6º GESÙ DINANZI AD HANNA - La Processione dei Misteri
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<strong>6º</strong> GRUPPO: <strong>GESÙ</strong> <strong>DINANZI</strong> <strong>AD</strong> <strong>HANNA</strong><br />
María Encarnación Cabello Díaz<br />
Foto Beppino Tartaro<br />
Después de la Caduta al Cedron, encontramos a Jesús delante de<br />
Anás, escena que constituye el <strong>6º</strong> Gruppo <strong>dei</strong> <strong>Misteri</strong> di Trapani. Este<br />
episodio es narrado solamente por el evangelista San Juan:<br />
“Y le condujeron primero a Anás. Porque era suegro<br />
de Caifás, quien era aquel año sumo sacerdote. Era<br />
Caifás el que había dado a los judíos el consejo: Es<br />
preferible que muera un hombre solo y se salve el<br />
pueblo” (Jn. 18, 13-14).<br />
En el <strong>Misteri</strong>o de Trapani, Jesús continúa encadenado, pero<br />
habla y mira hacia Hanna:<br />
1
“Yo públicamente he hablado al mundo. Yo siempre<br />
he enseñado en la sinagoga y en el Templo, donde<br />
concurren todos los judíos y nada he enseñado en<br />
secreto. ¿Por qué me preguntas? Pregunta a los que<br />
han oído lo que yo he enseñado. Estos, cierto, saben<br />
lo que yo he anunciado” (Jn. 18, 20-21).<br />
Cuando Gesù pronunció estas palabras, “uno de los esbirros que<br />
allí estaban” le dio una bofetada, increpándole : ¿De esa forma<br />
respondes al pontífice? Entonces, Él le contestó: “Si hablé mal,<br />
demuéstralo; mas si hablé bien, ¿por qué me golpeas”?<br />
Este paso de <strong>Misteri</strong>o no existe en la ciudad de Málaga, en donde<br />
el episodio siguiente al Prendimiento es el de la Sentencia de Cristo. Sin<br />
embargo, sí está presente en otras partes de España, como por<br />
ejemplo, en Sevilla, en donde fue creado en el año 1584. Popularmente<br />
se conoce allí con el nombre de “<strong>La</strong> Bofetá”, haciendo alusión a la<br />
bofetada (schiaffo) que uno de los esbirros le da al Maestro.<br />
<strong>La</strong> tradición siciliana y española identifican a este personaje con<br />
Malco, al que Jesús había curado la oreja en el momento del Arresto,<br />
cuando Simón Pedro le había agredido.<br />
No obstante, los evangelios no señalan el nombre del personaje<br />
que ataca a Jesús. Así que no parece probable que se refieran a la<br />
misma persona, ya que Malco debió quedar agradecido a Jesús<br />
después de obrar el milagro en él.<br />
De este Gruppo trapanés, llama la atención la espléndida coraza,<br />
el casco y el guante de plata que lleva la figura escultórica que golpea a<br />
Cristo.<br />
El Evangelio de San Juan no menciona el guante, pero sí está<br />
expresado de esa forma por la beata Sor Ana Catalina Emmerich,<br />
2
eligiosa alemana del siglo XIX, quien, en sus “Revelaciones sobre la<br />
dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo”, escribe:<br />
“Un infame ministro que estaba cerca de Jesús lo<br />
advirtió; y el miserable pegó con su mano cubierta<br />
de un guante de hierro, una bofetada en el rostro<br />
del Señor, diciendo: "¿Así respondes al Sumo<br />
Pontífice?".<br />
Foto Beppino Tartaro<br />
Es esta una escultura bellísima de Gesù, de ojos azules, con el<br />
gesto de la boca enormemente atractivo. Los ojos son muy vivos y<br />
expresivos, confiriéndole al rostro un aire de valiente serenidad. Los<br />
ojos son demasiado bellos como para ser humanos, tenían que ser<br />
divinos forzosamente. Constituye lo que decimos en Andalucía “un<br />
Jesús guapo”.<br />
3
Aunque parezca irreverente, en Málaga (y en toda Andalucía), se<br />
mezclan los rezos a imágenes de Jesús y de la Virgen, con expresiones<br />
de esa clase. El pueblo andaluz es muy dado a los piropos, es muy<br />
normal decir guapo o guapa a una imagen religiosa.<br />
Este Jesús es bellísimo en su rostro y expresión artística.<br />
Además, está bellamente adornado con una corona<br />
extraordinariamente exquisita, de formas vegetales, de diferentes<br />
tamaños, en donde se insertan piedras de colores.<br />
El conjunto de la maravillosa platería se completa con la cadena,<br />
el corazón de Jesús y el elegante cinturón anudado de manera<br />
espectacular.<br />
Foto Beppino Tartaro<br />
<strong>La</strong>s manos atadas a la espalda permiten que la visión de los elementos<br />
argénteos sea total, pero es, sobre todo, su gesto lo que más me gusta.<br />
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Realmente parece que está preguntando, con una gran bondad<br />
expresiva o que dice: “Soy inocente pero aquí estoy”.<br />
Estas bondades contrastan con la prepotencia y maldad del<br />
rostro de Anás, quien lo interroga de pie, no sentado en su sillón o<br />
trono, y lo mira frente a frente.<br />
Me llama la atención que las esculturas de Jesús en algunos<br />
grupos de Trapani, como es el caso de éste, sean de tamaño más<br />
pequeño que el resto de las imágenes que hay alrededor, no sé si puede<br />
ser señal de humildad, lejos de la superioridad de los grupos<br />
escultóricos de otras ciudades.<br />
Es frecuente tallar la figura de Jesús de tamaño mayor que el<br />
resto de las esculturas para respetar lo que se llama la perspectiva<br />
jerárquica, pero aquí en Trapani, no se ve eso.<br />
En resumen, puedo concluir que se trata de una bellísima obra<br />
de autor desconocido en cuanto al conjunto, aunque haya algunos<br />
nombres que se hayan unido a la hechura del <strong>Misteri</strong>o a través de los<br />
años.<br />
Como hecho curioso, diré que Jesús delante de Anás no es un<br />
tema pasionista que se haya prodigado mucho en la iconografía<br />
artística cristiana, ya que muy pocos artistas han evocado este tema en<br />
sus obras. Es difícil hallar en la plástica europea este juicio de Anás a<br />
Jesús.<br />
Sin embargo, me gustaría señalar dos obras en las que está<br />
presente esta temática, una italiana y otra española (Duccio y<br />
Madrazo):<br />
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(Madrid)<br />
Gesù dinanzi al Hanna, <strong>La</strong> Maestà (1308-11), Duccio di<br />
Buoninsegna<br />
Jesús ante Anás (1803), José de Madrazo, Museo del Prado<br />
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En ambas, el personaje principal es Jesús, pero cobra mucho<br />
protagonismo la figura que, con el brazo levantado, se dispone a<br />
abofetear al Maestro.<br />
María Encarnación Cabello Díaz<br />
Marzo, 2010<br />
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