1er. semestre - Año XXV - aespat

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56 Juan García Moreno cación” de Bateson (1972) con las aportaciones del grupo de terapeutas de Palo Alto (Jackson, 1968a, 1968b), que aplicaron la “teoría de general de sistemas” a la terapia familiar. Este modelo concibe la relación terapéutica de un modo bidireccional, en donde los interlocutores por una “causalidad circular” se afectan mutuamente como causa y efecto de cuanto realizan. El objetivo de la interacción es siempre el control mutuo de los interlocutores. Se trata de un control indirecto (incluso cediendo aparentemente el control de la relación) mediante la creación de unas condiciones que hagan deseable y atractiva la sumisión de la otra persona. Este modelo de la influencia social presenta un proceso con tres etapas: 1) unión con el cliente para el diagnóstico y la construcción de la relación; 2) generación progresiva de incongruencia (discrepancia) para el cambio; y 3) congruencia y terminación. Tomado en su conjunto, este modelo es un aporte interesante a la psicoterapia social. Las aportaciones son tanto técnicas como teóricas, que los autores tratan de fundamentar en la investigación que exponen minuciosamente. Su esquema del proceso de la psicoterapia puede ser aplicado a cualquier tipo de psicoterapia, viniendo a constituir un elemento común del proceso de la efectividad terapéutica, y que podría explicar la similitud de la efectividad de los diversos enfoques. Según Gondra (1986): En una época en que la psicoterapia se halla sumida en una crisis de crecimiento (Goldfried, 1980) y cada vez es más fuerte la tendencia a la síntesis (D. Smith, 1982), la teoría de la influencia social tiene mucho que decir en el diálogo emprendido por los terapeutas de las distintas orientaciones (Goldfried, 1982). El modelo de la influencia social constituye un buen punto de partida, ya que todavía es mucho lo que queda por hacer. Tanto Frank como Strong proponen una serie de intuiciones sugerentes que han de ser articula- Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 56, Año 2007 das en una síntesis más unitaria. Y, además, han de ser complementadas con el estudio de los factores diferenciales de los distintos tratamientos, porque no todas las terapias son igualmente efectivas para todas las personas y para los distintos problemas, y la persuasión puede seguir vías muy diferentes que todavía no han sido especificadas (p. 150). 5. IMPLICACIONES Y PRINCIPIOS DEL MOVIMIENTO PSICOSOCIAL DE LA PSICOTERAPIA Termino esta exposición de la conceptualización general de la terapia psicosocial con unas anotaciones de las implicaciones de esta orientación terapéutica que pueden constituir unos principios deducidos de la misma exposición. 1) Todos los problemas psicológicos son interpersonales de alguna manera; Los comunes problemas de ansiedad, depresión, de pareja y familiares, etc. tienen implicaciones interpersonales, sean en su origen, evolución o expresión contextual; 2) La conducta “normal” es, a veces, disfuncional en el contexto social; 3) Las normas sociales determinan la distinción entre normalidad y anormalidad; 4) Muchas de las conductas sociales anormales son distorsiones de las conductas normales; 5) El juicio clínico envuelve juicios sociales; 6) Las intervenciones clínicas se focalizan siempre, de alguna forma, sobre problemas sociales; 7) La psicoterapia es un encuentro social; 8) Las teorías de la psicología social proveen una base para los modelos del cambio conductual; 9) La psicoterapia tiene siempre como objetivo la integración social teniendo que ofrecer al cliente habilidades sociales de inserción;

Orientación Psicosocial de la Psicoterapia como contexto de la orientación psicosocial... 57 10) Si el problema psicológico adquiere su origen, evolución y sentido dentro del sistema al que pertenece el cliente, éste parece que debería implicarse de alguna manera en su tratamiento y reinserción social; 11) El paso de la psicoterapia individual a la grupal, dentro de la cual hallamos a la familiar, como una especificación, es realmente transcendental porque aporta y trata procesos psicosociales difícilmente hallados en la psicoterapia individual; 12) La separación radical entre procesos intrapsíquicos y sociales no es muy acertada si no se integran las partes en una constante dinámica de interacción mutua. Según esto, la psicoterapia o es social o no es na- da. La evolución histórica acabada de exponer no hace sino comprobar el camino seguido para asegurar, a través de medios más adecuados, el cambio psicosocial y conductual, que de alguna manera tenía que haber sido intentado durante el proceso de la psicoterapia tradicional. NOTA: Tratando de evitar la excesiva prolongación del artículo, trataré de exponer en un próximo artículo complementario las aportaciones de Eric Berne a la orientación psicosocial de su psicoterapia con derivaciones teóricas y prácticas hacia los grupos e instituciones, e incluso hacia los grandes Medios de Comunicación actuales. En esta segunda parte del trabajo ofreceré, también, las REFERENCIAS BI- BLIOGRÁFICAS. Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 56, Año 2007

