Núm. 25 - Marzo-Abril 1957 - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre

J A I M E L L U I S Y N A \ ' A S - B R U S I
Los vascos actuales (y, consiguientemente, el sustrato de los antiguos iberos)
ofrecen el problema de su relación racial e histórica con otros elementos rubios
en zona camita (guanches y los llamados bereberes rubios). Entre los bereberes
aparecen, a veces, tipos de ojos claros (de pigmentación a veces incluso rubia).
No parece que desciendan siempre de los vándalos, aunque quizá si en algún
caso. Las invasiones germánicas parecen haber sido poco numerosas, a juzgar
por los rastros que han dejado, y su número disminuiría al irse alejando de Ger-
mania y quedando elementos en el camino; su misma forma de emigrar por pueblos,
con necesidades de abastecimiento, alojamiento, etc., limitaba el posible número
de emigrantes; lo mismo se deduce de la falta de sorpresa de los autores contem-
poráneos ante el número de invasores y que de ser más habrían sido muy diez-
mados, llegando pocos a la meta de sus andanzas. La estructura económica y
social (sistema sucesorio, economía de cazadores, etc.) harían pronto que necesi-
taran nuevas tierras, sin ser muy numerosos en comparación con la densidad de
habitantes al sur, y la antropologia parece confirmar estas observaciones (1).
Además, en el caso de los bereberes, los elementos rubios aparecen citados antes
de la invasión germana (2).
Por tanto, hemos de suponerlos descendientes de los precamitas, y parece
confirmarlo su localización en zonas de refugio y arrinconamiento (Canarias, mon-
tes vascos y del Atlas), propias de vencidos y refugiados. Además, raramente
una invasión aniquila totalmente al derrotado, sea porque éste halla refugios
donde subsistir, o porque el invasor no desea un exterminio en masa, o ambos mo-
tivos a la vez. El paralelismo entre vascos rubios y guanches rubios parece con-
firmarlo en este caso.
Tanto entre bereberes como entre vascos parece darse un fenómeno de fusión
de camitas y precamitas, con tendencia a constituir un todo homogéneo. En
el primer caso, es generalmente admitido por los autores; en el segundo, no se
advirtió siempre, quizá por un error de método, debido al deseo de fijar tipos
+puros)>, que harían olvidar la complejidad de los realmente existentes. Pero en
las zonas vascas más alejadas de las comunicaciones son frecuentes los dolico-
céfalo~ morenos con los ocho apellidos de un vasquismo evidente, lo que hace
suponer que la mezcla es de remoto origen. Es dificil determinar el momento en
que empezó, y no sabemos exactamente hasta qué punto los primitivos camitas
fueron a dominar aquel refugio, si a su vez se refugiaron ante posteriores invasores
(celtas, romanos, germanos o árabes), o si tan sólo es un fenómeno de lenta oósmo-
sis)) por la relación entre vascos y el resto de España a través de los siglos. Estas
hipótesis ni se excluyen ni se implican. Lo más posible parece la existencia de
varias causas y capas de asimilación. Esta teoría simplifica el problema del pano-
rama antropológico actual. En cambio, complica el numisrnático y lingüístico, por
cuanto una deducción es que el estado antropológico de hoy dia poco nos puede
(1) También pudo influir en sus migraciones la ambici6n econ6mica. el deseo de botin.
(2) Véase Jos& MAR~A BATISTA Y ROCA, en Las razas humanas, Barcelona, 1928, tomo 11, phg. 186 y
siguientes.