1er. semestre - Año XXV - aespat

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12 Francisco Massó Cantarero sale del formato y hace cambiar el gusto estético, el canon social. Por eso, el arte sólo puede ser una actividad de vanguardia, lleva aparejado un liderazgo sobre la sociedad que, tarde o temprano, termina por cambiar. Toda expresión artística, aunque sea efímera como una danza, es una actuación, una conducta que se activa para ser contemplada por otros y provocarles reacciones emocionales o cognitivas. El arte, igual que la psicoterapia, es provocador, reta al otro para que cambie su ideología, sus costumbres o sus emociones. Sólo un alexitímico puede permanecer impasible ante la Pietá de Miguel Ángel, el Guernica de Picasso, o el Réquiem de Mozart. El resto de las personas quedan más o menos transformadas, después de contemplar esas obras, porque el arte no lo produce sólo el autor, lo recrea quien lo disfruta, dándole un sentido nuevo, personal por supuesto, y tan ingenioso como el original. Esta capacidad creativa de ser coautores convierte a todos los seres humanos en posibles artistas. El Niño de cada persona puede ser inseminado con inquietudes nuevas y despertar su curiosidad; puede modificar su sensibilidad y descubrir sentimientos diferentes, o una capacidad de empatía que le resultaba desconocida. En la psicoterapia, la creación artística tiene un papel relevante como promotora del cambio de conducta. Utilizamos el teatro, las máscaras, la pintura, la música, la expresión corporal, etc., como medios idóneos para facilitar la toma de conciencia sobre el cambio que sea necesario hacer. La creatividad del terapeuta ha de adunarse a su empatía, su sensibilidad, su capacidad de improvisación dialéctica y dramática, al tiempo que utiliza toda la panoplia de las técnicas, dentro del canon de la normativa deontológica. 7. PINTURA DECORATIVA La pintura se aloja en la cerámica durante la época clásica y helenista, también Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 56, Año 2007 en el arte ibérico, perdiendo el sentido sagrado y abriéndose a una pretensión más estética. La religión sólo tiene presencia en este tipo de pintura decorativa con intencionalidad didáctica, como narración de algún acontecimiento divino. Este afán catequético será muy prolijo en los mosaicos cristianos, a partir del siglo IV (d. d. C.), y en toda la pintura medieval y renacentista. En la pintura etrusca predomina el afán decorativo. No obstante, se han descubierto tumbas (Campana de los Veies, Orco, Golini y François) cuyos frescos relatan banquetes funerarios, danzas rituales, juegos de competición y, a partir del siglo IV (a. d.C.), una sombría descripción de la vida de ultratumba, en la que los difuntos son atrapados por demonios y serpientes muy perturbadoras. El primer documento pictórico romano data del siglo III (a. C.), se encontró en el Esquilino y es una narración militar. Pompeya y Herculano han permitido conocer con profundidad cómo era la pintura y la vida romana, desde el siglo II (a. d. C.). Esta pintura es de índole decorativa, aparecen grandes cuadros de falsa arquitectura que enmarcan narraciones mitológicas o de género. El artista busca la fruición de quien posee el objeto o la estancia decorada. Secundariamente, está también la pretensión de transmitir saber, narrar cómo fue la batalla, cómo es la dialéctica entre los dioses, o entre dioses y hombres, o dejar constancia de una escena de la vida cotidiana. Quizá la pintura decorativa por excelencia corresponde a la corriente modernista, con autores, entre nosotros, como Rusiñol con su melancolía, Utrillo y Casas, que unen impresionismo con neorrafaelismo, naturalismo y simbolismo. De algún modo, puede decirse que ésta es una pintura hecha para el Niño, para que éste disfrute por la belleza de las formas y la curiosidad que presumiblemente va a satisfacer el motivo contenido en el cuadro.

