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Para proceder con tal ejercicio, podemos,<br />
tomando como presupuesto<br />
que nuestra industria está desde<br />
siempre históricamente unida al tomate,<br />
probar el procedimiento relativamente<br />
con una industria de<br />
transformación de este vegetal tal<br />
como para incluir una línea de<br />
transformación destinada a la producción<br />
clásica de concentrado y de<br />
pulpa o, como alternativa, de pelados<br />
o cubeteados.<br />
En este punto podemos descender<br />
al campo técnico, si bién en forma<br />
sucinta, como del resto requiere<br />
este tipo de reflexión.<br />
En sus líneas esenciales consideremos<br />
cual premisa, un equipo operante<br />
en el cual la disponibilidad del<br />
tomate sea, temporáneamente, de<br />
tipo medio, es decir con disponibilidad<br />
de fresco no mayor de tres meses<br />
por año y que la climatología de<br />
la zona permita la cosecha de otras<br />
frutas, mediterráneas o tropicales tal<br />
como para poder dar lugar a producciones<br />
para otros siete/ocho meses.<br />
Bajo un perfil comercial valedero<br />
para el área mediterránea, un equipo<br />
similar, debe tener una potencialidad,<br />
para el tomate, nunca inferior<br />
a 100.000 tons./año. Si bién se<br />
disponga de este tonelaje de todo<br />
respeto, la empresa debe soportar<br />
costos de gestión significativos que<br />
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pueden incidir profundamente sobre<br />
su rendimiento, con problemas resolvibles<br />
únicamente si las cantidades<br />
producidas son diversificadas y<br />
si los semi-elaborados derivantes<br />
de la transformación, pueden ser, ya<br />
sea en forma de componente parcial<br />
o cual producto acabado, vendibles<br />
al consumidor final a lo largo<br />
de todo el año. Particularmente, en<br />
este caso, además de los costos relativos<br />
a los capitales inmobilizados<br />
en producto acabado, obviamente<br />
necesarios para cubrir el arco del<br />
año, resultan motivo de sufrimiento<br />
gestional también aquellos problemas<br />
propios del personal empeñado,<br />
que necesariamente debe ser<br />
fijo por lo que se refiere a ciertas<br />
posiciones (delegados al mantenimiento,<br />
a los servicios indirectos y<br />
fijos en la planta), la energía que en<br />
cada caso es consumida especialmente<br />
donde sea necesario recurrir<br />
a la conservación bajo temperatura<br />
controlada y los problemas en general<br />
derivantes de la dirección de los<br />
almacenes, etc.<br />
Ha sido posible constatar que las<br />
empresas que producen únicamente<br />
semi-elaborados para períodos<br />
estacionales seguramente sufren un<br />
gran riesgo económico, agravado<br />
por el hecho de que el producto masivo,<br />
tal como el tomate, debe siempre<br />
ser considerado como un pro-<br />
ducto pobre y de hecho no podría<br />
existir sin el suporte económico por<br />
parte de las instituciones: la drástica<br />
disminución en el número de instalaciones<br />
estacionales seguramente<br />
avala esta situación.<br />
El ejercicio que nos hemos<br />
propuesto comienza con consideraciones<br />
acerca de la fase con la cual<br />
inicia el proceso de transformación<br />
del tomate: la recepción de la materia<br />
prima.<br />
El tomate, almenos en aquellas<br />
áreas mayormente industrializadas,<br />
es transportado dentro cajones<br />
instalados sobre camiones, con capacidades<br />
globales de decenas de<br />
toneladas.<br />
Si se desea proceder con equipos<br />
“integrados”, tomate y frutas, la recepción<br />
es una sección en la cual<br />
de hecho tiene lugar una diversificación<br />
muy significativa en los equipos,<br />
especialmente por lo que se refiere<br />
a cuestiones de cantidades horarias<br />
que deban ser absorbidas.<br />
Aquí es necesario constatar que el<br />
empleo de cajitas, proprio de los<br />
años 60 resulta totalmente superado,<br />
mientras que se continua utilizando<br />
para fruta de tipo delicado, tal<br />
como la fresa, los frutos del bosque<br />
y varios frutos tropicales.<br />
Para salvaguardar la fruta, normalmente,<br />
además de las antes citadas<br />
cajitas, ahora se usan en el caso de<br />
frutas mecánicamente resistentes,<br />
cajones de 300/500 Kg., por ejemplo<br />
para peras, manzanas, mangos<br />
(en aquellos equipos para la obtención<br />
de jugos y pureas, de grandes<br />
cantidades, para peras y manzanas<br />
pueden así mismo ser empleados<br />
grandes cajones transportados por<br />
camiones con plano reclinable) y<br />
como consecuencia la alimentación<br />
de tanques, con dimensiones menores,<br />
es obtenida mediante volcadores<br />
particulares que salvaguardan<br />
así mismo también la integridad de<br />
las frutas durante la fase de volqueo.<br />
Un caso a parte es la elaboración<br />
de agrios, donde las cantitades pueden<br />
ser notables, y el fresco introducido<br />
en “jaulas” con grandísima volumetría,<br />
son lavados en tanques y<br />
después de un cepillado, son<br />
transferidos, pasando por el cernido,<br />
a la zona de extracción del jugo<br />
y de los aceites esenciales.<br />
La elaboración del jugo de agrio<br />
puede sucesivamente convergir so-