E Lichtbericht 85 - Erco

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28.05.2013 Views

Cuando Wang Yirong cuenta acerca del palacio imperial pequinés, de las salas del trono de siglos de antigüedad, de los dormitorios reales y los jardines ocultos, suena como si hablara de su propio hogar. De hecho, en cierto modo lo es: «Aquí pasé mi infancia», aclara Wang. Su padre trabajó como contable en la administración de la «Ciudad Prohibida», como los chinos llaman al palacio, y eso permitió a Wang pasar su niñez jugando entre salones y dormitorios imperiales. «La Ciudad Prohibida es para mí como un hogar», afirma. Los caminos secretos de su infancia continúan siendo útiles para Wang, que ahora es subdirector de la administración del palacio. Con – según la leyenda – 9999 habitaciones, la Ciudad Prohibida, en la que hasta 1924 residieron los emperadores de China, es diez veces más grande que el londinense palacio de Buckingham. Un laberinto casi impenetrable de templos, edificios residenciales y alojamientos de concubinas y eunucos. Una ciudad dentro de la ciudad. «Hasta ahora, sólo una parte del complejo está abierta a los visitantes», explica Wang. Dado que en muchos de los salones centenarios la pintura se desconcha, las termitas devoran las viejas columnas de madera, existen goteras y las exquisitas pinturas murales se desvanecen, el Palacio Imperial de Pekín está siendo sometido actualmente a la mayor restauración de su historia. Una tarea de siglos: Desde 2002, hasta 2.000 artesanos y especialistas en restauración se afanan en restaurar el antiguo esplendor. Los costes: 100 millones de yuan al año, alrededor de diez millones de euros. Los trabajos no estarán concluidos hasta 2020, a tiempo para la celebración de los 600 años. «La restauración es extraordinariamente costosa», afirma Wang. Está sentado en su despacho en el interior de la Ciudad Prohibida, un destartalado edificio gris con tejado curvo y columnas de madera, lindante con un patio interior cubierto de vegetación. «Antaño, aquí vivían los hijos del emperador», cuenta Wang señalando las tejas verdes. Todos los demás edificios en la Ciudad Prohibida presentan, en cambio, tejados amarillos, antiguamente símbolo y privilegio del emperador. «Nuestra meta es restaurar los edificios de la forma más fiel posible al original», aclara Wang. La administración del palacio recurrió para ello a maestros artesanos pequineses, hombres de 70 y 80 años, algunas de cuyas familias habían trabajado durante muchas generaciones en el palacio imperial. De este modo se redescubrieron numerosas técnicas olvidadas. En cambio, para la iluminación de los edificios y las exposiciones, la administración del palacio imperial apuesta por la tecnología El palacio de las 9999 habitaciones Muchas partes de la antigua «Ciudad Prohibida» de Pekín son actualmente museos. La renovación y el mantenimiento constituyen una tarea permanente. Para la administración del Museo del Palacio, la luz de alta calidad de ERCO es una inversión a largo plazo. contemporánea, y colabora con ERCO ya desde 1999. «ERCO aplica los estándares más elevados en el ámbito museístico», asegura Wang. Y es que las estrictas normativas de protección de monumentos plantean elevadas exigencias también a la iluminación. «Naturalmente, para fijar los proyectores en los antiguos salones imperiales no podíamos clavar clavos en la madera», relata Ricky Zhang, de la delegación de ERCO en Pekín. En su lugar, se montaron los sistemas de iluminación en dispositivos