1er. semestre - Año XXV - aespat
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30 Carolina Fernández-Salinero Miguel<br />
tratos rara vez se establecen con cada uno<br />
de los individuos que asisten –o son enviados–<br />
al grupo de formación, aunque siempre<br />
puede haber excepciones.<br />
La protección tiene que procurarla el formador,<br />
debe ser parte integrante del contrato<br />
acordado y significa apoyar el proceso<br />
de desarrollo socio-afectivo y emocional<br />
que se establece en una organización para<br />
responder a las metas propuestas por la<br />
misma. En ocasiones consiste en no hacer<br />
ciertas cosas. La protección implica, en<br />
realidad, que el formador tenga conciencia<br />
de que la gente debe enfrentarse al día siguiente<br />
para seguir funcionando junta. Una<br />
protección adecuada consiste en comenzar<br />
donde las personas se encuentran, exigir<br />
un nivel de confianza, desarrollar las fuerzas<br />
y abrir la afectividad de un modo productivo<br />
que resulte manejable por todos.<br />
El permiso con frecuencia significa:<br />
1) Otorgar al grupo en formación permiso<br />
para pensar, sentir y gozar del aprendizaje,<br />
pues muchas personas asisten<br />
a las acciones de formación grupales<br />
en la creencia de que el aprendizaje<br />
es difícil, complejo y aburrido.<br />
2) Permitir que la gente cuide de sus<br />
propias necesidades corporales. Tratar<br />
este tema directamente y establecer<br />
junto con el grupo reglas claras y<br />
generalmente aceptadas, constituye<br />
un modo acertado de facilitar la creación<br />
de una atmósfera en la que sea<br />
correcto hacerse cargo de las propias<br />
necesidades corporales.<br />
3) Favorecer la intensificación de la conciencia<br />
mediante la apertura de la gama<br />
de opciones. El permiso para pensar<br />
y escoger por sí mismos fortalece<br />
la posibilidad de protegerse que tienen<br />
los participantes y acrecienta la<br />
potencia de su formador.<br />
4) Facilitar la elección y el cambio voluntarios,<br />
dentro de un clima flexible,<br />
que haga sentir a los participantes<br />
Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 56, <strong>Año</strong> 2007<br />
que sus ideas, opiniones y preguntas<br />
son interesantes y útiles.<br />
La potencia, bastante relacionada con el<br />
permiso, se refiere a la influencia del formador<br />
desde la perspectiva del participante. Debe<br />
buscarse la coherencia cuando se ejerce<br />
de formador en un grupo de entrenamiento,<br />
especialmente si el objetivo es desarrollar<br />
competencias transversales de carácter socio-afectivo<br />
y emocional. En este caso, hay<br />
que “predicar con el ejemplo” y utilizar durante<br />
el período de formación las mismas herramientas<br />
y técnicas que se están enseñando.<br />
La credibilidad de la formación resultará,<br />
de esta manera, mucho mayor.<br />
CONCLUSIONES<br />
Como conclusión al planteamiento realizado<br />
en el presente trabajo nos interesa resaltar<br />
los siguientes aspectos.<br />
En primer lugar, el Análisis Transaccional<br />
es una corriente psicológica encuadrada<br />
dentro de la psicología humanista que nos<br />
permite conocernos a nosotros mismos y a<br />
las personas que nos rodean, facilitando las<br />
relaciones y desarrollando en cada uno<br />
aquellas competencias sociales, afectivas y<br />
emocionales que no han alcanzado un nivel<br />
de madurez adecuado y que resultan fundamentales<br />
en nuestro entorno laboral.<br />
En segundo lugar, la Inteligencia Emocional<br />
se refiere a la capacidad de reconocer<br />
nuestros propios sentimientos, los sentimientos<br />
de los demás, motivarnos y mejorar<br />
adecuadamente las relaciones que<br />
sostenemos con los demás y con nosotros<br />
mismos. Nos permite identificar déficits en<br />
nuestra personalidad que no afectan directamente<br />
al ámbito cognitivo pero que repercuten<br />
en nuestras relaciones de trabajo<br />
y en nuestros estándares de rendimiento.<br />
En tercer lugar, las Competencias Profesionales<br />
se presentan como la combinación<br />
de atributos que atañen a diversos órdenes<br />
de la persona (saber, saber hacer, saber<br />
estar y saber ser). Favorecen la correcta