Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
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DOMINGO IV<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> mañana<br />
“Ya es hora de espabi<strong>la</strong>rse, porque ahora nuestra salvación, que<br />
cuando comenzamos a creer. La noche está avanzada, el día se<br />
echa encima. Dejemos <strong>la</strong>s actividades de <strong>la</strong>s tinieb<strong>la</strong>s, y pertrechémonos<br />
<strong>con</strong> <strong>la</strong>s armas de <strong>la</strong> luz”. Rm.13,11.<br />
Adviento, es <strong>la</strong> hora eterna de Dios. Adviento, <strong>la</strong> voz<br />
que resuena como oferta, y que necesitamos aceptar.<br />
Por eso, <strong>la</strong> hora de Dios, es también nuestra hora. Es<br />
<strong>la</strong> hora de <strong>la</strong> oferta de <strong>la</strong> “ salvación” , <strong>la</strong> oferta del día,<br />
que nos exige estar “ espabi<strong>la</strong>dos” , para que no se<br />
nos pase de <strong>la</strong>rgo. Si caminamos en tinieb<strong>la</strong>s, <strong>la</strong><br />
oscuridad nos impedirá ver <strong>la</strong> luz de “ ese día que se<br />
nos echa encima” .<br />
Es pues, necesario, “ que nos pertrechemos <strong>con</strong> <strong>la</strong>s<br />
armas de <strong>la</strong> luz” , y caminemos como “ hijos de <strong>la</strong> luz” .<br />
So<strong>la</strong>mente en ese camino, podremos en<strong>con</strong>trarnos<br />
<strong>con</strong> ese Dios, que siempre está en camino, en<br />
Adviento, hacia nosotros.<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> tarde II<br />
“Estad siempre alegres en el Señor. Os lo repito, estad alegres.<br />
Que vuestra mesura <strong>la</strong> <strong>con</strong>ozca todo el mundo. El Señor, está<br />
cerca.” Flp.4, 4,5.<br />
Despertemos. Que el sueño de <strong>la</strong> rutina, no nos impida<br />
vivir el Adviento. “ El Señor está cerca” . Viene.<br />
Está viniendo. Es venida. Es Adviento. La alegría de<br />
su presencia, empape todo nuestro ser, para que<br />
seamos testigos de su Adviento, en nuestro mundo.<br />
Lo necesitamos nosotros, y lo necesita también ese<br />
nuestro mundo enfermo de “ tristeza” : “ que <strong>la</strong> <strong>con</strong>ozca<br />
todo el mundo” .<br />
A vivir, y a sembrar alegría, nos invita este tiempo.<br />
Es una urgencia, ante tantas realidades negativas,<br />
tristes, que nos ofrece <strong>la</strong> sociedad actual. “ Estad<br />
siempre alegres, os los repito, estad alegres” .<br />
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