Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
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Oración<br />
de <strong>la</strong> mañana<br />
“Venid, subamos al monte del Señor, a <strong>la</strong> casa del Dios de Jacob.<br />
El nos instruirá en sus caminos, y marcharemos por sus sendas.<br />
Porque de Sión, saldrá <strong>la</strong> ley. De Jerusalén, <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra del Señor.”<br />
Is.2,3.<br />
La misma vida, es exigencia y dinamismo. Es salir<br />
de nosotros mismos, para en<strong>con</strong>trarnos <strong>con</strong> el otro. A<br />
esto nos invita el Adviento: “ venid y subamos” . Es el<br />
“ monte del Señor…<strong>la</strong> casa de Dios” , que quiere hacerse<br />
en<strong>con</strong>tradizo <strong>con</strong> nosotros.<br />
Es Cristo Jesús, en su humanidad, donde Dios<br />
quiere hacerse visible, en<strong>con</strong>trarse <strong>con</strong> nosotros. El<br />
será el único camino, que nos <strong>con</strong>duzca a <strong>la</strong> Vida. El<br />
será <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra, que nos hable en nuestro idioma, en<br />
<strong>la</strong> pequeñez y en <strong>la</strong> ternura de un Niño. Salgamos a su<br />
encuentro. El viene.<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> tarde<br />
LUNES IV<br />
“Aguardamos del cielo un Salvador: el Señor Jesucristo. El transformará<br />
nuestra <strong>con</strong>dición humilde, según el modelo de su <strong>con</strong>dición<br />
gloriosa, <strong>con</strong> esa energía que posee para sometérselo todo.”<br />
Flp.3,20.<br />
Siempre estamos en actitud de “ aguardar” , de<br />
esperar. Esa es nuestra <strong>con</strong>dición humana. Nuestra<br />
salvación nos viene de fuera. Es Dios. El mismo viene<br />
a ofrecérnos<strong>la</strong>. Eso es el Adviento. Su venida será el<br />
gran a<strong>con</strong>tecimiento. “ Nuestra humilde <strong>con</strong>dición<br />
será transformada” .<br />
Por eso, es necesario que despertemos nuestro ser<br />
“ esperanza” , para que posibilitemos el encuentro <strong>con</strong><br />
nuestro “ Salvador” . Sólo desde nuestro vivir en<br />
“ esperanza” , se puede realizar el “ Adviento” . El viene<br />
ofreciendo Vida, paz, amor, libertad. Y sólo desde<br />
nuestro “ aguardar” , es posible <strong>la</strong> oferta. Aguarda y<br />
acepta.<br />
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