Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
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Oración<br />
de <strong>la</strong> mañana<br />
“Te he <strong>con</strong>stituido alianza de un pueblo: para restaurar el país,<br />
para repartir heredades deso<strong>la</strong>das, para decir a los cautivos: salid.<br />
Y a los que están en <strong>la</strong>s tinieb<strong>la</strong>s: venid a <strong>la</strong> luz”. Is.49.8.<br />
En nuestra misma carne, en Dios hecho Niño, se ha<br />
realizado el abrazo de lo divino <strong>con</strong> lo humano. Un<br />
abrazo que lo será para siempre, porque será sel<strong>la</strong>do<br />
en el Niño que se nos ha dado. El lo restauró todo en<br />
sí mismo. Será nuestra liberación definitiva.<br />
Entramos en el tiempo de <strong>la</strong> libertad sin <strong>con</strong>diciones:<br />
“ cautivos, salid” .<br />
Los caminos de nuestra vida estarán iluminados<br />
por <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ridad de su luz: “ venid a <strong>la</strong> luz” . Todo un<br />
cambio sin precedentes, en <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones de Dios<br />
<strong>con</strong> nosotros. Acojamos <strong>la</strong> acción liberadora de Dios,<br />
y que su luz no se apague nunca, en nuestras vidas.<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> tarde<br />
2 DE ENERO: NAVIDAD<br />
“Dios nos ha sacado del dominio de <strong>la</strong>s tinieb<strong>la</strong>s, y nos ha<br />
tras<strong>la</strong>dado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos<br />
recibido <strong>la</strong> redención, el perdón de los pecados. El es imagen de<br />
Dios invisible, primogénito de toda criatura”. Col.1.13.<br />
Es <strong>la</strong> alegría de <strong>la</strong> luz , <strong>la</strong> que ha bril<strong>la</strong>do en <strong>la</strong><br />
Navidad. La oscuridad de <strong>la</strong>s tinieb<strong>la</strong>s ha quedado<br />
destruida para siempre. En el Niño de Belén, se ha<br />
volcado toda <strong>la</strong> luz de Dios, para que en él, todos<br />
quedáramos iluminados. Dios mismo es nuestra luz.<br />
Luz que nos ha transformado en hijos suyos.<br />
Esa es <strong>la</strong> alegría que inunda toda <strong>la</strong> tierra, al verse<br />
“ iluminada por luz tan bril<strong>la</strong>nte” . “ Luz que no <strong>con</strong>ocerá<br />
el ocaso” , porque es el mismo Dios su origen y<br />
su principio.<br />
Acoger esa luz, y dejar<strong>la</strong> que ilumine toda nuestra<br />
vida, será nuestra tarea. Manifestar esa luz, e iluminar<br />
a nuestro mundo, será nuestro compromiso.<br />
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