56 Juan García Moreno<br />

cación” de Bateson (1972) con las aportaciones<br />

del grupo de terapeutas de Palo Alto<br />

(Jackson, 1968a, 1968b), que aplicaron<br />

la “teoría de general de sistemas” a la terapia<br />

familiar.<br />

Este modelo concibe la relación terapéutica<br />

de un modo bidireccional, en donde los<br />

interlocutores por una “causalidad circular”<br />

se afectan mutuamente como causa y efecto<br />

de cuanto realizan. El objetivo de la interacción<br />

es siempre el control mutuo de<br />

los interlocutores. Se trata de un control indirecto<br />

(incluso cediendo aparentemente el<br />

control de la relación) mediante la creación<br />

de unas condiciones que hagan deseable y<br />

atractiva la sumisión de la otra persona.<br />

Este modelo de la influencia social presenta<br />

un proceso con tres etapas:<br />

1) unión con el cliente para el diagnóstico<br />

y la construcción de la relación;<br />

2) generación progresiva de incongruencia<br />

(discrepancia) para el<br />

cambio;<br />

y 3) congruencia y terminación.<br />

Tomado en su conjunto, este modelo es<br />

un aporte interesante a la psicoterapia social.<br />

Las aportaciones son tanto técnicas<br />

como teóricas, que los autores tratan de<br />

fundamentar en la investigación que exponen<br />

minuciosamente. Su esquema del proceso<br />

de la psicoterapia puede ser aplicado<br />

a cualquier tipo de psicoterapia, viniendo a<br />

constituir un elemento común del proceso<br />

de la efectividad terapéutica, y que podría<br />

explicar la similitud de la efectividad de los<br />

diversos enfoques. Según Gondra (1986):<br />

En una época en que la psicoterapia se halla<br />

sumida en una crisis de crecimiento (Goldfried,<br />

1980) y cada vez es más fuerte la tendencia<br />

a la síntesis (D. Smith, 1982), la teoría<br />

de la influencia social tiene mucho que decir<br />

en el diálogo emprendido por los terapeutas<br />

de las distintas orientaciones (Goldfried,<br />

1982). El modelo de la influencia social constituye<br />

un buen punto de partida, ya que todavía<br />

es mucho lo que queda por hacer. Tanto<br />

Frank como Strong proponen una serie de intuiciones<br />

sugerentes que han de ser articula-<br />

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 56, <strong>Año</strong> 2007<br />

das en una síntesis más unitaria. Y, además,<br />

han de ser complementadas con el estudio de<br />

los factores diferenciales de los distintos tratamientos,<br />

porque no todas las terapias son<br />

igualmente efectivas para todas las personas<br />

y para los distintos problemas, y la persuasión<br />

puede seguir vías muy diferentes que todavía<br />

no han sido especificadas (p. 150).<br />

5. IMPLICACIONES Y PRINCIPIOS<br />

DEL MOVIMIENTO PSICOSOCIAL<br />

DE LA PSICOTERAPIA<br />

Termino esta exposición de la conceptualización<br />

general de la terapia psicosocial<br />

con unas anotaciones de las implicaciones<br />

de esta orientación terapéutica que pueden<br />

constituir unos principios deducidos de la<br />

misma exposición.<br />

1) Todos los problemas psicológicos<br />

son interpersonales de alguna manera;<br />

Los comunes problemas de<br />

ansiedad, depresión, de pareja y familiares,<br />

etc. tienen implicaciones<br />

interpersonales, sean en su origen,<br />

evolución o expresión contextual;<br />

2) La conducta “normal” es, a veces,<br />

disfuncional en el contexto social;<br />

3) Las normas sociales determinan la<br />

distinción entre normalidad y anormalidad;<br />

4) Muchas de las conductas sociales<br />

anormales son distorsiones de las<br />

conductas normales;<br />

5) El juicio clínico envuelve juicios sociales;<br />

6) Las intervenciones clínicas se focalizan<br />

siempre, de alguna forma, sobre<br />

problemas sociales;<br />

7) La psicoterapia es un encuentro social;<br />

8) Las teorías de la psicología social<br />

proveen una base para los modelos<br />

del cambio conductual;<br />

9) La psicoterapia tiene siempre como<br />

objetivo la integración social teniendo<br />

que ofrecer al cliente habilidades<br />

sociales de inserción;

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