P.A.N. y Pintura 13 8. PINTURA DIDÁCTICA El segundo mandamiento de la Ley mosaica prohíbe poner nombres a dios y hacer representaciones suyas. Las religiones que emanan de la Biblia así lo han obedecido: judíos, musulmanes y cristianos antes del Edicto de Milán. Los cristianos de los tres primeros siglos, primordialmente, utilizaban símbolos para decorar las catacumbas: delfín enroscado en el tridente, la paloma, generalmente con un ramo de olivo en el pico, el áncora, los peces y el monograma griego de Cristo. No obstante, la oración de Antioquia, para encomendar el alma, ya exigía la presencia de la figura humana y, en la parte que afecta a Cristo, su presencia como artífice de los tres milagros enunciados por dicha plegaria. También en las catacumbas de San Calixto aparecer Cristo como Buen Pastor, y en la Resurrección de Lázaro. Otras catacumbas como la de Domitila muestra a Cristo entre los Apóstoles, y la de Lucina en el Bautismo. Son las excepciones. Sin embargo, tras el Edicto del 313, la Iglesia va a utilizar el mosaico como espacio para instruir a la feligresía ágrafa. Esta pastoral se va a mantener durante el románico en los frescos, y en las calles de los retablos góticos, donde se narran las escenas esenciales del Evangelio, junto a otras de las vidas de los santos, e incluso proyecciones de la vida de ultratumba. Este interés didáctico culmina en el Renacimiento, con la Capilla Sixtina, quizá el exponente más abrumador a este respecto, con su premonición central sobre el Juicio Final. Las epopeyas militares se narran también pictóricamente. Igualmente, hay crónicas de eventos extraordinarios como la Coronación de Napoleón de David, los Fusilamientos de la Moncloa de Goya, o la Matanza de Scío de Delacroix , que constituyen un documento gráfico de gran valor para el historiador. Este tipo de pintura está dirigida al Adulto, el estado del conocimiento, susceptible de ser instruido y tener apetencia de cono- cer la narración del suceso, con detalle sobre las condiciones de tales actos, la concurrencia y teatralidad de las escenas, fueran estas sublimes, épicas o trágicas. 9. PINTURA SAGRADA La pintura, originariamente, es obra del mago de la tribu, depositario también del saber espiritual. Por eso, las formas primitivas del arte prehistórico son sagradas, provienen de lo numinoso, estados emocionales sublimes, en los que la necesidad primaria acuciante lleva al hombre a adquirir conciencia del misterium tremendum, el espíritu que hay más allá de las presas y que ha decidido castigarlo sin caza. El artista de Altamira, el auriñaciense, perigordiense o solutrense no buscan una fruición estética, sino resolver de forma mágica un problema de supervivencia, impetrando la misericordia divina mediante rituales pictóricos. La pintura egipcia tiene el mismo sentido mágico; el artista cree que sus obras son verdaderos seres vivos, porque el espíritu desencarnado puede alojarse en ellas. Por tanto, continuarán sus labores en beneficio del difunto en la vida de ultratumba. Son cuadros llenos de alegría y optimismo y una fuente inagotable de información sobre el sistema de vida real (valor didáctico). También esta pintura se plasma en palacios, templos y papiros, sin abandonar su sentido litúrgico, toda vez que el faraón era un dios-hombre y sus ministros y edecanes sacerdotes. En Creta y en la Grecia micénica, la pintura es decorativa y sagrada, al mismo tiempo. Aparecen flores, pájaros, monos, toros, y sobre todo figuras humanas, porque la religión minoica abandonó el primitivo panteísmo naturalista, que difundía la divinidad por todos los seres con movimiento, tras concluir que la divinidad prefería encarnarse antropomórficamente. El promotor de este tipo de pintura es el estado Padre del yo, por el carácter votivo, expiatorio, o mágico de la misma. Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 56, Año 2007

