Vidente de Jaén – Mensajes 2012 - Apariciones de Jesús y María
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celestiales, porque Mi Padre Eterno a todos os creó con la misma medida <strong>de</strong> Amor y vio que era<br />
buena vuestra creación.<br />
Sois todos, tanto en el Cielo como en la Tierra, miembros <strong>de</strong> una misma familia celestial cuyo<br />
Padre es Dios Altísimo. Y si bien vuestra naturaleza es diferente a la angelical, tenéis en común<br />
al mismo Padre Celestial y la misma Casa Celestial que es el Cielo, don<strong>de</strong> iréis a morar si os<br />
salváis. Yo, <strong>Jesús</strong>, os hablo.<br />
Invocadles, recurrid a su ayuda encomiéndales situaciones, y veréis como ellos, que tanto os<br />
aman porque sois sus hermanos por tener un mismo Padre Celestial, no os fallan si los invocáis<br />
con convencimiento. Yo, <strong>Jesús</strong>, os hablo<br />
Toda la creación la dispuso Mi Padre Eterno con inmenso y purísimo Amor. Deseaba para todos<br />
sus seres creados una gran felicidad, pero el pecado que es un mal tan gran<strong>de</strong> y que se opone<br />
a los planes <strong>de</strong> Dios, todo lo ensució y muchas cosas las malogró; porque, hijos, si Dios es<br />
infinita Bondad, no pue<strong>de</strong> consentir ni un solo pecado y a Sus Ojos el pecado es repugnante y<br />
una gran abominación que trae a quien lo cometió males terrenales y males eternos, porque el<br />
pecado, hijos Míos, es muerte y la muerte carece <strong>de</strong> vida. Yo, <strong>Jesús</strong>, os hablo.<br />
Quien tenga conciencia <strong>de</strong> que vive en pecado mortal, no posponga por más tiempo la<br />
confesión sacramental y <strong>de</strong>vuelva a su alma la vida <strong>de</strong> la Gracia que le ha quitado, porque un<br />
alma muerta por el pecado sin quererlo confesar no pue<strong>de</strong> entrar en las morada celestial que<br />
es el Cielo. Yo, <strong>Jesús</strong>, os hablo. Mi Paz a todo aquel que leyendo este Mensaje lo pone en<br />
práctica.<br />
26 FEBRERO, <strong>2012</strong><br />
Soy la Samaritana, quien os habla<br />
Hijos <strong>de</strong> Dios, soy la Samaritana, una hermana vuestra que ya goza en el Cielo <strong>de</strong> la<br />
bienaventuranza eterna y, me dirijo a vosotros, hermanos, que aún estáis <strong>de</strong> paso por la vida,<br />
para <strong>de</strong>ciros que no malogréis por nada <strong>de</strong>l mundo la salvación eterna <strong>de</strong>l alma, porque no<br />
podéis ni imaginar lo que Dios os tiene reservado. La samaritana, os habla.<br />
Conocí al Re<strong>de</strong>ntor cuando me salió al encuentro en el pozo <strong>de</strong> Jacob, y allí Él me miró con<br />
Misericordia y con tanto Amor, que yo nunca en mi vida había sentido una mirada igual. Él me<br />
habló <strong>de</strong>l Agua Viva que podía darme para nunca (más) tener sed, y aunque en ese momento<br />
no entendí muy bien lo que me quería <strong>de</strong>cir, luego más a<strong>de</strong>lante comprendí que lo que me<br />
ofrecía era un agua <strong>de</strong> Vida Eterna y un gozo que el mundo no me podía dar.<br />
Yo, que siempre busqué amores en la Tierra para saciar mi corazón <strong>de</strong> esas ansias <strong>de</strong> amar,<br />
me salió al encuentro el Amor <strong>de</strong> los amores y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquel momento mi vida cambió<br />
totalmente y la <strong>de</strong> muchos <strong>de</strong> los <strong>de</strong> mi entorno, porque creyeron en lo que les conté y se<br />
reconvirtieron a una vida <strong>de</strong> disciplina y oración. Yo, la samaritana, os hablo.<br />
Ahora estoy en el Cielo junto con aquellos mis contemporáneos que también fueron salvados<br />
por el Re<strong>de</strong>ntor con una mirada dulce y bondadosa, como <strong>María</strong> Magdalena, Lázaro, el buen<br />
ladrón y otros muchos que no se <strong>de</strong>scriben en los Evangelios, pero fueron muchos<br />
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