Vidente de Jaén – Mensajes 2012 - Apariciones de Jesús y María
Vidente de Jaén – Mensajes 2012 - Apariciones de Jesús y María
Vidente de Jaén – Mensajes 2012 - Apariciones de Jesús y María
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Cuando un pecador empe<strong>de</strong>rnido cuyos pecados son horribles y atroces <strong>de</strong>sea salir <strong>de</strong> su<br />
situación, sólo con <strong>de</strong>searlo el Cielo entero se vuelca en él, aunque no lo advierta, porque<br />
muchos <strong>de</strong> Mis bienaventurados, también fueron gran<strong>de</strong>s pecadores e interce<strong>de</strong>n por él y Me<br />
pi<strong>de</strong>n constantemente Gracia para él. Yo, <strong>Jesús</strong>, os hablo.<br />
Hijos Míos, Yo Soy el Salvador y Mi misión es salvar a las almas, en esta vida sacándolas <strong>de</strong>l<br />
pecado, en la otra dándoles la Vida Eterna, pero vosotros tenéis que colaborar y quitar la<br />
ocasión <strong>de</strong> pecar y <strong>de</strong>sear tener una vida más sana y más santa, porque cuando un pecador<br />
<strong>de</strong>sea todo eso, es porque ya Mi Santo Espíritu lo está tocando para que se convierta y vuelva<br />
a Dios que es ante todo Padre, aunque también sea Juez. Yo, <strong>Jesús</strong>, os hablo.<br />
Hijos Míos, almas queridas que leéis estos <strong>Mensajes</strong>, rogad mucho por los pecadores, rogad a<br />
Mi Madre, a los Santos Ángeles, a San José, a todos los Santos, porque la oración nunca se<br />
pier<strong>de</strong>, pero mucho menos, si es por un pecador, porque quien <strong>de</strong>sea la conversión <strong>de</strong> las<br />
almas, tiene los mismos <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> Dios Altísimo y <strong>de</strong> Mi Santa Madre. Yo, <strong>Jesús</strong>, os hablo y os<br />
lo pido. Mi Paz a todo aquel que leyendo estos <strong>Mensajes</strong> los pone en práctica.<br />
10 ENERO, <strong>2012</strong><br />
Sed para Mí, pequeños pero auténticos cristos<br />
Cada Llaga <strong>de</strong> Mi Sacratísimo Cuerpo fue un acto <strong>de</strong> reparación que Yo ofrecía a Mi Padre<br />
Eterno por el pecado que invadía el mundo. Yo, <strong>Jesús</strong>, os hablo.<br />
Y si muchas fueron las Llagas <strong>de</strong> Mi Divino Cuerpo, muchas más fueron las Llagas que pa<strong>de</strong>cí<br />
en el alma y que sólo a personas privilegiadas a lo largo <strong>de</strong> los siglos, se le ha dado a conocer.<br />
Yo, <strong>Jesús</strong>, os hablo.<br />
Porque hijos, el sufrimiento atroz que pa<strong>de</strong>cí en todas las dimensiones, Cuerpo, Alma y<br />
Divinidad, no lo conoceréis en esta vida, y aún conociéndolo, no lo enten<strong>de</strong>ríais y pensaríais<br />
que porqué tuve que sufrir tanto. Sólo Mi Madre Santísima, alcanzó a compren<strong>de</strong>r por la Luz <strong>de</strong><br />
Mi Santo Espíritu, hasta don<strong>de</strong> llegó Mi tortura física y moral, y Ella, pa<strong>de</strong>cía al igual que Yo<br />
aunque incruentamente también sufrimientos atroces, porque Su unión Conmigo la hizo<br />
participar en todas Mis cosas. Yo, <strong>Jesús</strong>, os hablo.<br />
Vosotros, cuando tenéis un sufrimiento o un dolor amargo, os quejáis y os creéis víctimas<br />
inigualables, pero no, hijos, no; todos los sufrimientos <strong>de</strong> los hombres juntos no son nada<br />
comparados con los que Yo pa<strong>de</strong>cí. ¿Cómo puedo explicaros en lenguaje humano lo que fue<br />
una Obra Divina? Mi Padre Eterno vio el alcance <strong>de</strong> Mis Sufrimientos, <strong>de</strong> Mi Inmolación y por<br />
eso, porque nadie ha llegado a superar al Hijo <strong>de</strong>l Hombre, Él Me ensalzó sobre todo nombre,<br />
en el Cielo y en la Tierra, <strong>de</strong> manera que ante Mi Santo Nombre toda rodilla se doble (Flp<br />
2,10). Yo, <strong>Jesús</strong>, os hablo.<br />
Pero porque Me alimenté hasta la saciedad con el sufrimiento os entiendo muy bien cuando<br />
sufrís, y aunque a veces Me llamáis y reclamáis Mi favor, a pesar <strong>de</strong> que os escucho, tardo en<br />
intervenir para haceros más parecidos a Mí, más santos y para mayor corona, sólo cuando el<br />
alma pue<strong>de</strong> sucumbir, es cuando intervengo velozmente o cuando vuestra oración asidua y<br />
2