DISCURSO INAUGURAL - Universitat de Barcelona

tan siquiera sospecharlo, a este pedazo de tierra donde
vió la luz del sol por vez primera, al salir del obscuro
recinto que ocupara, en las mismas entranas de su
propia madre.
La Universidad viene a identificarse con la patria:
ella la distingue, la enaltece, la ensalza, la idealiza:
la hace respetable, le da toda su vida, toda su fuerza,
todo cuanto es, todo cuanto, en el terreno de la idea,
vale.
Porque esta institución tan admirable, es escuela
de sabiduría, fuente de adelantos, depósito de afirma
ciones, dogmáticas a veces, otras siquiera concretas
y precisas: archivo de pretéritas lecciones; palenque
de las ideas; campo abierto a toda lucha inteligente
gimnasia del raciocinio, inventora de procedimientos,
descubridora de verdades; norma de nuestro juicio;
ensenanza de todo bien, y escudo impenetrable con
tra todo mal, contra todo error, toda vacilación, toda
abulia, toda duda.
Por esto, porque ;a Universidad está identificada
con la patria y porque es tan grande el amor que a la
patria le debemos; por esto me propongo en el Dis
curso inaugural, deshacer todos los pliegues del tupido
velo en que la gran riqueza de las universidades está
envuelta: destruir prejuicios, desvanecer errores, com
batir absurdos, hundir calumnias, sacrificando sólo
en el santuario de la verdad más pura: exponiendo
sin exageraciones ni temores, lo falso que hay en el
concepto absurdo en que se tiene por un cierto vulgo
a las Universidades todas, espanolas: quitar el entre
dicho que con la pesadumbre de la nada, las abruma;
y levantar enhiesto el nobilísimo pabellón de nuestra
heroica Espana.