Núm. 25 - Marzo-Abril 1957 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre

ldA 1,EiVC;I:A DE LAS MONEDAS IBBRIC'AS
tente, cuyo hallazgo se fecha en los Kjiokkenmoddings. El neolitico de Asia Menor
también presenta una raza braquicéfala, pero el nuestro, junto a una unidad cul-
tural, presenta dolicocéfalos y hraquicéfalos; estos parecen constituir el sustrato
más antiguo y de origen mediterráneo (1). Asimismo, hay algún caso en que los
dolicocéfalos están en las cimas de las montañas, según señala Olóriz, si bien
no es regla general. En Balaguer hay un núcleo mesocéialo en los estribos del
monte. En todo esto, aparte del posible papel de los celtas, parecen poder pesar
los rnovimicntos politicos y de pueblos, que pueden haber dado lugar a comple-
plejos cambios de situación. En todo caso, nos ilustran sobre la posible comple-
jidad de los precamitas (y sus grados de fusión), lo que ha de ser relacionado
con la complejidad originaria de los atlantomediterráneos de Deniker. La distri-
t~ución dc los mesoc4falos resulta difícilmente explicable, por las invasiones cel-
tas, y si por anteriorrs invasiones (dolicocéfalas y braquicéfalas, quizá africanas), y
posihlcrnente esta en la raiz de la explicación de los atlantomediterráneos. En
todo caso, siempre llegamos a la conclusión de un substrato precamita, más o menos
fundido y relacionado con antiguas poblaciones africanas, sobre e1 que se super-
pone y crca un nuevo fenómeno de progresiva fusión, un elemento camita, que
está en la raíz de lo que solemos entender por iberos y da la hase antropológica
de la Península, sin dejar por eso de plantear otro problema de posible o distinta
evolución lingiiistica que ha de tener muy en cuenta el numísmata, según veremos.
El posible origen mediterráneo de estos precamitas (aun cuando quizá ya sean
el elemento minoritario en la formación de los mesocefalos) encierran quizá la
raíz del origen de posibles elementos caucásicos en la lengua vasca y el carácter
dc zona de arrinconamiento de los lugares en que aparecen estos elementos; es
decir, seria propia de los elementos en cierto sentido primitivos y arrinconados y
fundidos antropol6gicamente por los elementos más modernos (camitas). Antro-
pológicamente, parece que nos hallamos ante una preponderancia general de
los camitas, con algunas zonas minoritarias en que, en más o menos grado, cuentan
aún los clementos precamitas sometidos a un proceso de homogeneización. Pero
es posible que los elementos lingüísticos intervinieran en proporción diferente, y
esto pudo pesar considerablemente en los epigrafes monetarios.
La tendencia a la uniformidad antropológica y su gradual desarrollo se aprecia
en que la diferencia de índices cefalicos entre las regiones peninsulares es general-
mente pequeña; en algún caso quizá sea incluso error de determinación de las
zonas, en particular las de refugio y del grado de fusión. Aparte de que en estas
pequeñas difcrcncias pueden haber intervenido elementos accidentales (clima,
trabajos, etc.) y que, en todo caso, no puede olvidarse su pequeñez.
Como reconoce Schulten, hay bastante relación entre los precamitas de ambas
riberas del Estrecho, y ello contribuye a explicar las relaciones iberobereberes,
por obedecer a una cierta identidad de los sucesivos estratos que los integran (2).
En cuanto a Bosch Gimpera, identifica iberos y cultura de Almeria, con lo cual
(1) PITTARD: Oh. cit., p&g. 117-125 y 129-130.
(2) VBase SCHULTEN: Hispania. Barcelona, 1920, pág. 107 y 109.