Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
Encuentro con la Palabra - Ciudad Redonda
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Oración<br />
de <strong>la</strong> mañana<br />
“Ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por <strong>la</strong> sangre de Cristo,<br />
estáis cerca de los que antes estábais lejos. El es nuestra paz. El<br />
ha hecho de los dos pueblos, Judíos y Gentiles, una so<strong>la</strong> cosa, derribando<br />
<strong>con</strong> su cuerpo, el muro que los separaba: el odio. El ha<br />
abolido <strong>la</strong> ley <strong>con</strong> sus mandamientos y reg<strong>la</strong>s, haciendo <strong>la</strong>s paces,<br />
para crear, en él, un solo hombre nuevo. Re<strong>con</strong>cilió <strong>con</strong> Dios a los<br />
dos pueblos, uniéndoles en un solo cuerpo, mediante <strong>la</strong> cruz,<br />
dando muerte, en él, al odio”. Ef.2,13.<br />
Sumergidos en Cristo por el bautismo, es él quien<br />
ha roto todo lo que nos separaba, para hacernos uno,<br />
<strong>con</strong> él. Somos un único pueblo: “ su pueblo” , sin distinción<br />
de razas, ni de pueblos. En Cristo Jesús, en su<br />
muerte, ha quedado destruido todo lo que nos dividía,<br />
para hacer de todos nosotros, <strong>la</strong> unidad de los hijos<br />
en el Hijo.<br />
El abrazo de amor del Padre, se ha realizado en<br />
Cristo Jesús, para <strong>con</strong>sumarnos en <strong>la</strong> unidad. Es <strong>la</strong><br />
máxima cercanía entre nosotros y Dios. Cercanía que<br />
se realiza, <strong>con</strong>s-tantemente, por <strong>la</strong> fuerza del Espíritu.<br />
Sembrar división entre nosotros, por cualquier motivo,<br />
es un verdadero atentado <strong>con</strong>tra el Espíritu.<br />
Oración<br />
de <strong>la</strong> tarde<br />
VIERNES II<br />
“Enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, es<strong>con</strong>dida, predestinada<br />
por Dios antes de los siglos para nuestra gloria, que no<br />
<strong>con</strong>oció ninguno de los príncipes de este siglo. Pues si <strong>la</strong> hubieran<br />
<strong>con</strong>ocido, nunca hubieran crucificado al Señor de <strong>la</strong> gloria. Pero<br />
según está escrito: “Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni vino a <strong>la</strong> mente<br />
del hombre, lo que Dios ha preparado para los que le aman”. Pero<br />
a nosotros nos lo ha reve<strong>la</strong>do por su Espíritu”. 1Cor. 2,7.<br />
Es <strong>la</strong> verdad lo que buscamos y lo que necesitamos.<br />
La verdad mueve nuestro vivir y nuestra actuar. Y <strong>la</strong><br />
“ Verdad” es Dios. En Cristo Jesús se nos ha manifestado<br />
en toda su plenitud. Nosotros somos los comprometidos<br />
<strong>con</strong> esa Verdad, y los seguidores de esa<br />
Verdad. Nuestro vivir es un vivir desde <strong>la</strong> Verdad.<br />
Hijos de un ambiente, de una sociedad cambiante,<br />
estamos ante el peligro de aceptar “ verdades” que se<br />
nos ofrecen y que están en <strong>con</strong>traposición <strong>con</strong> <strong>la</strong><br />
“ Verdad” . Es <strong>la</strong> luz del Espíritu, <strong>la</strong> que nos ilumina,<br />
208