especiales para los cuales no fueron necesarias intervenciones ni alteraciones de obra. «La protección de las estructuras históricas es la máxima prioridad para nosotros», sentencia Zhang. La experiencia de ERCO en el ámbito museístico se hizo valer también en la iluminación de objetos de exposición y pinturas sensibles a la luz. Un resultado de esta colaboración es Qianqinggong, el palacio de la Pureza Celestial. Construido como residencia privada de la familia imperial, el salón sirvió a los regentes posteriores como sala de audiencias, en la cual se recibía también a los enviados extranjeros. Fue utilizada oficialmente por última vez en 1922, cuando contrajo matrimonio el por entonces ya depuesto emperador Pu Yi. Visitantes y turistas, que actualmente sólo pueden vislumbrar desde fuera el interior ricamente amueblado, no suelen percatarse de que el salón está iluminado con apenas dos docenas de bañadores ERCO dispuestos de forma oculta. «El objetivo era reforzar la luz natural del modo más discreto posible», explica Zhang. El observador goza de una auténtica visión de la época imperial. Otro espacio destacado del conjunto palaciego, el «Salón de la Armonía Suprema» (Taihedian), está cubierto actualmente por una lona verde. Detrás de ésta todavía se martillea y se renueva. Con 29 metros, el pabellón es el edificio más alto de la Ciudad Prohibida. Es aquí donde antaño se coronaba a los emperadores de China, y la ornamentación del edificio refleja esta solemnidad. Animales mitológicos decoran los aleros. Cuando llueve, 1.142 cabezas de dragón marmóreas escupen el agua. La terraza está habitada por tortugas y grullas de bronce, símbolos de la suerte y del reinado eterno. El salón restaurado volverá a estar abierto para los visitantes a tiempo para la inauguración de los Juegos Olímpicos de verano. Entonces, aproximadamente 100 proyectores ERCO proporcionarán la iluminación adecuada. No obstante, para Wang y sus colaboradores continúa el trabajo. 30.000 visitantes invaden cada día la antigua ciudad imperial. En los días importantes, la cifra supera los 100.000. Como dice Wang, la visita debería ser una vivencia especial para cada individuo. «La Ciudad Prohibida se convertirá en un gran museo. Ésa es nuestra tarea.» Harald Maass Interiorismo y luminotecnia: Display & Exhibition Department, Propaganda & Education Department, Forbidden City, Pekín Fotos: Michael Wolf, Hong Kong www.dpm.org.cn No sólo para turistas extranjeros, sino también para el creciente flujo de visitantes procedentes de la provincia china, la «Ciudad Prohibida» constituye la mayor atracción de Pekín. Los distintos colores de las gorras identifican a los miembros de los grupos de viajeros. El «Palacio de la Pureza Celestial» (Qianqinggong) fue construido originalmente como palacio residencial del emperador. Actualmente alberga exposiciones sobre la vida en la corte imperial, y sirve como solicitado telón de fondo para fotografías de recuerdo. Edificio anexo oeste del «Salón de la Preservación de la Armonía» (Baohedian Xiwu): Durante la restauración se utilizan técnicas artesanales tradicionales. Por ejemplo, los pintores continúan elaborando su pintura roja como antaño, a partir de una mezcla de sangre de cerdo y ladrillos molidos, y a continuación la aplican sobre los pilares de madera utilizando bolas de seda. Gracias a este método, la pintura permanece durante más tiempo. También las tejas amarillas se cuecen empleando métodos tradicionales. 6 ERCO Lichtbericht 85 ERCO Lichtbericht 85 7

