1er. semestre - Año XXV - aespat

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100 Jordi Oller Vallejo Pero los tres estados del yo funcionales básicos no sólo están fundamentados desde el punto de vista del desarrollo psicológico, sino también desde un punto vista filogenético, posibilitando la evolución las estructuras neurológicas y psíquicas (los órganos psíquicos según Berne [1961/1980]) necesarias para su manifestación. FUNDAMENTACIÓN NEUROLOGÍA DE LOS ÓRGANOS PSÍQUICOS De manera general, la evolución filogenética ha posibilitado que en el cerebro puedan distinguirse tres grupos neurológicos básicos (Oller Vallejo, 2004, 2005a), a los que puede denominarse respectivamente (Panksepp, 1995) el cerebro instintivo, el cerebro emocional y el cerebro racional. Sin embargo, no hemos de perder de vista que el cerebro es una unidad en la que todo está interconectado, siendo a resaltar la inseparable cooperación funcional que existe entre el cerebro instintivo y el cerebro emocional, hasta el punto de que funcionalmente pueden integrarse en el que denomino el cerebro instintivo-emocional. El cerebro instintivo-emocional destaca en la regulación biológica básica para la supervivencia, en la que contribuye el tallo cerebral y el hipotálamo, así como el popular sistema límbico (hay autores que sitúan el hipotálamo formando parte de este sistema). También en este cerebro es importante la existencia de una colaboración funcional del hipocampo con la amígdala, memorizando entre ambas las situaciones emocionales vividas, siendo el hipocampo quien memoriza la situación y la amígdala la vivencia emocional. Y todo ello pudiendo reproducirse sin la contribución cortical, así que, por lo tanto, este sistema nemotécnico justifica neurológicamente la existencia del tipo de estado del yo Niño Regresivo, manifestación en la que el cerebro instintivo-emocional controla descontando e incluso excluyendo a los otros dos cerebros. Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 56, Año 2007 En su conjunto, el cerebro instintivoemocional es (Oller Vallejo, 2005a) el substrato neurológico de la arqueopsique postulada por Berne, a la que también puede denominarse mente reactiva y que, desde mi punto de vista, incluye (Oller Vallejo, 2006) el id conceptualizado por Freud. Pero de este cerebro han de “separarse” los mecanismos cerebrales de la imitación (Meltzoff & Prinz, 2002), que en su origen son netamente instintivos (MacLean, 1990) y que forman parte del denominado cerebro imitativo, que es el substrato neurológico de la exteropsique postulada por Berne, la cual también puede denominarse mente imitativa (o “identificadora”) y que incluye (Oller Vallejo, 2006) el superego conceptualizado por Freud (Fig. 2b). Y junto al cerebro instintivo-emocional y el cerebro imitativo, está también la contribución, más o menos destacada según el caso, ya sea consciente o no, del cerebro racional, o sea, del neocórtex y sus estructuras, el cual es el substrato neurológico de la neopsique postulada por Berne, que también puede denominarse mente razonadora y que es equivalente (Oller Vallejo, 2006) al ego conceptualizado por Freud (Fig. 2b). En un funcionamiento saludable, cada uno de los grandes sistemas cerebrales en el que se fundamentan los estados del yo funcionales básicos, incluye la contribución del cerebro instintivo-emocional, del cerebro racional y del cerebro imitativo. O expresado desde el punto de vista de los órganos psíquicos, la manifestación de cada estado del yo incluye contribuciones arqueopsíquicas, neopsíquicas y exteropsíquicas, acordes con la utilidad funcional de su manifestación. FUNDAMENTACIÓN NEUROLÓGICA DE LOS ESTADOS DEL YO BÁSICOS El neurofisiólogo Jaak Panksepp (1998) ha investigado y descrito varios sistemas operantes subcorticales, que son esencia-

