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Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda

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DOMINGO IV<br />

Oración<br />

de <strong>la</strong> tarde I<br />

“Que el mismo Dios de <strong>la</strong> paz, os <strong>con</strong>sagre totalmente, y que<br />

todo vuestro ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche, hasta<br />

<strong>la</strong> Parusía de nuestro Señor Jesucristo. El que os ha l<strong>la</strong>mado es fiel<br />

y cumplirá su promesa”. 1Ts.5,23.<br />

Adviento. Dios, cercanía nuestra. Sale a nuestro<br />

“ encuentro” , para que todo nuestro ser, sacie <strong>la</strong><br />

necesidad que tiene de él. Con su Adviento, realiza un<br />

cambio radical en nuestra persona: “ os <strong>con</strong>sagre<br />

totalmente” . Se encuentra <strong>con</strong> nosotros, para hacernos<br />

más él, siempre respetando nuestra identidad. El<br />

Adviento es respuesta a nuestro grito por Dios. Cristo<br />

Jesús, es <strong>la</strong> respuesta. En él, quedará saciado todo<br />

nuestro ser “ esperanza” . Todas <strong>la</strong>s promesas<br />

quedarán cumplidas, todos nuestros interrogantes<br />

tendrán respuesta.<br />

No podemos entender a Dios, sin ser Adviento.<br />

Como tampoco podemos entender al hombre, sin ser<br />

esperanza. Por eso, el Adviento, siempre será <strong>la</strong><br />

respuesta a nuestra esperanza.<br />

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