12 Francisco Massó Cantarero<br />

sale del formato y hace cambiar el gusto estético,<br />

el canon social. Por eso, el arte sólo<br />

puede ser una actividad de vanguardia, lleva<br />

aparejado un liderazgo sobre la sociedad<br />

que, tarde o temprano, termina por cambiar.<br />

Toda expresión artística, aunque sea efímera<br />

como una danza, es una actuación,<br />

una conducta que se activa para ser contemplada<br />

por otros y provocarles reacciones<br />

emocionales o cognitivas. El arte, igual<br />

que la psicoterapia, es provocador, reta al<br />

otro para que cambie su ideología, sus costumbres<br />

o sus emociones.<br />

Sólo un alexitímico puede permanecer<br />

impasible ante la Pietá de Miguel Ángel, el<br />

Guernica de Picasso, o el Réquiem de Mozart.<br />

El resto de las personas quedan más o<br />

menos transformadas, después de contemplar<br />

esas obras, porque el arte no lo produce<br />

sólo el autor, lo recrea quien lo disfruta,<br />

dándole un sentido nuevo, personal por supuesto,<br />

y tan ingenioso como el original.<br />

Esta capacidad creativa de ser coautores<br />

convierte a todos los seres humanos en<br />

posibles artistas. El Niño de cada persona<br />

puede ser inseminado con inquietudes nuevas<br />

y despertar su curiosidad; puede modificar<br />

su sensibilidad y descubrir sentimientos<br />

diferentes, o una capacidad de empatía<br />

que le resultaba desconocida.<br />

En la psicoterapia, la creación artística tiene<br />

un papel relevante como promotora del<br />

cambio de conducta. Utilizamos el teatro, las<br />

máscaras, la pintura, la música, la expresión<br />

corporal, etc., como medios idóneos para facilitar<br />

la toma de conciencia sobre el cambio<br />

que sea necesario hacer. La creatividad del<br />

terapeuta ha de adunarse a su empatía, su<br />

sensibilidad, su capacidad de improvisación<br />

dialéctica y dramática, al tiempo que utiliza<br />

toda la panoplia de las técnicas, dentro del<br />

canon de la normativa deontológica.<br />

7. PINTURA DECORATIVA<br />

La pintura se aloja en la cerámica durante<br />

la época clásica y helenista, también<br />

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 56, <strong>Año</strong> 2007<br />

en el arte ibérico, perdiendo el sentido sagrado<br />

y abriéndose a una pretensión más<br />

estética. La religión sólo tiene presencia en<br />

este tipo de pintura decorativa con intencionalidad<br />

didáctica, como narración de algún<br />

acontecimiento divino. Este afán catequético<br />

será muy prolijo en los mosaicos<br />

cristianos, a partir del siglo IV (d. d. C.), y<br />

en toda la pintura medieval y renacentista.<br />

En la pintura etrusca predomina el afán<br />

decorativo. No obstante, se han descubierto<br />

tumbas (Campana de los Veies, Orco,<br />

Golini y François) cuyos frescos relatan<br />

banquetes funerarios, danzas rituales, juegos<br />

de competición y, a partir del siglo IV<br />

(a. d.C.), una sombría descripción de la vida<br />

de ultratumba, en la que los difuntos son<br />

atrapados por demonios y serpientes muy<br />

perturbadoras.<br />

El primer documento pictórico romano<br />

data del siglo III (a. C.), se encontró en el<br />

Esquilino y es una narración militar. Pompeya<br />

y Herculano han permitido conocer<br />

con profundidad cómo era la pintura y la vida<br />

romana, desde el siglo II (a. d. C.). Esta<br />

pintura es de índole decorativa, aparecen<br />

grandes cuadros de falsa arquitectura<br />

que enmarcan narraciones mitológicas o de<br />

género.<br />

El artista busca la fruición de quien posee<br />

el objeto o la estancia decorada. Secundariamente,<br />

está también la pretensión<br />

de transmitir saber, narrar cómo fue la batalla,<br />

cómo es la dialéctica entre los dioses,<br />

o entre dioses y hombres, o dejar constancia<br />

de una escena de la vida cotidiana.<br />

Quizá la pintura decorativa por excelencia<br />

corresponde a la corriente modernista,<br />

con autores, entre nosotros, como Rusiñol<br />

con su melancolía, Utrillo y Casas, que<br />

unen impresionismo con neorrafaelismo,<br />

naturalismo y simbolismo.<br />

De algún modo, puede decirse que ésta<br />

es una pintura hecha para el Niño, para<br />

que éste disfrute por la belleza de las formas<br />

y la curiosidad que presumiblemente<br />

va a satisfacer el motivo contenido en el<br />

cuadro.

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