Sobre el modelo funcional de primer orden de los estados del yo 101 les para nuestra supervivencia. Son, desde mi punto de vista (Oller-Vallejo, 2004, 2005a), el substrato neurológico subcortical de los estados del yo, siendo una contribución del cerebro instintivo-emocional. Se trata de sistemas funcionales que se han ido estructurando a lo largo de la historia evolutiva de los mamíferos en general y del ser humano en particular, teniendo una utilidad adaptativa. Su función general es la de organizar e integrar, al principio de una manera automática, los diferentes recursos fisiológicos, conductuales y psicológicos necesarios para sobrevivir y crecer. Estos sistemas se manifiestan con unos patrones que integran emoción, cognición y conducta, teniendo unas expresiones faciales y gestos que generalmente les son típicos, tal como ocurre con los estados del yo descritos por Berne. De hecho, son patrones que, a mi modo de ver, cuando están implementados por el yo, se les puede considerar propiamente como estados del yo funcionales, siéndoles claramente aplicable la definición que Berne dio para los estados del yo. De entre los varios sistemas descritos por Panksepp, cuatro de ellos contribuyen siendo el substrato subcortical instintivoemocional en los que se fundamentan los tres tipos de estados del yo funcionales básicos. Son concretamente: • El sistema del PÁNICO, al que en lo sucesivo llamaré sistema de la separación-distrés. • El sistema del CONFORT, al que en lo sucesivo llamaré sistema del confort afectivo. • El sistema CUIDADOR, que en lo sucesivo escribiré en minúscula. • Y el sistema BUSCADOR (SEEKING system, en Inglés), que en lo sucesivo llamaré sistema explorador. Por sistema de la separación-distrés Panksepp entiende aquel que, subcorticalmente, tiene la función de asegurar que el niño mantenga su apego con los padres, generalmente la madre, pudiendo así reci- bir de éstos la protección y cuidados que necesita. Para ello, este sistema facilita al niño vivenciar y expresar sentimientos de indefensión y de pérdida, así como el poder emitir algún tipo de señal o de vocalización si el contacto se pierde. Y en concreto, posibilita el denominado llanto de separación, en el que subyace una mezcla de ansiedad de separación y de protesta de separación, todas ellas manifestaciones bien estudiadas por la teoría del apego y que también tienen su versión para la persona adulta, pues el sistema de separación-distrés sigue funcionando a lo largo de toda la vida. De hecho, es una parte del substrato subcortical que posibilita el estado del yo Niño Cuidado. En cuanto a la neurología, según Panksepp, en el sistema de la separación-distrés destacan circuitos subcorticales en los que intervienen el cíngulo anterior, los núcleos de la estría terminal del tálamo, el área preóptica, el tálamo dorsomedial y el área periacueductal dorsal gris. Y como neurormoduladores químicos, son clave, inhibiendo el sistema, diversos opiáceos endógenos, la oxitocina y la prolactina, así como, por el contrario, actúan activando el sistema, la corticotrofina y el glutamato. El sistema del confort afectivo, la otra parte del substrato subcortical que posibilita el estado del yo Niño Cuidado, tiene la función de facilitar vivenciar la seguridad y tranquilidad que se logra cuando se tiene la necesaria protección y cuidados, sin los cuales, en definitiva, el niño no puede sobrevivir. Panksepp considera que este sistema, al que aúna con el de la separacióndistrés y con el cual en cierta manera es antagónico pero complementario, forma parte de un único sistema neurológico al que denomina el sistema para el afecto social. Pero yo prefiero denominarle el sistema del apego filial, pues en definitiva está al servicio de mantener este tipo de apego. Y en su conjunto es el substrato subcortical en el que se fundamenta la manifestación funcional del estado del yo cuidado, Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 56, Año 2007

