1er. semestre - Año XXV - aespat
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Sobre el modelo funcional de primer orden de los estados del yo 97<br />
enfoque histórico-biográfico de la personalidad,<br />
gestada ésta en la infancia. De hecho,<br />
dichas denominaciones no implican todo lo<br />
que funcionalmente son los estados del yo,<br />
los cuales tienen utilidad durante toda la vida.<br />
De ahí, que los términos de Padre Cuidador,<br />
Adulto Individuador y Niño Cuidado,<br />
que he adoptado (Oller Vallejo, 2001a,<br />
2001b) en el modelo funcional de primer orden,<br />
expresan mejor la utilidad funcional de<br />
los tres estados del yo básicos (Fig. 1), así<br />
como su aplicabilidad no sólo en psicoterapia,<br />
sino también para un crecimiento personal<br />
que facilite el desarrollo de todas las potencialidades<br />
humanas. A veces, principalmente<br />
ante quienes, ya sean profanos o profesionales,<br />
no están familiarizados con el<br />
análisis transaccional, puedo usar también<br />
las denominaciones (Oller Vallejo, 2004,<br />
2005b) respectivamente de yo cuidador, yo<br />
individuador y yo cuidado, con la ventaja de<br />
que además elimina en la terminología toda<br />
connotación histórico-biográfica.<br />
Figura 1 2 :<br />
Los tres estados del yo funcionales<br />
de primer orden<br />
Los tres estados del yo funcionales básicos<br />
son las manifestaciones fundamenta-<br />
les de la personalidad que sirven para facilitar<br />
a la persona una vida plena en todos<br />
los sentidos. En general, cumplen funciones<br />
adaptativas y están al servicio ante todo<br />
de sobrevivir, pero también de vivir. Cada<br />
uno de estos tres estados del yo se manifiesta<br />
funcionalmente de una manera que<br />
le es saludablemente propia. Es sencillo,<br />
las personas, en lo primordial, necesitan<br />
poder ser cuidadas, poder cuidar y poder<br />
individuarse. Y así, la evolución filogenética<br />
ha conducido a que la función básica del<br />
Niño Cuidado sea buscar y recibir cuidados,<br />
la del Padre Cuidador sea dar cuidados<br />
y la del Adulto Individuador sea individuarse.<br />
(En un sentido amplio, considero<br />
que la manifestación de cuidados abarca<br />
no sólo nutrir y proteger, sino también todas<br />
aquellas conductas, mensajes, enseñanzas<br />
e incluso objetos que son útiles para<br />
un desarrollo saludable [Oller Vallejo,<br />
2001b]). Y además, también han evolucionado<br />
subformas funcionales (Oller Vallejo,<br />
2002, 2003b) derivadas de cada estado del<br />
yo básico, que son las que se tienen en<br />
cuenta en el modelo funcional de segundo<br />
orden (Woollams & Brown, 1978), generalmente<br />
simplemente llamado modelo funcional<br />
de los estados del yo.<br />
En principio, la finalidad funcional del<br />
Padre Cuidador, del Adulto Individuador y<br />
del Niño Cuidado, es positiva, resultando<br />
su manifestación respectivamente de un<br />
control psíquico incluyente, a nivel estructural,<br />
de cada uno de los tres órganos psíquicos,<br />
que entonces incluye la contribución<br />
de los todos los órganos psíquicos de<br />
una manera saludable (Fig. 2c). Pero también<br />
pueden manifestarse negativamente,<br />
dependiendo de las circunstancias que hayan<br />
concurrido durante el desarrollo de la<br />
persona y por lo cual repiten entonces viejas<br />
cosas del pasado (la idea de “negativo”<br />
o “disfuncional” ha de entenderse en un<br />
sentido relativo, pues es lo mejor que la<br />
2 Modificado del original publicado en el TAJ (Oller Vallejo, 2001b) y reproducido con permiso de la ITAA.<br />
Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 56, <strong>Año</strong> 2007