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1er. semestre - Año XXV - aespat

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Ecología Social en Instituciones Geriátricas: La Formación del Equipo Asistencial... 87<br />

grupos de la organización. Son instituciones<br />

en las que la autoridad está omnipresente,<br />

imponiendo un obsesivo orden e impidiendo<br />

la expresión de las necesidades<br />

más naturales de sus moradores.<br />

Contrariamente, estructural y psicodinámicamente<br />

hablando lo “latente” implica la<br />

prevalencia del Ello institucional, o sea, el<br />

depositario de los deseos inconscientes y<br />

fantásticos de sus miembros, que se desbordan<br />

y expresan en un encuadre que no<br />

contiene los aspectos primitivos, donde no<br />

hay una posibilidad de salida operativa a<br />

los mismos. Se trataría, en estos casos, de<br />

una organización institucional próxima al<br />

“laissez faire”: miembros sin autoridad,<br />

donde las jerarquías y el orden se encuentran<br />

en entredicho y el “principio de realidad”<br />

cede frente a un “principio de placer”<br />

puesto de manifiesto en la idealización de<br />

“ser todos iguales”. En este tipo de dinámica<br />

institucional se pierde la capacidad de<br />

reflexión y análisis, se confunden deseos e<br />

ideales con situaciones posibles y, frente al<br />

desconcierto, emergen falsos líderes, personas<br />

generalmente con estructuras débiles,<br />

excesivamente dependientes de la estructura<br />

externa institucional, que actúan<br />

pasando a la acción (“acting”) con fugas<br />

hacia adelante frente a la amenaza de desintegración<br />

personal y colectiva. En este<br />

tipo de contexto se produce una proyección<br />

masiva al exterior, a la institución y a los<br />

componentes de la familia institucional, de<br />

todos los elementos de angustia, dificultades,<br />

conflictos e inadecuaciones, y emergen<br />

líderes, que temporalmente cobran un<br />

protagonismo importante y que añadirán<br />

una dificultad adicional a las ya difíciles circunstancias<br />

que implica todo crecimiento<br />

individual y colectivo (Ayerra, 1998: 20).<br />

Si se quiere entender la dinámica institucional<br />

de los residentes y del equipo asistencial,<br />

es necesario tener en cuenta ambas<br />

estructuras: la latente y la manifiesta.<br />

Por ello, resulta imprescindible a nuestro<br />

juicio, la presencia de terapeutas grupales<br />

institucionales, que a la vez que desvelan<br />

los resortes ocultos del grupo institucional,<br />

optimizan y acuerdan estrategias y maneras<br />

de solución del clima socio-relacional,<br />

tanto en sus aspectos conscientes como inconscientes.<br />

Hoy por hoy, una proporción<br />

importante de las residencias que hemos<br />

tenido oportunidad de visitar, adoptan una<br />

prevalencia de lo manifiesto, sin contar con<br />

el trasfondo, en tantas ocasiones enquistado,<br />

de las dinámicas subyacentes. Los viejos,<br />

así, son traídos y llevados según las<br />

conflictivas ocultas del Staff, los administradores<br />

o los políticos de turno, sin el necesario<br />

desvelamiento y aclaración de los<br />

elementos ocultos. Este divorcio entre lo<br />

administrativo-social y lo psicológico-oculto<br />

acarrea malas consecuencias para la saludabilidad<br />

de los mayores, su estado de ánimo<br />

y sus posibilidades de actuación. Se<br />

da, sin más, una súper-estandarización<br />

asistencial y organizativa, de corte defensivo,<br />

para contener y reprimir lo latente, que<br />

demanda gratificaciones de otra índole. Se<br />

produce una esfera enmarañada tanto entre<br />

los viejos como en el equipo asistencial,<br />

conformando un auténtico “sistema enfermante”,<br />

sistema en el que la estructura es<br />

más importante que las personas.<br />

Sería deseable el avance, dentro de las<br />

instituciones geriátricas, hacia estructuras<br />

que con el tiempo y la experiencia se hagan<br />

más flexibles, más permeables y conjuntadas<br />

en sus dimensiones realísticas,<br />

normativas y de consecución de gratificaciones<br />

para sus moradores. La transformación<br />

adecuada, en suma, de geriátricos<br />

que, como grupos, avancen en una creciente<br />

ilusión, con creatividad, donde el<br />

proceso de individuación vaya haciendo<br />

que el conjunto se instale en el agradecimiento<br />

y el respeto mutuo, ideal al que aspiramos<br />

todos en cualquier colectividad;<br />

instituciones más globales, compuestas por<br />

seres humanos y al servicio de los seres<br />

humanos, sin el efecto despersonalizador y<br />

anómico de muchas de las organizaciones<br />

residenciales existentes. Las personas mayores<br />

merecen un trato adulto y sano, no<br />

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 56, <strong>Año</strong> 2007

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