de</strong> la reducción <strong>de</strong>l espacio superior<br />

<strong>de</strong>l tanque y la protección con gases inertes es por lo tanto, una po<strong>de</strong>rosa estrategia para evitar el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una gran proporción <strong>de</strong> los microorganismos <strong>de</strong>scomponedores.<br />

pH<br />

La aci<strong>de</strong>z es uno <strong>de</strong> los principales factores que afectan a las bacterias <strong>de</strong>l ácido láctico. Solo la<br />

bacteria Oenococcus oenii pue<strong>de</strong> mostrar cierta actividad con pH mas bajo <strong>de</strong> 2,9; la mayoría no<br />

pue<strong>de</strong> crecer significativamente si no es superior a 3.2. Todos ellos, sin embargo, aumentan en gran<br />

medida su actividad cunado aumenta el pH. A pHs en torno a 4.0, algunas bacterias lácticas pue-<br />

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