Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
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Oración<br />
de <strong>la</strong> mañana<br />
“Mirad: <strong>la</strong> Virgen <strong>con</strong>cebirá y dará a luz a un hijo, y le pondrá por<br />
nombre “Enmanuel”, que significa Dios-<strong>con</strong>-nosotros. Comerá<br />
requesón <strong>con</strong> miel, hasta que aprenda a rechazar el mal y a<br />
escoger el bien.” Is.7,14.<br />
Dios quiere venir. Viene. ¿Sus caminos? Siempre<br />
sorprendentes. Nada de ostentación. Viene en <strong>la</strong> sencillez<br />
de una virgen. El<strong>la</strong> es el camino por donde entra<br />
en nuestro mundo: “ una virgen <strong>con</strong>cebirá y dará a luz<br />
un hijo” . Así de sencillo. Por medio de una mujer y un<br />
niño, se hará “ Enmanuel” . Dios se hará visible en<br />
nuestro mundo. Se hará “ Dios <strong>con</strong> nosotros” .<br />
Y desde entonces, María es <strong>la</strong> madre del Adviento.<br />
Su vivir en esperanza, su apertura a Dios, ha sido el<br />
camino de Dios, para acercarse a nosotros. María,<br />
Adviento, Dios nosotros. Porque María esperó, Dios<br />
se hizo Adviento para nosotros.<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> tarde<br />
MIERCOLES IV<br />
“No juzguéis antes de tiempo. Dejad que venga el Señor. El iluminará<br />
lo que es<strong>con</strong>den <strong>la</strong>s tinieb<strong>la</strong>s, y pondrá al descubierto los<br />
designios del corazón. Entonces, cada uno recibirá lo que se<br />
merece.” 1Cor.4,5.<br />
La única actitud válida que podemos adoptar frente<br />
a Dios, es “ dejad que venga el Señor” . Porque Dios es<br />
encuentro, es venida, y nosotros somos “ necesidad”<br />
de que venga. El dará sentido a nuestra vida, e “ iluminará<br />
nuestros caminos” . Cuando él nos falta, vivimos<br />
en <strong>la</strong> oscuridad de nuestras “ tinieb<strong>la</strong>s” , caminamos<br />
sin rumbo.<br />
Por eso, <strong>la</strong> reiterada invitación de este tiempo: “ el<br />
Señor viene… dejad que el Señor venga” . Y viene l<strong>la</strong>mando.<br />
Entra en nosotros, si le abrimos. Por eso el<br />
“ dejad” . Somos nosotros quienes tenemos <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ve de<br />
nuestra puerta. Entrará, será Adviento, si nosotros le<br />
dejamos.<br />
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