Cuando Wang Yirong cuenta acerca del palacio<br />

imperial pequinés, de las salas del trono de<br />

siglos de antigüedad, de los dormitorios reales<br />

y los jardines ocultos, suena como si hablara de<br />

su propio hogar. De hecho, en cierto modo lo es:<br />

«Aquí pasé mi infancia», aclara Wang. Su padre<br />

trabajó como contable en la administración de<br />

la «Ciudad Prohibida», como los chinos llaman<br />

al palacio, y eso permitió a Wang pasar su niñez<br />

jugando entre salones y dormitorios imperiales.<br />

«La Ciudad Prohibida es para mí como un<br />

hogar», afirma.<br />

Los caminos secretos de su infancia continúan<br />

siendo útiles para Wang, que ahora es<br />

subdirector de la administración del palacio.<br />

Con – según la leyenda – 9999 habitaciones,<br />

la Ciudad Prohibida, en la que hasta 1924<br />

residieron los emperadores de China, es diez<br />

veces más grande que el londinense palacio de<br />

Buckingham. Un laberinto casi impenetrable de<br />

templos, edificios residenciales y alojamientos<br />

de concubinas y eunucos. Una ciudad dentro de<br />

la ciudad. «Hasta ahora, sólo una parte del complejo<br />

está abierta a los visitantes», explica Wang.<br />

Dado que en muchos de los salones centenarios<br />

la pintura se desconcha, las termitas<br />

devoran las viejas columnas de madera, existen<br />

goteras y las exquisitas pinturas murales se desvanecen,<br />

el Palacio Imperial de Pekín está siendo<br />

sometido actualmente a la mayor restauración<br />

de su historia. Una tarea de siglos: Desde<br />

2002, hasta 2.000 artesanos y especialistas en<br />

restauración se afanan en restaurar el antiguo<br />

esplendor. Los costes: 100 millones de yuan al<br />

año, alrededor de diez millones de euros. Los<br />

trabajos no estarán concluidos hasta 2020, a<br />

tiempo para la celebración de los 600 años.<br />

«La restauración es extraordinariamente<br />

costosa», afirma Wang. Está sentado en su<br />

despacho en el interior de la Ciudad Prohibida,<br />

un destartalado edificio gris con tejado curvo<br />

y columnas de madera, lindante con un patio<br />

interior cubierto de vegetación. «Antaño, aquí<br />

vivían los hijos del emperador», cuenta Wang<br />

señalando las tejas verdes. Todos los demás<br />

edificios en la Ciudad Prohibida presentan, en<br />

cambio, tejados amarillos, antiguamente símbolo<br />

y privilegio del emperador.<br />

«Nuestra meta es restaurar los edificios de<br />

la forma más fiel posible al original», aclara<br />

Wang. La administración del palacio recurrió<br />

para ello a maestros artesanos pequineses,<br />

hombres de 70 y 80 años, algunas de cuyas<br />

familias habían trabajado durante muchas<br />

generaciones en el palacio imperial. De este<br />

modo se redescubrieron numerosas técnicas<br />

olvidadas. En cambio, para la iluminación de los<br />

edificios y las exposiciones, la administración<br />

del palacio imperial apuesta por la tecnología<br />

El palacio de las 9999 habitaciones<br />

Muchas partes de la antigua «Ciudad Prohibida»<br />

de Pekín son actualmente museos. La<br />

renovación y el mantenimiento constituyen<br />

una tarea permanente. Para la administración<br />

del Museo del Palacio, la luz de alta<br />

calidad de ERCO es una inversión a largo<br />

plazo.<br />

contemporánea, y colabora con ERCO ya desde<br />

1999. «ERCO aplica los estándares más elevados<br />

en el ámbito museístico», asegura Wang. Y es<br />

que las estrictas normativas de protección de<br />

monumentos plantean elevadas exigencias<br />

también a la iluminación. «Naturalmente, para<br />

fijar los proyectores en los antiguos salones<br />

imperiales no podíamos clavar clavos en la<br />

madera», relata Ricky Zhang, de la delegación<br />

de ERCO en Pekín. En su lugar, se montaron<br />

los sistemas de iluminación en dispositivos<br />

especiales para los cuales no fueron necesarias<br />

intervenciones ni alteraciones de obra. «La protección<br />