Sobre el modelo funcional de primer orden de los estados del yo 101<br />

les para nuestra supervivencia. Son, desde<br />

mi punto de vista (Oller-Vallejo, 2004,<br />

2005a), el substrato neurológico subcortical<br />

de los estados del yo, siendo una contribución<br />

del cerebro instintivo-emocional. Se<br />

trata de sistemas funcionales que se han<br />

ido estructurando a lo largo de la historia<br />

evolutiva de los mamíferos en general y del<br />

ser humano en particular, teniendo una utilidad<br />

adaptativa. Su función general es la<br />

de organizar e integrar, al principio de una<br />

manera automática, los diferentes recursos<br />

fisiológicos, conductuales y psicológicos<br />

necesarios para sobrevivir y crecer.<br />

Estos sistemas se manifiestan con unos<br />

patrones que integran emoción, cognición y<br />

conducta, teniendo unas expresiones faciales<br />

y gestos que generalmente les son típicos,<br />

tal como ocurre con los estados del yo<br />

descritos por Berne. De hecho, son patrones<br />

que, a mi modo de ver, cuando están<br />

implementados por el yo, se les puede considerar<br />

propiamente como estados del yo<br />

funcionales, siéndoles claramente aplicable<br />

la definición que Berne dio para los estados<br />

del yo.<br />

De entre los varios sistemas descritos<br />

por Panksepp, cuatro de ellos contribuyen<br />

siendo el substrato subcortical instintivoemocional<br />

en los que se fundamentan los<br />

tres tipos de estados del yo funcionales básicos.<br />

Son concretamente:<br />

• El sistema del PÁNICO, al que en lo<br />

sucesivo llamaré sistema de la separación-distrés.<br />

• El sistema del CONFORT, al que en lo<br />

sucesivo llamaré sistema del confort<br />

afectivo.<br />

• El sistema CUIDADOR, que en lo sucesivo<br />

escribiré en minúscula.<br />

• Y el sistema BUSCADOR (SEEKING<br />

system, en Inglés), que en lo sucesivo<br />

llamaré sistema explorador.<br />

Por sistema de la separación-distrés<br />

Panksepp entiende aquel que, subcorticalmente,<br />

tiene la función de asegurar que el<br />

niño mantenga su apego con los padres,<br />

generalmente la madre, pudiendo así reci-<br />

bir de éstos la protección y cuidados que<br />

necesita. Para ello, este sistema facilita al<br />

niño vivenciar y expresar sentimientos de<br />

indefensión y de pérdida, así como el poder<br />

emitir algún tipo de señal o de vocalización<br />

si el contacto se pierde. Y en concreto,<br />

posibilita el denominado llanto de separación,<br />

en el que subyace una mezcla de<br />

ansiedad de separación y de protesta de<br />

separación, todas ellas manifestaciones<br />

bien estudiadas por la teoría del apego y<br />

que también tienen su versión para la persona<br />

adulta, pues el sistema de separación-distrés<br />

sigue funcionando a lo largo de<br />

toda la vida. De hecho, es una parte del<br />

substrato subcortical que posibilita el estado<br />

del yo Niño Cuidado.<br />

En cuanto a la neurología, según Panksepp,<br />

en el sistema de la separación-distrés<br />

destacan circuitos subcorticales en los<br />

que intervienen el cíngulo anterior, los núcleos<br />

de la estría terminal del tálamo, el<br />

área preóptica, el tálamo dorsomedial y el<br />

área periacueductal dorsal gris. Y como<br />

neurormoduladores químicos, son clave, inhibiendo<br />

el sistema, diversos opiáceos endógenos,<br />

la oxitocina y la prolactina, así como,<br />

por el contrario, actúan activando el<br />

sistema, la corticotrofina y el glutamato.<br />

El sistema del confort afectivo, la otra<br />

parte del substrato subcortical que posibilita<br />

el estado del yo Niño Cuidado, tiene la<br />

función de facilitar vivenciar la seguridad y<br />

tranquilidad que se logra cuando se tiene la<br />

necesaria protección y cuidados, sin los<br />

cuales, en definitiva, el niño no puede sobrevivir.<br />

Panksepp considera que este sistema,<br />

al que aúna con el de la separacióndistrés<br />

y con el cual en cierta manera es<br />

antagónico pero complementario, forma<br />

parte de un único sistema neurológico al<br />

que denomina el sistema para el afecto social.<br />

Pero yo prefiero denominarle el sistema<br />

del apego filial, pues en definitiva está<br />

al servicio de mantener este tipo de apego.<br />

Y en su conjunto es el substrato subcortical<br />

en el que se fundamenta la manifestación<br />

funcional del estado del yo cuidado,<br />

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 56, <strong>Año</strong> 2007

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