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1er. semestre - Año XXV - aespat

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162<br />

El autor dedica los dos últimos capítulos de esta Segunda parte –14 y 15– a responder a dos<br />

preguntas: ¿Cómo es posible el Guión y cómo se transmite? Ahí expone su teoría del Rostro<br />

Plástico y del Yo Móvil, en la que podemos enmarcar muchas investigaciones sobre Comunicación<br />

No Verbal. Y es que el gran cambio de Berne respecto de otros psiquiatras y psicólogos es<br />

que ofreció un panorama desde la Comunicación y desde la Cibernética. Con lo cual, ofrece muchas<br />

posibilidades para interpretar la Sociedad de la Información y del Conocimiento.<br />

En cuanto a la transmisión, Berne se vale de la matriz del Guión que elaboró Claude Steiner, su<br />

principal discípulo (que, por cierto, vivió en Madrid desde 1945 a 1953 y habla perfectamente el español,<br />

lo que le facilitó expandir el AT en diferentes Congresos celebrados en Hispanoamérica). Berne<br />

profundiza en la transmisión cultural del Guión, aunque demuestra que posee un concepto claro<br />

de “cultura”, y no ese concepto confuso que muchos utilizan sin la menor preocupación teórica.<br />

La Cuarta Parte –“El Guión en la Práctica Clínica”– abarca de los capítulos 16 al 20.Distingue<br />

entre diferentes tipos de terapeutas. Donde Berne despliega su originalidad, inmune al paso del<br />

tiempo, es cuando se ocupa de los “indicios del guión”. Más concretamente, el Capítulo 17 es,<br />

quizá, lo más completo que hemos leído sobre Comunicación No Verbal.<br />

También resulta original el Capítulo 18 –El guión en el tratamiento–, porque Berne se plantea<br />

no sólo el guión del paciente, sino el del terapéuta. Berne siempre sostuvo que el AT aspiraba a<br />

“curar”, no sólo a “hacer progresos”.<br />

Por sí el libro suena demasiado a Psicoterapia en algunas ocasiones, Berne dedica el Capítulo<br />

19 a la Intervención decisiva, es decir, al Permiso. Es una operación que pueden aplicar los educadores,<br />

los trabajadores sociales, los profesionales del “coaching” y muchos otros. Finalmente,<br />

en la Quinta Parte Berne se enfrenta con las “Aproximaciones científicas a la Teoría del Guión”.<br />

Método y Estilo. En el Capítulo 21 presenta las Objeciones a la Teoría del Guión: espirituales,<br />

filosóficas, racionales, doctrinales, empíricas, desarrollistas y clínicas. Lo cual nos obliga a<br />

preguntarnos cuántos autores emplean este Método de enfrentarse autocríticamente a sus aportaciones,<br />

suscitar las objeciones y responderlas. Por eso, las ideas propias que un autor no somete<br />

a crítica acaban por resultar blandas e inconsistentes, cuando no falsas, en muchos casos.<br />

Sin embargo, las ideas que un autor somete a crítica ofrecen mayor consistencia. Sobre todo, si<br />

como hace Berne, dedica un Capítulo entero –el 21– a los Problemas Metodológicos. Expone la<br />

red conceptual y se adentra en los datos aleatorios e indiscutibles.<br />

Finalmente, el autor ofrece una “cheklist” o “lista de comprobación del guión”, que ofrece posibilidades<br />

muy diversas: no sólo en el campo de la Psicoterapia sino en otro tan actual como el de<br />

los personajes de ficción en novelas y películas.<br />

Seríamos injustos si no resaltásemos que Berne, además de su gran erudición, muestra un<br />

estilo potente, a la altura de los mejores escritos. Véase cómo comienza la Introducción: «¿Qué<br />

dice usted después de decir hola? Esta pregunta pueril, aparentemente tan tonta y falta de la<br />

profundidad que es de esperar en una investigación científica, en realidad contiene en sí misma<br />

todas las cuestiones básicas de la vida humana y todos los problemas fundamentales de las<br />

ciencias sociales. Es la pregunta que los niños se hacen a sí mismos, para aprender luego a<br />

aceptar respuestas falseadas, la pregunta que los adolescentes se hacen unos a otros y plantean<br />

a sus consejeros, la pregunta que las personas mayores eluden aceptando las preguntas falseadas<br />

de sus superiores, y la pregunta sobre la que escribieron libros los sabios filósofos antiguos<br />

sin llegar a encontrar la respuesta. Contiene la pregunta fundamental de la psicología social<br />

–¿Por qué las personas hablan unas con otras?– y la cuestión fundamental de la psiquiatría<br />

social –¿Por qué a las personas les gusta agradar?–. Su respuesta es la respuesta a las cuestiones<br />

planteadas por los cuatro Jines del Apocalipsis: guerra o paz, hambre o abundancia, peste o<br />

salud, muerte o vida. No es de extrañar que pocas personas encuentren la respuesta durante su<br />

vida, pues la mayoría pasan la vida sin encontrar siquiera la respuesta a la pregunta que la precede:<br />

¿Cómo dice usted “hola”?<br />

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 56, <strong>Año</strong> 2007

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