de las estructuras históricas es la máxima<br />

prioridad para nosotros», sentencia Zhang.<br />

La experiencia de ERCO en el ámbito museístico<br />

se hizo valer también en la iluminación de objetos<br />

de exposición y pinturas sensibles a la luz.<br />

Un resultado de esta colaboración es Qianqinggong,<br />

el palacio de la Pureza Celestial.<br />

Construido como residencia privada de la familia<br />

imperial, el salón sirvió a los regentes posteriores<br />

como sala de audiencias, en la cual se<br />

recibía también a los enviados extranjeros. Fue<br />

utilizada oficialmente por última vez en 1922,<br />

cuando contrajo matrimonio el por entonces<br />

ya depuesto emperador Pu Yi. Visitantes y turistas,<br />

que actualmente sólo pueden vislumbrar<br />

desde fuera el interior ricamente amueblado,<br />

no suelen percatarse de que el salón está iluminado<br />

con apenas dos docenas de bañadores<br />

ERCO dispuestos de forma oculta. «El objetivo<br />

era reforzar la luz natural del modo más discreto<br />

posible», explica Zhang. El observador goza<br />

de una auténtica visión de la época imperial.<br />

Otro espacio destacado del conjunto palaciego,<br />

el «Salón de la Armonía Suprema» (Taihedian),<br />

está cubierto actualmente por una lona verde.<br />

Detrás de ésta todavía se martillea y se renueva.<br />

Con 29 metros, el pabellón es el edificio más alto<br />

de la Ciudad Prohibida. Es aquí donde antaño se<br />

coronaba a los emperadores de China, y la ornamentación<br />

del edificio refleja esta solemnidad.<br />

Animales mitológicos decoran los aleros. Cuando<br />

llueve, 1.142 cabezas de dragón marmóreas<br />

escupen el agua. La terraza está habitada por<br />

tortugas y grullas de bronce, símbolos de la<br />

suerte y del reinado eterno. El salón restaurado<br />

volverá a estar abierto para los visitantes<br />

a tiempo para la inauguración de los Juegos<br />

Olímpicos de verano. Entonces, aproximadamente<br />

100 proyectores ERCO proporcionarán<br />

la iluminación adecuada.<br />

No obstante, para Wang y sus colaboradores<br />

continúa el trabajo. 30.000 visitantes invaden<br />

cada día la antigua ciudad imperial. En los días<br />

importantes, la cifra supera los 100.000. Como<br />

dice Wang, la visita debería ser una vivencia<br />

especial para cada individuo. «La Ciudad Prohibida<br />

se convertirá en un gran museo. Ésa es<br />

nuestra tarea.»<br />

Harald Maass<br />

Interiorismo y luminotecnia:<br />

Display & Exhibition Department, Propaganda &<br />

Education Department, Forbidden City, Pekín<br />

Fotos: Michael Wolf, Hong Kong<br />

www.dpm.org.cn<br />

No sólo para turistas<br />

extranjeros, sino también<br />

para el creciente flujo de<br />

visitantes procedentes<br />

de la provincia china, la<br />

«Ciudad Prohibida» constituye<br />

la mayor atracción<br />

de Pekín. Los distintos<br />

colores de las gorras identifican<br />

a los miembros de<br />

los grupos de viajeros.<br />

El «Palacio de la Pureza<br />

Celestial» (Qianqinggong)<br />

fue construido originalmente<br />

como palacio<br />

residencial del emperador.<br />

Actualmente alberga<br />

exposiciones sobre la<br />

vida en la corte imperial,<br />

y sirve como solicitado<br />

telón de fondo para fotografías<br />

de recuerdo.<br />

Edificio anexo oeste<br />

del «Salón de la Preservación<br />

de la Armonía»<br />

(Baohedian Xiwu):<br />

Durante la restauración<br />

se utilizan técnicas artesanales<br />

tradicionales.<br />

Por ejemplo, los pintores<br />

continúan elaborando<br />

su pintura roja como<br />

antaño, a partir de una<br />

mezcla de sangre de<br />

cerdo y ladrillos molidos,<br />

y a continuación la<br />

aplican sobre los pilares<br />

de madera utilizando<br />

bolas de seda. Gracias a<br />

este método, la pintura<br />

permanece durante más<br />

tiempo. También las<br />

tejas amarillas se cuecen<br />

empleando métodos tradicionales.<br />

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