19.05.2013 Views

Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda

Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda

Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

DIA 27: SAN JUAN<br />

Oración<br />

de <strong>la</strong> mañana<br />

“Pedro y Juan replicaron: ¿Puede aprobar Dios que os obedezcamos<br />

a vosotros en vez de a él? Juzgadlo vosotros. Nosotros no<br />

podemos de menos de <strong>con</strong>tar lo que hemos visto y oído”. Hch,4.19.<br />

El Dios invisible, el que no estaba al alcance de los<br />

sentidos, en <strong>la</strong> Navidad, se ha hecho visible.<br />

Podemos tocarle, verle, oírle, abrazarle. Fueron<br />

muchos los que pudieron disfrutar de esta realidad y<br />

testimoniarlo ante el mundo.<br />

Juan, uno de ellos: él es el gran testigo de este Dios<br />

hecho Hombre. Su vivencia y su experiencia de<br />

Jesús, es <strong>la</strong> fuerza que le impulsó a decir, públicamente:<br />

“ no podemos menos de decir lo que hemos<br />

visto y oído” . Confesión que cuestiona hoy nuestra<br />

vida de cristianos, necesitados de vidas que cuestionen<br />

e interpelen.<br />

Oración<br />

de <strong>la</strong> tarde<br />

“Dios, mandando a su propio Hijo, en semejanza a <strong>la</strong> carne de<br />

pecado, y por el pecado <strong>con</strong>denó al pecado en <strong>la</strong> carne, para que<br />

llegase a cumplimiento <strong>la</strong> justificación de <strong>la</strong> ley en nosotros, los<br />

que no andamos según <strong>la</strong> carne, sino según el Espíritu”. Rm.8.3<br />

Navidad. Dios que nace en nuestra carne. Carne que<br />

al encuentro <strong>con</strong> Dios, deja de ser carne de pecado,<br />

para transformarse en carne traspasada por el<br />

Espíritu de Dios. Dios se hace carne, para deificar<strong>la</strong>.<br />

La suya y <strong>la</strong> nuestra. Deificada en el Hijo, para que<br />

nosotros seamos también, deificados en él.<br />

El misterio de un amor de Dios en nuestra carne, es<br />

para que nosotros nazcamos para Dios. Realidad que<br />

implica compromiso por nuestra parte: vivir bajo <strong>la</strong><br />

acción del Espíritu, fuerza transformadora de nuestra<br />

vida.<br />

47

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!