Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
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DOMINGO III<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> mañana<br />
“Así dice el Señor: “Yo mismo abriré vuestros sepulcros y os<br />
haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a <strong>la</strong> tierra<br />
de Israel. Y cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros<br />
sepulcros, pueblo mío, sabréis que yo soy el Señor. Os infundiré mi<br />
Espíritu y viviréis. Os colocaré en vuestra tierra, y sabréis que yo el<br />
Señor, lo digo y lo hago”. Oráculo del Señor”. Ez.37,12.<br />
Domingo. Resurrección de Cristo. Lo celebramos y<br />
lo hacemos presente entre nosotros. La profecía de<br />
Ezequiel se cumple hoy: el Espíritu <strong>con</strong>tinúa haciendo<br />
realidad <strong>la</strong> fuerza de <strong>la</strong> Resurrección de Cristo. Ya<br />
está resucitando nuestro cuerpo mortal, infundiendo<br />
su Espíritu, cambiando nuestros corazones, para que<br />
nuestra vida tenga un trasfondo nuevo, <strong>con</strong> aire de<br />
resucitados.<br />
El es <strong>la</strong> voz profética que nos increpa y nos urge a<br />
dejar “ nuestros sepulcros” de vidas envejecidas por<br />
<strong>la</strong> rutina y <strong>la</strong> mediocridad, y vivir <strong>la</strong> vida de <strong>la</strong><br />
Resurrección. Que nuestra vida sea el grito de ¡Cristo<br />
vive!, ante un mundo que necesita oírlo.<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> tarde II<br />
“Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su<br />
gran misericordia, por <strong>la</strong> Resurrección de Jesucristo de entre los<br />
muertos, nos ha hecho nacer de nuevo, para una esperanza viva,<br />
para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que os está<br />
reservada en el cielo. La fuerza de Dios os custodia en <strong>la</strong> fe, para <strong>la</strong><br />
salvación que aguarda a manifestarse en el momento final”. 1P.1,3.<br />
Terminamos <strong>la</strong> celebración del domingo. En él,<br />
hemos celebrado a Cristo Resucitado, y a nosotros<br />
los resucitados. Estamos en <strong>la</strong> hora de <strong>la</strong> gratitud. La<br />
misericordia, el amor del Padre, se nos ha manifestado<br />
en Jesús. En él, hemos nacido a una vida nueva -<br />
su Vida-, a una esperanza y a una herencia, que abre<br />
horizontes insospechados a nuestro vivir.<br />
Terminar el día agradecidos, es terminarlo desde <strong>la</strong><br />
alegría y desde el compromiso. Y es que en realidad,<br />
nuestra celebración no termina <strong>con</strong> el domingo. Nos<br />
queda por de<strong>la</strong>nte, <strong>la</strong> tarea de <strong>con</strong>tinuar<strong>la</strong> durante<br />
toda <strong>la</strong> semana. Nuestro ta<strong>la</strong>nte de resucitados debe<br />
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