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Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda

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JUEVES III<br />

Oración<br />

de <strong>la</strong> mañana<br />

“Cielos, dejad caer el rocío. Que <strong>la</strong>s nubes lluevan al Justo y <strong>la</strong><br />

tierra germine al Salvador.” Is.45,8.<br />

Estamos ante el grito de una humanidad que sufre<br />

<strong>la</strong> ausencia de un Salvador. Y su grito se c<strong>la</strong>va en el<br />

mismo cielo, para que se rompa y deje caer <strong>la</strong> lluvia y<br />

el rocío que dé fecundidad a nuestra tierra. La celebración<br />

del Adviento, es celebración de una esperanza<br />

in<strong>con</strong>tenible, que al mismo tiempo es c<strong>la</strong>mor de<br />

urgencia. Y espera porque su vivir es esperar, <strong>con</strong><br />

todo su ser, a alguien que venga a llenar sus vacíos.<br />

So<strong>la</strong>mente el Salvador, el Enmanuel, será <strong>la</strong> respuesta<br />

a su esperanza.<br />

Ojalá, seamos capaces de gritar <strong>con</strong> toda nuestra<br />

vida, <strong>con</strong> el mismo grito del Profeta: ¡Cielos, dejad<br />

caer el rocío!<br />

Oración<br />

de <strong>la</strong> tarde<br />

“Tened paciencia, hermanos, hasta <strong>la</strong> venida del Señor. El<br />

<strong>la</strong>brador aguarda paciente el fruto valioso de <strong>la</strong> tierra, mientras<br />

recibe <strong>la</strong> lluvia temprana y tardía. Tened paciencia también<br />

vosotros, manteneos firmes, porque <strong>la</strong> venida del Señor está cerca.<br />

Mirad que el juez está ya a <strong>la</strong> puerta.” St.9,7.<br />

En todos los momentos de nuestra vida, necesitamos<br />

<strong>la</strong> presencia y <strong>la</strong> fuerza del Señor. Pero hay<br />

momentos especiales, en los que padecemos su<br />

ausencia. Son los momentos de <strong>la</strong> prueba y del dolor.<br />

Y entonces, nuestra queja: “ ¿dónde está Dios?” Las<br />

nubes del dolor no nos dejan ver el sol. Son los<br />

momentos de tener paciencia y de abrirnos a <strong>la</strong> esperanza:<br />

“ el Señor está ahí, no estás sólo” . Y… seguir<br />

esperando.<br />

Un Adviento, no es un momento de nuestra vida. En<br />

todos los momentos, él es Adviento, dispuesto a<br />

llenar nuestra esperanza. Y volveremos a sentir su<br />

presencia y <strong>la</strong> fuerza de su Adviento.<br />

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