Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Oración<br />
de <strong>la</strong> mañana<br />
“Ya habéis visto cómo os he llevado sobre a<strong>la</strong>s de águi<strong>la</strong>, y os he<br />
traído a mí. Ahora, pues, si de veras escucháis mi voz, y guardáis<br />
mi alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre los pueblos,<br />
porque mía es toda <strong>la</strong> tierra. Seréis para mí un reino de sacerdotes<br />
y una nación santa”. Ex.19.4.<br />
Nuestra <strong>con</strong>versión nos exige reflexión. Meternos<br />
en nuestro mundo, y cuestionarnos sobre <strong>la</strong> verdad<br />
de nuestra vida, ante <strong>la</strong> realidad de Dios. El <strong>la</strong> realidad<br />
incuestio-nable e imprescindible. Su actuar en nuestra<br />
vida es algo permanente. Un actuar desde el amor,<br />
desde sus desvelos: “ os he llevado sobre a<strong>la</strong>s y os he<br />
traído a mí” . Así es de cercano Dios, nuestro Padre.<br />
El, siempre quiere mostrarnos esta cercanía:<br />
“ seréis mi propiedad personal” . Eso sí: “ si me<br />
escucháis y guardáis mi alianza” . Nuestro compromiso:<br />
Dios fiel a su alianza, nosotros fieles a <strong>la</strong> alianza<br />
<strong>con</strong> Dios.<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> tarde<br />
LUNES IV DE CUARESMA<br />
“Os exhorto, hermanos, por <strong>la</strong> misericordia de Dios, a presentar<br />
vuestros cuerpos como hostia viva, santa, y agradable a Dios. Este<br />
es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este mundo, sino<br />
transformaos por <strong>la</strong> renovación de <strong>la</strong> mente, para que sepáis discernir<br />
lo que es voluntad de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto”.<br />
Rm.12.1.<br />
Nuestra actitud ante Dios, “ ser ofrenda” , para que<br />
pueda transformarnos en hijos suyos. El misterio<br />
pascual, centro de nuestra vida cristiana, hace de<br />
nosotros una “ ofrenda permanente” , en Cristo muerto<br />
y resucitado, para que en él y <strong>con</strong> él, seamos<br />
agradables al Padre.<br />
Esto nos exigirá un “ cambio de mente” , que nos<br />
facilite <strong>la</strong> voluntad de Dios, en nuestra vida, para que<br />
seamos fuertes ante <strong>la</strong>s ofertas antievangélicas de<br />
nuestro mundo. La lucha entre el bien y el mal es una<br />
realidad que está ahí, y que tenemos que afrontar<br />
para vivir.<br />
98